Para esta primera Tertulia de La Vida en Rosa hemos reunido a mujeres para hablar de autoestima, cáncer y empleo. Nos han acompañado Andrea Hernández, Sonia Rozas y Ana Monroy, miembros del equipo de sicología  Ver and Ser; así como Jessica López de Mateo, CEO de Mujer a Mujer by Pilar Mateo, proyecto dedicado a la inserción laboral y al reciclaje profesional para mujeres de 45 años. 

Cáncer de mama y trabajo

Hablamos en nuestro último número de un estudio piloto con mujeres de cáncer de mama para analizar su situación sociolaboral antes y después de la enfermedad. Ha sido realizado por el Servicio de Cirugía Plástica, coordinado por el Servicio de Epidemiología Clínica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y el Institut de Recerca de Sant Pau de Barcelona. Este estudio es previo a otro de ámbito internacional que se llevará a cabo en diferentes países europeos. Ha concluido que el 66 % de estas mujeres trabajaba en el momento del diagnóstico y, de ellas, el 87 % dejó de hacerlo después de ser diagnosticada. De entre las mujeres que dejaron de trabajar, un 18 % lo hizo por un periodo inferior a 6 meses; un 42 %, entre 6 y 12 meses, y un 23 %, más de 1 año. Actualmente, el 46 % de las mujeres en edad laboral no trabajaba, y en el 61 % de los casos, el motivo es el cáncer de mama. Además, de las que han vuelto a sus tareas habituales, el 42 % considera que la enfermedad o el tratamiento han afectado a su capacidad de trabajo.

Cómo impacta el rol profesional en la vida diaria

Ana Monroy nos explica que el trabajo tiene muchas esferas. La primera esfera es la económica (comer, mantener la casa, la familia, etc.). Otra, engloba las relaciones sociolaborales (relación con los compañeros). La tercera a nivel personal es el sentimiento de valía, utilidad, demostrando lo que sabemos. El momento de la reincorporación tiene un significado especial: es sinónimo de la vuelta a la normalidad. «Controlamos» nuestra salud otra vez, volvemos a la vida, o así se percibe en una sociedad en la cual la palabra cáncer sigue teniendo una connotación muy negativa.

Ventajas de trabajar

Trabajar favorece la autoestima, permite el desarrollo de actividades fuera de la enfermedad. Obviamente, esta vuelta al trabajo se debe hacer al ritmo de cada persona. Es importante recuperarse tanto a nivel físico como emocional. Una decisión personal lejos de cualquier presión.

Inconvenientes 

Con la vuelta al trabajo puede aumentar el estrés, el miedo a las relaciones (preguntas de compañeros, etc.). Decidimos  si queremos hablar o no de la enfermedad. También la situación con los superiores dentro de la empresa. ¿Van a entender nuestra realidad o no? Lo que nos aconseja el equipo de Ver and Ser es no culpabilizar a los demás de todo lo que podría ocurrir, entender que puede incomodar a muchos el hecho de hablar de la enfermedad porque, a menudo, no tienen la información adecuada. Y puede ser un buen momento para aclarar falsos rumores que quizás hayan circulados durante nuestra  ausencia.

Pedir ayuda

Es un tema que vuelve siempre cuando hablamos de cáncer. Los roles suelen cambiar dentro de la familia y con los amigos. Y en lugar de resolver los problemas de todos, toca pedir ayuda. No hay que avergonzarse o vivirlo mal, simplemente, aceptar esta situación. Aceptar ayuda permite tener una vida más fácil. Pasa lo mimo en el trabajo. No dudéis en pedir ayuda a vuestros compañeros o jefes o explicar lo que necesitáis. Si estáis con tratamiento, explicad lo que os está pasando porque nadie puede entender lo que desconoce.

Por ley (artículo 25 de la Ley de Prevención de Riesgos laborales), podéis pedir que se adapte vuestro puesto de trabajo (horario flexible, trabajar desde casa, etc.). Informaros bien sobre todos vuestros derechos.

El caso de Vero 

Vero, que padece un cáncer de mama, nos cuenta que no ha dejado de trabajar en ningún momento. Es más, encontró trabajo antes de empezar la radioterapia, avisando a sus jefes de lo que le pasaba. No le pusieron ninguna pega. Nos explica que se lo ha tomado sin dramatismo, siguiendo una vida normal con mucha entereza, «porque se trataba de mi vida».

Triste realidad

En el mundo laboral, todos los jefes no son como los de Vero. Sonia Rozas nos ha dejado a todas con la boca abierta hablando de pacientes suyas que no han podido reincorporarse porque su empresa no quería «calvas». Otros se han visto despedidos porque se les han pedido un informe de un médico asegurando que no iban a fallecer durante los tres próximos años. Esto, obviamente, está fuera del marco legal, y las asociaciones de pacientes están allí para ayudar a estas personas a defenderse. Pero existe…

Estigma social 

El estigma social es todavía muy importante y nuestra sociedad tiene que cambiar. Todavía la palabra cáncer está asociada a la muerte y eso nos lleva a afrontar nuestros miedos, nuestra vulnerabilidad. Pero la realidad en cáncer de mama es en la mayoría de los casos todo lo contrario. En nuestro país, el 87 % de las mujeres que padecen cáncer de mama son lo que se llama ‘supervivientes’. Aunque estas cifras hablan de avances en medicina, de vida, Sonia Rozas nos explica que para muchas personas se queda grabado en sus mentes que el cáncer es igual a fallecimiento.

Realidad económica 

«El empresario piensa en su negocio y no quiere que sus empleados sean un lastre», comenta Nuria, una de las asistentes a nuestra tertulia. Para ella, el problema es estatal. Existe una falta de regulación sobre el tema. Sonia Rozas contesta que si el tema económico existe, no se puede olvidar la vulnerabilidad de una persona que sufre un cáncer. Nuria añade que la desigualdad está muy presente en nuestra sociedad, que confunde identidad e igualdad. Además, la sociedad española sigue siendo muy machista. Jessica López de Mateo, por su parte, ve que la situación está cambiando, sobre todo, en relación con las empresas sociales, porque buscan llegar a un impacto social a través de su trabajo y no solamente a un mero beneficio económico.

Machismo por ambas partes 

Jessica López de Mateo toca el tema del machismo añadiendo que se trata de un problema tanto de las mujeres como de los hombres. Muchas veces, en lugar de apoyarnos entre nosotras, nos ponemos pegas.

Cuestión de edad, con o sin cáncer 

La edad es un verdadero problema. Tanto para las jóvenes como para las ‘mayores’. Al salir de la universidad se pide años de experiencia, pero solamente desde hace unos años se fomenta la práctica durante los propios estudios, y luego, llega el tema del embarazo… Y cuando llegamos a una cierta edad, ya no valemos porque nos deberían pagar más por tener más experiencia. Según Jessica, el futuro se encuentra en los proyectos sostenibles y humanos.

Mujer a mujer by Pilar Mateo

Se trata de un proyecto social con alma. Mujer by Mujer es una empresa social, es decir, que busca resolver una situación social sea cuál sea la situación. Sostenibilidad, rentabilidad e ilusión describen este tipo de empresa que no busca enriquecerse sino llegar a un balance equilibrado en cada negocio y además ganar dinero para poder invertirlo en otros proyectos.

Dar una oportunidad a la mujer 

Este proyecto está dirigido por la Dra. Pilar Mateo, madre de Jessica López de Mateo, CEO de la empresa. Está dedicado a las mujeres porque invertir en las mujeres es la única forma de conseguir el desarrollo de nuestra sociedad. «Porque las mujeres hacemos todo». La idea de este proyecto es dar una nueva oportunidad a las mujeres de 45 años y más en situación de exclusión laboral, sea por maltrato, enfermedad o cualquier otra circunstancia.

Shichi world

El sector elegido es el el mundo de la cosmética a través de la línea Shichi World. De esta manera, se facilita la vuelta al mercado laboral e independencia económica y personal y fomenta el empoderamiento de la mujer a través de la formación. Las mujeres formadas se dedican al tema comercial (no es venta directa). Se busca que estas mujeres puedan abrir su propio negocio.

Papel de la psicooncología 

Ya lo hemos dicho el estigma del cáncer sigue muy presente en nuestra sociedad. Una de las formas de ayudar a la persona con cáncer (y a su entorno) es recurrir a la psicooncología. El problema es que no es accesible a todos los pacientes. Según la comunidad o el hospital, esta especialidad no está incluida en los cuidados de la persona con cáncer. Por esta razón es tan importante acudir a un equipo multidisciplinar que aborda la enfermedad desde todas las partes.

Desconocimiento de esta especialidad 

Este recurso no está en la cartera de los servicios sociales, aunque en Madrid somos privilegiados, nos cuentan desde Ver and Ser. «Hemos sido formadas en la Universidad Complutense de Madrid en psicooncología y cuidados paliativos». Según su experiencia, queda mucho por hacer. Todavía ir a un psicólogo significa locura, y por supuesto, no es así.

Los dolores del alma 

La presencia de los psicooncólogos es importante porque son una herramienta para el paciente para sentirse mejor. Si vamos al dentista cuando tenemos una caries, por ejemplo, ¿por qué no hacer lo mismo e ir a un especialista cuando no nos sentimos a gusto con nosotros mismos? Pero cuesta dinero, es una realidad y no hay ayudas previstas, aunque algunas asociaciones ofrezcan este servicio, pero más bien de forma puntual. Como el trabajo personal es más abstracto, parece que es más complicado hacer el primer paso, explica Sonia Rozas. Además, duele. Iniciar un trabajo no es sinónimo de confort pero a la largo plazo sí se nota el cambio.

Oncología integrativa 

«La psicooncología cuida, no cura», sigue Sonia. Y entra en la oncología integrativa, que reúne todos los aspectos que puedan beneficiar y aumentar el efecto de los tratamientos estándares como la quimioterapia y la radioterapia. No tiene absolutamente nada que ver con las terapias alternativas que piden dejar los tratamientos tradicionales.

El proyecto Ver and Ser

Este proyecto, nacido en 2016, quiere ayudar a las mujeres para verse bien. A través de pautas para ponerse pañuelos durante los tratamientos, Andrea, Sonia y Ana buscan dar herramientas a las personas con cáncer o alopecia para jugar con las pañuelos y así sentirse a gusto con ellas mismas. Han editado tres guías, una en versión para mujeres, otra para niños y la última dedicada a los hombres. Se distribuye en algunos hospitales, y en nuestra ultima edición de la revista os dejamos varios peinados.

Conclusiones 

El tema que hemos abordado en nuestra Tertulia de La vida en Rosa nos deja con algunas constataciones, que debemos cambiar, sin duda. La primera es la imagen de la paciente de cáncer en nuestra sociedad, por no hablar de la imagen de la mujer en general. La segunda es el derecho que todas tenemos de estar mal. El papel de los psicólogos, o en caso de cáncer, de los psicooncólogos, es ayudarnos en ciertos momentos de nuestras vidas. La tercera es sin duda creer en nosotras, se diga lo que se diga y se piense lo que se quiere pensar. Somos valientes y fuertes.

Gracias a la Aula Inidress por abrirnos sus puertas y a Maktea por refrescarnos durante estas dos horas de charla.

 

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