Arantxa de Lorenzo pasó de ser restauradora de escultura a montar Shape Up!, un gimnasio nada convencional imaginado para toda la familia donde ideó el programa I Fit Good. Después de pasar por dos cánceres de mama y un cáncer de Paget (cáncer de pezón), y de tener minusvalía a causa de la enfermedad, pensó en lo que le había faltado durante su convalecencia. Sin ninguna ayuda económica, decidió apostar por un gimnasio distinto. Nada más entrar, nos damos cuenta de ello.

En lugar de música ensordecedora y gente presumiendo de músculos (o no), nos encontramos en un lugar acogedor, viva imagen de la dueña y de Pablo, su marido, con una decoración muy cuidada, muy hogareña. La primera sensación es de paz y tranquilidad.

Después de su enfermedad acudió a un centro tradicional, y a las dos semanas se dio de baja porque no podía hacer ningún ejercicio por culpa de las secuelas. I fit good es un concepto de ejercicios para pacientes oncológicos, tanto para los que han acabado los tratamientos como para los que están en tratamiento y el médico les aconseja moverse.

“Los monitores están licenciados en INEF (Ciencias de la Actividad Física y el Deporte). Es gente muy preparada”, nos cuenta Arantxa, porque para ella lo importante es el concepto de cliente, lo que se ofrece y se da. “No admitimos pacientes sin ver una autorización médica”, dice Arantxa, quién se lanzó a esta aventura para ofrecer algo que había necesitado sin encontrarlo. “La gente cambia de manera positiva al verse progresar”, nos dice, “y por haberlo vivido, creo que sé hasta dónde quiere llegar cada uno de nuestros clientes”.

El programa está seduciendo y ya están colaborando con la aecc, el MD Anderson Cancer Center y la Fundación IMO.

http://shapeupmadrid.com/i-fit-good

Ejercicios de Pilates adaptados:

Los ejercicios se pueden realizar diariamente, cada uno a su ritmo. No se debe solo trabajar los brazos, más bien alternar con las piernas para no cansar demasiado esta parte del cuerpo.

Carmen Lorente nos aconseja andar todos los días también para favorecer el sistema cardiorespiratorio y proteger, gracias al impacto con el suelo, nuestros huesos de la osteoporosis.

Posición inicial: con los pies separados a la anchura de las caderas (intentando neutralizar la pelvis), la espalda recta y los hombros abajo y “conectados”, intenta juntar las escápulas (omóplatos). Inspirar y espirar en cada uno de los ejercicios.

Parte superior del cuerpo

1. Respirar bien y abrir la caja torácica para que el oxígeno pueda fluir mejor. Ponemos las manos en las costillas Cogemos aire por la nariz (abriendo las costillas), llenamos los pulmones, soltamos todo el aire y apretamos de abajo hasta arriba la tripa (el suelo pélvico, el ombligo y las costillas). Inspiramos y repetimos. Repetir entre 8 – 12 veces.

2. Para movilizar y flexibilizar el hombro, y fortalecer la musculatura interescapular.

Seguimos en posición sentada. Con los brazos extendidos delante del cuerpo, cogemos aire alargando los brazos hacia delante; al espirar, tiramos de los hombros y de las escápulas  hacia atrás.  Repetir de 8 – 12 veces.

3. Para movilizar el hombro

Intentamos que los codos estén alineados con los hombros. Inspiramos, y al espirar bajamos un brazo mientras levantamos el otro a la vez, sin olvidar mantener unidas las escápulas y apretando el abdomen. Recordar que hay que mantener los hombros bien colocados durante todo el ejercicio. Repetir entre 10 – 20 veces, dependiendo del estado físico en el que nos encontremos.

4. Si no tenemos linfedema, podemos usar pesas ligeras. El ejercicio es idéntico al anterior.

Para prevenir el linfedema

5. Es aconsejable practicar diariamente. En caso de que tengamos linfedema, es adecuado para trabajar el brazo (además de mantener los drenajes linfáticos). Con el hombro en su sitio y respirando normalmente, subimos y bajamos el brazo con la mano abierta y la cerramos repetidamente. Repetir con el otro brazo. Realizar entre 8 – 12 repeticiones.

Con pesas ligeras, hacemos el mismo ejercicio apretando la pelota .

6. Para prevenir el linfedema con pesas ligeras. 

(En caso de tener un linfedema, consultar antes con el médico si podemos realizar ya ejercicio con algún tipo de peso). Apretamos la pelota y subimos el brazo movilizando el hombro. Así se activa la circulación sanguínea y linfática y aumenta nuestra fuerza. El codo no debe estar totalmente estirado.

7. Para incrementar la movilidad de hombro, y fortalecer la espalda y transversos del abdomen.

Con los codos abiertos y las manos en la nuca, siempre apretando el abdomen, cogemos aire y giramos el tronco; al soltar el aire, volvemos al centro. Inspiramos y giramos al lado opuesto. Espiramos y volvemos a la posición inicial.

8. Nos imaginamos con un libro en las manos, cogemos aire y al soltar el aire, llevamos todo lo que podamos las manos atrás sin despegar los codos del costado. No debemos olvidarnos de respirar llenando los pulmones y abriendo la caja torácica al inspirar, y apretando el abdomen al espirar.

9. Cuando estemos mejor, podemos añadir tensión al ejercicio utilizando una goma (ojo al comprar la goma, el color marca el grado de tensión).

Masaje

10. Con la pelota, activamos nuestra circulación y relajamos la zona del brazo. Es una forma también de sentir nuestro cuerpo.

Parte inferior del cuerpo

Siempre y cuando no haya molestia ni operación en el vientre o en las piernas

Para trabajar el estiramiento y la fuerza

11. Seguimos sentados. Nos enganchamos la banda con el pie y la sujetamos con las dos manos bien firmes; según la fuerza de nuestra espalda y vientre, nos apoyamos o no contra el respaldo de la silla. Estiramos la pierna hacia delante, sin olvidarnos de la respiración y pensando en juntar nuestros hombros, y la bajamos. Alternamos.

Para piernas y abdomen

12. Sujetándonos a la silla, subimos una pierna y luego la otra para acabar levantando las dos piernas a la vez.

Para activar el sistema linfático a diario

13. De frente y/o de lado, subimos con los dedos (hasta donde podamos, cada día que pase llegaremos más arriba) a lo largo de la pared.

Para el estiramiento de espalda (únicamente si no nos mareamos)

14. Sentados en una silla, cogemos aire con la espalda estirada y soltando el aire relajamos la espalda bajando poco a poco hasta llegar a los pies con las manos. Cogemos aire y al espirar volvemos a subir poco a poco para acabar con la espalda y los brazos en la posición inicial.

Para la movilidad del hombro

15. Con las piernas dobladas, separadas al ancho de las caderas, y con la zona lumbar pegada al suelo. Debemos intentar no despegar nunca los hombros del suelo. Cogemos aire, subimos los brazos y al soltar el aire, bajamos los brazos por el lateral.

 

Gracias a Carmen Llorente, licenciada en INEF por la Universidad Politécnica de Madrid y a Belén por esta clase magistral.

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