El cáncer de ovario también tiene su fecha señalada, es el 8 de mayo. Este cáncer, llamado silencioso por tener síntomas comunes que no llaman la atención, no siempre se detecta a tiempo, y por desgracia, numerosos son las mujeres diagnosticadas en un estado avanzado de la enfermedad. Cuando se consigue identificar el tumor precozmente, más del 90% de las mujeres tienen una supervivencia superior a los cinco años.

Según los últimos datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), cada año más de 3.200 mujeres son diagnosticadas de cáncer de ovario en España. Los estudios han demostrado que el pronóstico y la supervivencia dependen en gran medida de la cantidad de tumor que queda en el momento de la intervención quirúrgica inicial. Las pacientes sin tumor residual o con nódulos menores de un centímetro de diámetro tienen las mayores probabilidades de curación y supervivencia a largo plazo.

Los tratamientos

El tratamiento está centrado en la cirugía y la quimioterapia. La cirugía en las fases iniciales de la enfermedad requiere una elevada radicalidad para conseguir eliminar el tumor. En caso de no poder garantizarlo, se pospone la intervención y se somete a la paciente a tres ciclos de quimioterapia, la llamada cirugía de intervalo. En lo que respecta al tratamiento oncológico, en los últimos años se está viviendo una auténtica revolución con nuevos tratamientos no quimioterápicos basados en el nuevo conocimiento sobre las vías de desarrollo del cáncer de ovario, como los inhibidores PARP o los de la vía MEK.

¿Y la investigación? 

La investigación en cáncer de ovario busca cubrir las actuales lagunas existentes en el diagnóstico precoz, en la falta de pronóstico y actores asociados a la recurrencia de los tumores y a la comprensión a escala molecular de la progresión de la enfermedad y el proceso de metástasis asociado. Unos aspectos en los cuales los investigadores del VHIR y del VHIO son líderes. En el caso del VHIR, se desarrollan tres líneas de actuación principales. En primer lugar, un proyecto de diagnóstico que utiliza la saliva como fuente de biomarcadores (miRNAs), un método no invasivo que pretende mejorar la detección precoz de la enfermedad. El segundo proyecto tiene como objetivo encontrar un perfil de marcadores de pronóstico (miRNAs y proteínas) asociado a la larga supervivencia de los pacientes. Y el tercero quiere conseguir entender mejor la progresión de la patología y la mejora de las terapias actuales. En este sentido, se explora el potencial de reguladores clave del ciclo celular como nuevas moléculas diana que, en combinación con las terapias actuales y/o alternativas para el CO, mejorarían la efectividad del tratamiento de los pacientes en función de su genotipo. Además, también se está desarrollando el uso de un dispositivo clínico que sea capaz de controlar el proceso de diseminación. Todo ello, con el objetivo de avanzar hacia una medicina más personalizada.

El Campus Vall d’Hebron se ha sumado al Día Mundial del Cáncer de Ovario con una jornada científica y de divulgación que se ha celebrado hoy, 4 de mayo. En el encuentro, Cáncer de ovario en el Vall d’Hebron: un abordaje multidisciplinario, han participado destacados profesionales de los centros que forman parte del Campus, de la atención primaria y representantes de pacientes, con la participación de la asociación Asaco, que han repasado el estado actual de la investigación y la asistencia en este campo y han incidido en la importancia de tratar a las pacientes afectadas por esta patología en centros multidisciplinarios de referencia, como es el caso de Vall d’Hebron, para mejorar el pronóstico.

Estas jornadas son fundamentales para que cualquier mujer se conciencie y acuda a su ginecólogo al menos una vez al año para averiguar que todo está bien. El riesgo es considerable si no se hace un diagnostico precoz. Está en nuestras manos evitar ir a peor.

 

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