Un “trabajo de comunicación con el interior de mi cuerpo”. Así define la danza Paz Corrales, creadora de la danza interior, una marca registrada que nace como fruto de su experiencia como paciente de cáncer, dentro de la rama de la danza-movimiento terapia. Una técnica que podría tener beneficios para la salud física y psicológica de los pacientes de cáncer y mejorar su calidad de vida.

Mª Ángeles Hurtado, doctora en Psicología, destaca que la danza permite trabajar el estado psicológico, además de aportar otras ventajas. “Estás aportando cosas positivas a nivel físico-médico, y además, en las clases te ríes”. Lo que marca la diferencia, en opinión de esta bailarina profesional, “es la parte psicológica, porque el cáncer va a estar ahí sonrías o llores”. Así que, “si además te ríes y consigues construirte de nuevo, tenemos el pack perfecto, aunque lleva tiempo”, advierte.

“Cuando el cáncer empieza, todo parece malo, no se hace ninguna actividad que sea positiva”.
Mª Ángeles vivió el proceso con su madre. “Parece que en ese tiempo no vamos a crear nada agradable porque el cáncer no se vincula con salud, sino que en ese proceso las cosas solo se vinculan con la enfermedad”, y es precisamente ese pensamiento el que “lo cambia todo, porque tu estado psicológico te puede predisponer a ver solo lo negativo, cuando en realidad tienes una parte de tu cuerpo mucho mayor que puede ayudar a la que está mala. El resto de tu cuerpo existe”, recuerda. “¿Por qué esta parte de tu cuerpo te limita al 100 %?, se pregunta Paz. “Eres 100, no dejes que un 5 % gane al otro porcentaje”.

Volver a construirse 

Mª Ángeles está convencida de que “todos los pacientes oncológicos tienen que hacer una actividad física que les reporte beneficios y vuelva a reconstruir su imagen; no dejes que se pierda la movilidad”, recomienda. En su caso, estudia lo que pasa en el cuerpo, por ejemplo, tras una cirugía, trabajando la elasticidad del miembro superior, que se ve muy afectada por la operación y posterior radiación. Se trata de “que no vaya a más la falta de flexibilidad, sino darles movilidad”. También es muy importante tratar la imagen.

En sus clases de Danzathe (el nombre que da a sus talleres) utiliza herramientas como la danza, el movimiento o la música, “pero también podemos pintar, meditar para tomar conciencia de nuestro cuerpo, hacer juegos”… Eso sí, la base es siempre “el movimiento, que no deja de ser danza”, explica. Paz reconoce que, en su caso, “tiene más peso mi experiencia vital, es decir, haberlo vivido”. En los talleres, “yo no vengo a hablar de enfermedad, sino de salud, porque yo no soy solo cáncer”.

“Yo no soy solo cáncer”

Mª Ángeles considera que hay que ser consciente “de la persona que tienes enfrente”, por lo que sus clases están adaptadas. “Tienes que ser consciente de cuáles son las características de cada tipo de persona, que tienen unas determinadas condiciones psicológicas”.

Paz adapta también los diferentes grados de actividad física: “a lo mejor, un día necesitan bailar como locos, y otro tumbarse y respirar o dejarse llevar por la música”… La clase depende de cómo esté el paciente. “No todo el mundo puede bailar ni todos los cánceres son iguales”, explica. “Es importante que la danza se introduzca desde el principio, una vez que estás operado y te dan el alta ya puedes empezar a mover el cuerpo”.

“Abrir el espacio a que quien venga sepa que tiene opción de conectar con su salud mucho más allá de cualquier diagnóstico” es el lema de Luchy López, SEO del proyecto de innovación social Faldalas y presidenta de la asociación Cuerpo que cuenta. Ella explica que sus espacios están abiertos a cualquier persona, esté sana o enferma, porque “lo contrario parece que te reduce a ser un enfermo de cáncer, sin tener en cuenta el resto de persona que eres”.

danza

Danza by Willy Ollero

Bailar en el hospital

Durante varios años, Luchy estuvo bailando en la planta de oncología infantil del Hospital La Paz de Madrid. “La danza no solo te ayuda a ti sino que hace un bien a tu alrededor si se practica con conciencia”, asegura esta psicoterapeuta corporal, bailarina y actriz.

Por su parte, Paz imparte clases quincenales para pacientes de cáncer ginecológico en el Severo Ochoa de Madrid bajo la supervisión de la psicooncóloga del hospital. Las intervenciones integradas de movimiento corporal y psicoterapia para abordar los síntomas provocados por el tratamiento oncológico son, sin embargo, aún escasas en el sistema sanitario.

Mª Ángeles cree que la danza “tendría que estar al alcance de los pacientes, porque les ayuda muchísimo en el proceso médico del hospital, donde el ritmo no cesa y donde nadie se para a decirte: Oye, ¿has reído hoy? ¿Sabes quién eres después de todo esto? ¿Eres consciente?”. “Me encantaría que se estableciese de forma regular, que se implantase en el pensamiento de la gente que la mejor forma de superar esto es haciendo una actividad que te aporte beneficios”, confiesa la psicóloga. “Mi herramienta es la danza y cada uno tiene que buscar cuál es la que le va mejor”.

 

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