En la mente de cada ciudadano está grabado el mensaje que refiere que el mayor enemigo de la piel por culpa de la exposición al sol es el melanoma. Sin embargo, la población desconoce que existe otro tipo de enfermedad oncológica provocada también por los rayos solares, mucho más frecuente (aunque menos agresiva en sus inicios), que mina día a día la vida de los que lo sufren.
Se trata del carcinoma basocelular (CBC), una neoplasia que se localiza en la piel, con frecuencia en el rostro, y que en España afecta a entre 100 y 200 personas por cada 100.000 habitantes. Una cifra que en concreto se estipula en 43.000 casos anuales, lo que indica que se trata de un tumor frecuente, incluso más que otras enfermedades oncológicas temidas por la población como la que afecta a la mama o a la próstata.
Conocerle es la mejor manera de evitar su diseminación a niveles que impidan ser extirpado en quirófano. En definitiva, se trata del cáncer de piel más frecuente en Europa, Australia y EE.UU. En la mayoría de los pacientes, la enfermedad se considera curable. Sin embargo, en una proporción reducida de casos, si el problema no se trata, evoluciona de una manera agresiva o reaparece tras varias cirugías o tratamientos con radioterapia. Es en estos casos cuando el tumor progresa a una forma avanzada difícilmente abordable con cirugía y afecta localmente (por ejemplo, órganos sensoriales como oído, nariz u ojos) o a distancia (huesos y otros órganos).
Tal y como ha aclarado Pedro Redondo, coordinador del Grupo Español de Dermatología Quirúrgica, Láser y Oncología Cutánea (GEDIDOC) de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), “el CBC quizás sea el tumor que pasa más desapercibido que otros porque su comportamiento no es tan agresivo, pero lo cierto es que si no se trata puede llegar a ser mortal. Es importante que se conciencie a la población para que se haga revisiones de la piel. Su chequeo es uno de los controles más rentables: es sencillo de realizan y se pueden detectar muchas cosas”
La buena noticia, tal y como ha adelantado la farmacéutica Roche en un encuentro con periodistas en la capital, es que existe una nueva terapia oral destinada a tratar los casos más avanzados de esta patología. Se trata de Erivedge (vismodegib). El medicamento está pendiente de precio y reembolso en España, cuya indicación terapéutica va dirigida principalmente a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Los datos del estudio Erivance, destinado a confirmar la seguridad y eficacia del fármaco mencionado, han confirmado ambas premisas así como su respuesta a largo plazo en un centenar de pacientes. Supone una novedad en un arsenal terapéutico muy limitado; de hecho, más allá de la cirugía, o la radioterapia si es factible, los especialistas habían ido probando la quimioterapia con escasos resultados. Aprobado tanto en EE.UU como en la Unión Europea desde el pasado mes de julio, el medicamento fue desarrollado para inhibir selectivamente la vía de señalización de Hedgehog, causante de la proliferación tumoral en más del 90% de los carcinomas basocelulares.

Impacto psicológico

Esta enfermedad tiene un notable impacto en la calidad de vida de los pacientes que evolucionan a los estadios más avanzados dado que pueden llegar a causar la destrucción del tejido circundante. Los problemas de mayor gravedad a los que se enfrentan los afectados son: el perjuicio por la propia patología (dolor, sangrado, exudado o mal olor), las deformidades físicas, el incremento de las necesidades de atención sanitaria, la percepción de rechazo y síntomas de depresión y ansiedad, además de la pérdida de funcionalidad, entre otros aspectos.

Como ha destacado María Die Trill, directora de ATRIUM (Instituto de Formación Psicooncológica), “dado el impacto de la enfermedad, el apoyo psicooncológico debería formar parte integral del tratamiento multidisciplinar de los enfermos, que se aíslan por estar deprimidos o porque los encuentros sociales les generan ansiedad o porque sienten vergüenza, aislamiento, alteración de la personalidad, falta de autoestima, etc, Además de sino otras secuelas emocionales que incluyen enfrentamiento al rechazo social, así como sentimientos de impotencia, inutilidad, frustración, y culpabilidad por ‘ser una carga”.

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