Annabel Arcos Ruiz, "Cáncer: contigo puedo"

Hay personas que hacen de sus desgracias una fuerza y Annabel Arcos Ruiz es una de ellas. Impresiona su coraje frente a la adversidad. La vida le ha castigado pero también le ha dado maravillosos regalos y ella, joven pero muy sabia, es consciente de ello. Enfrentarse al fallecimiento de sus padres y hermana, y diez años más tarde a un cáncer de mama han marcado su existencia, pero Annabel ha decidido creer en la vida y en el amor. Nos lo cuenta en este libro muy bien escrito que se lee como una novela.

Quieres ser escritora. ¿Consideras este libro como un ensayo?

Este libro es mi diario de vida. Si eso significa que soy escritora: sí, lo soy. Aunque considero que todos lo somos. Al fin y al cabo cada persona escribe los capítulos de su vida. Por otra parte, no soy partidaria de etiquetar los libros ya sean novelas, ensayos o autobiografías. Me parece que es el lector quien debe decidirlo.
Yo tan solo he expresado con letras mis sentimientos, sin saber si eran un ensayo o una historia, aunque fuese la de mi vida

Además de contar tu historia, quieres informar. ¿Por qué hacerlo?

Desde que me diagnosticaron la enfermedad sentí la necesidad imperiosa de ayudar a otras personas, y considero que mediante la escritura puedo llegar a muchas mujeres y hombres a quienes quizá les pueda ayudar mi experiencia.
Evidentemente, cada persona lo vive a su manera y todo es lícito. No existe un manual de instrucciones ni una varita mágica que nos quite el dolor, pero sí podemos encontrar fórmulas que nos hagan sentir mejor.

Eres muy coqueta. La feminidad está muy presente a lo largo de todo el libro. ¿Has pensado en algún momento que perder un pecho te la podía arrebatar?

Jamás. Aprendí a quererme desde dentro hacia fuera. Recuerdo uno de los días en pleno tratamiento de quimioterapia. Estaba totalmente calva, hinchada, con los ánimos por los suelos y físicamente destrozada. Sin embargo, ahí estaban mis amigos y familiares. Como siempre, a mi lado. ¡Me sentía tan querida! Fue precisamente en ese instante cuando grabé en mi retina esa sensación: la de sentirme querida por cómo era y no por mi aspecto. La belleza empieza desde dentro hacia fuera. Es una actitud, una manera de mostrarse al mundo. De querernos y de que nos quieran.

Annabel Arcos Ruíz


Con la complicidad del talentoso actor Sergi López, habéis realizado un vídeo sobre las relaciones de pareja. Enseñas tus cicatrices sin pudor. ¿Es fácil desnudarse públicamente en una sociedad con tantos tabúes, que nos vende una falsa perfección? ¿Y en la intimidad?

El actor Sergi López

El actor Sergi López

Junto a Sergi quisimos mostrar que lo que hace sexys, únicas e irrepetibles a las personas es, como bien he dicho anteriormente, nuestra actitud. La que realmente nos define.. La belleza física no es perenne, pero la del alma sí. Crecemos como personas, no físicamente. Nunca he sido una persona con especial interés por mostrar mi cuerpo. De hecho no es perfecto. Mi talla de pantalón ha rozado más la 40 que la 36, pero nunca me ha importado demasiado.

¿Cómo se lidia con su propio cuerpo durante el cáncer? ¿Se crea una especie de relación de amor-odio? ¿Hay que volver a creer en sí misma, a quererse?

 

Cuando me practicaron la mastectomía del pecho izquierdo pensé: ¿quién me va a querer así? Meses después la pregunta cambió: ¿quién «merece» que le quiera? Supongo que experimenté un crecimiento no solo como persona sino también a nivel emocional. Me ha costado más desnudarme emocionalmente que físicamente. Mostrar el dolor que he guardado, el amor hacia alguien, dejarme querer, relajarme y permitir que la vida continúe y no estar siempre empuñando el hacha de guerra.

Dices que de todo lo malo se puede sacar algo bueno. ¿Cómo haces para ser tan positiva?

Me baso en los valores que me ha transmitido mi familia. El amor, el respeto y la gratitud. Amor hacia la vida y hacia las personas a las que quiero. Respeto por aquellos que no han podido escoger si marcharse o seguir viviendo. Gratitud por tener la oportunidad de despertar y escribir un nuevo capítulo en mi vida.

¿Cómo has gestionado y gestionas el miedo?

Me enfrento a él, de frente. A veces llorando y otras envalentonada. Pero siempre acabo enfrentándome a él, porque no quiero que el miedo condicione mi vida. Reconozco, aún así, que el miedo es necesario para vivir. Hace que nos movilicemos, que estemos en continuo movimiento y que no nos “durmamos en los laureles».

El amor es el motor de tu vida. Familia, amigos y, cómo no, tu socia como llamas a tu hija… ¿Es importante no estar sola frente a la adversidad? ¿Qué consejo darías a personas que no tienen tanto apoyo? Algunas ni pueden contar a sus familiares que están enfermas.

El apoyo, ya sea de nuestros familiares, amigos o nuestro entorno más cercano, es básico para vivir este trance. Esto no significa que nos vayamos a curar antes o que dejemos de sentir dolor. No hay que confundir términos. Se suele hablar con demasiada ligereza del término «psicología positiva». Conozco a muchos ángeles que aún teniendo la sonrisa más bonita se han ido. Y no, no han perdido ninguna batalla. Se han enfrentado al cáncer pero desgraciadamente no han conseguido superarlo.

¿Crees que el sufrimiento vivido como hija y hermana al perder tu familia te ha hecho afrontar de manera diferente la relación con tu hija a la hora de hablar con ella de la enfermedad?

Lo hubiese hecho igual. La relación con Aina se basa en los mismos valores que me transmitieron mis padres y hermana. Tenemos la confianza de poder hablar de nuestros sentimientos y emociones sin tapujos. ¿Por qué no iba a hacerlo también de la enfermedad?

Hablas de cicatrices físicas que dejan sitio a las emocionales. Los médicos, nuestro entorno, nosotros mismos, ¿estamos preparados para afrontar este sufrimiento?

El cáncer psicológico permanece con nosotros mucho más tiempo que el cáncer “físico». En mi opinión, aún se tiene que avanzar mucho en ambos campos: no solo en investigación y prevención, sino también en los tratamientos que se nos aplican y en las secuelas psicológicas que la enfermedad deja a esos que tachan de valientes. Cuando acabamos el tratamiento y volvemos a nuestras vidas,  la sociedad nos etiqueta como valientes con ganas de comerse el mundo tan solo por el hecho de haber superado un cáncer. ¿Qué pasa si tenemos ganas de llorar? Si estamos tristes, si no tenemos ganas de vivir: ¿dejamos de ser valientes? El cáncer no nos define como personas, pero la sociedad se empeña en hacerlo.

Has adelantado mi pregunta. La sociedad confunde a menudo el cáncer con la persona que lo padece. ¿Qué deberíamos hacer para evitar esta situación?

Hay una falta de información, tanto a nivel médico como social, sobre el cáncer. Creo que se deberían romper muchos tabúes. Mostrar con más naturalidad en qué consisten los tratamientos. Cómo es una sala de quimioterapia. Cómo debemos actuar en caso de duda. Aún hoy es una enfermedad que tan solo tiene voz un día al año, el día internacional contra el cáncer. Desgraciadamente el cáncer ocurre todos los días y no basta con colgarse un lazo rosa una vez. Hablemos sin tapujos del cáncer para que no gane ninguna batalla. Para que todos seamos los valientes que acabamos con ese cobarde.

 

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