‘Prevenir es ganar’ es el lema de la Asociación Española de Afectados por el Cáncer de Ovario y Ginecológico (ASACO) para el Día Mundial de Cáncer de Cérvix, el próximo 26 de marzo.

¿Qué es el cáncer de cérvix?

Esta enfermedad se produce cuando las células normales del cuello del útero empiezan a transformarse y crecen de manera descontrolada. Estas células se transforman gradualmente en lesiones precancerosas, convirtiéndose posteriormente en células cancerosas.

En nuestro país se detectan cada año 2.500 casos. Se trata del tercer tumor ginecológico más frecuente en mujeres de entre 35-50 años de edad, es decir, que afecta mujeres en plena actividad tanto familiar como laboral.

Importancia de la detección precoz

«La detección precoz es fundamental. El 99 % de los casos de cáncer de cérvix son debidos a la infección del Virus del Papiloma Humano (VHP). La información y la educación son claves, nos cuenta la doctora Annarita Gabriele, directora médico de Roche España. «Debemos informar y sensibilizar sobre enfermedades con un impacto social tan elevado como es el cáncer de cérvix».

Por su parte, el doctor Lucas Minig, jefe del Servicio de Ginecología de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología, explica que las mujeres de entre 30 y 65 años de edad deben someterse a citología cervical para analizar las células del cuello uterino de forma periódica (cada tres años). De esta forma se podrá diagnosticar lesiones premalignas en el cérvix. Esperar más de estos tres año es peligroso, según las investigaciones, porque no permitiría evitar el desarrollo de la enfermedad y por lo tanto disminuir su incidencia.

Factores de riesgo

El 80 % de las mujeres van a estar infectados por el virus a lo largo de su vida pero no todas lo van a desarrollar. ¿Por qué? Depende de varios factores.

  • Relaciones sexuales sin protección (el uso del preservativo es indispensable)
  • Cambio de parejas o parejas ocasionales (mayor riesgo de infección)
  • Consumo de tabaco (duplica el riesgo frente a una mujer que no fuma)
  • Inmunodeficiencia
  • Anticonceptivos orales. Su consumo prolongado está asociado a mayor riesgo de desarrollar cáncer de cérvix, aunque por otra parte evita embarazos no deseados, etc.

Cómo prevenir el cáncer de cérvix

Prevención primaria:

  • La vacunación frente al Virus del Papiloma Humano (VHP) es muy efectiva frente a los subtipos de alto riesgo, que son el VPH16 y VPH18, responsables del 70 % de los casos.
  • Se recomienda la vacunación a los niños de 11-12 años. Si no se ha recibido a esta edad, se aconseja la vacunación para las chicas de 13 a 26 años y para los chicos de 13 a 21 años. Hasta los 26 años para los hombres que tienen sexo con hombres, y se recomienda también a las personas con sistemas inmunes debilitados.

Prevención secundaria:

  • La citología cervical es el mejor método de protección frente a este tumor en mujeres adultas sanas. Se recomienda a las mujeres entre los 25 y 30 años. Se repetirá cada tres años hasta los 65 años.
  • El test del VPH es una prueba especifica para valorar la presencia del virus en el ADN de las células del cuello del útero y si éste es de alto riesgo. Si el test es positivo, se realizarán más pruebas. Se recomienda a las mujeres de entre 25 y 65 años cada cinco años.

Dieta equilibrada:

  • Alimentarse adecuadamente antes, durante y después los tratamientos ayuda a sentirse más fuerte, a tener una buena calidad de vida.

Evitar el sobrepeso:

  • Las mujeres con sobrepeso tienen mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad.

No fumar:

  • Las fumadoras tienen el doble de probabilidades de padecer un cáncer de cuello uterino.

Usar preservativo:

  • Este método previene la tasa de infección del VHP en un 70 % de los casos.

Reducir el estrés crónico: 

  • El estrés crónico se debe prevenir porque cuando el sistema de defensas del cuerpo está debilitado, es más propenso a sufrir enfermedades. Estrés y ansiedad disminuyen la capacidad de defensa del organismo.

Tratamiento del cáncer de cérvix

1. La cirugía: según la extensión del tumor, se podrán realizar diferentes tratamientos:

  • Conización: extirpación de un fragmento de tejido del cuello y canal uterino en forma de cono.
  • Histerectomía: extirpación del útero y del cuello del útero (histerectomía simple) o incluyendo además la parte superior de la vagina y el tejido que rodea al cuello del útero (histerectomía radical).
  • Salpingo-ooforectomía bilateral: extirpación de las trompas de falopio y los ovarios. Se puede realizar de manera simultánea junto con la histerectomía.
  • Cervicectomía radical: extirpación del cuello uterino y los ganglios linfáticos pélvicos, dejando intacto al útero.
  • Exenteración pélvica: extirpación del útero, la vagina, la parte inferior del colon, el recto o la vejiga, según el órgano afectado cuando existe diseminación a otros tejidos después de la radioterapia.

2. La quimioterapia: consiste en administrar medicamentos para interrumpir el crecimiento de las células cancerosas.

3. La radioterapia: consiste en aplicar localmente radiaciones ionizantes para destruir las células cancerosas mediante una fuente externa o interna (braquiterapia). Se administra sola antes de la cirugía o en combinación con la quimioterapia. Ambos tratamientos permiten aumentar el control de la enfermedad y la supervivencia.

4. Terapias biológicas: consiste en administrar un tratamiento dirigido para bloquear aspectos concretos de las células tumorales o del ambiente que las rodea, como el desarrollo de vasos sanguíneos que el tumor necesita para su crecimiento y proliferación. En combinación con la quimioterapia puede prolongar el tiempo en el que la enfermedad está controlada.

 

 

 

 

 

 

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