Pizzas, hamburguesas, perritos, kebabs, patatas fritas… la lista de ‘pecados’ es inagotable. Sabemos que son alimentos poco saludables, que nos engordan y que no nos ayudan a ir al baño, pero aun así caemos rendidos a sus pies en cuanto surge la oportunidad.

comida saludable

Según nos cuenta Susana Basañez Barrero, dietista y nutricionista del centro Hezi de Bilbao, “debido a la elevada densidad calórica, sus grasas saturadas, alto contenido en sal y poca fibra, estos alimentos obstruyen nuestras arterias, elevan nuestra tensión y favorecen la aparición de enfermedades futuras”. Es más, cuando consumimos ‘comida basura’ estamos dejando de ingerir los nutrientes que requiere nuestro cuerpo, por lo que el daño es mayor.

Mientras que un plato de lentejas con verduritas suman sólo 105 calorías, y un plato de judías verdes con patata cocida, 80 kcal, una hamburguesa completa contiene unas 500 calorías, una porción de patatas fritas otras 400 calorías y dos porciones de pizza unas 360 calorías. Pero no todos estos productos han de considerarse poco saludables: la pizza, por ejemplo, dependerá de su composición y de los ingredientes que usemos (prueba de cambiar el bacon por pimiento y el queso azul por cebolleta).

¿Y las comidas con amigos?

Cuando estamos de aperitivo con amigos también existen infinidad de opciones saludables, tales como “aceitunas, encurtidos (como pepinillos, cebolletas), alimentos enlatados (berberechos, mejillones, que tienen bajo contenido calórico y elevado contenido en hierro), sardinas (elevado porcentaje de ácidos grasos omega 3 y calcio), jamón natural, verduritas a la plancha”, nos enumera Basañez.

Al reunirnos con la familia tampoco hay que comer sin límite, y Basañez Barrero nos recuerda  que la clave está en “la compensación entre la cantidad que se come y la composición del plato. No será lo mismo disfrutar de una tostada de jamón con setas que de una tortilla con mayonesa y cangrejo”. Y es que podemos disfrutar de la velada sin pasarnos, ¿no?

Receta rápida salvavidas

Ahora bien, si por el contrario eres de aquellos que no tiene tiempo para cocinar, eres poco habilidoso entre fogones o simplemente no te gusta dedicarte a ello, existen tarros de verdura y legumbres en todos los súpers (mejor elegir botes de cristal y acompañarlos de verduritas).

Un plato sencillo, económico y rico en nutrientes, que puede salvarnos más de una noche es, por ejemplo, una crema de espárragos con virutas de jamón y huevo duro. Tan sólo necesitas: 1 bote de espárragos blancos, 1 bote de espárragos verdes, 1 patata, caldo de pollo, 1 huevo, 2 lonchas de jamón ibérico. Vuelca en una olla los dos botes de espárragos, blancos y verdes, con su jugo, añade la patata pelada y nada más (ni sal ni agua). Si quieres, escurre el caldo de los espárragos y emplea caldo de pollo. Llévala a ebullición y, cuando acabes, presenta con el huevo y el jamón picaditos por encima.

Comer de todo y practicar ejercicio físico

Si nuestra alimentación es variada, equilibrada y nuestros hábitos de vida son saludables (practicamos ejercicio físico con regularidad, consumimos 2 litros diarios de agua…), no pasa nada por consumir comida fast food una vez por semana, eso sí, siempre que cuidemos el resto de la semana cumplir los requerimientos nutricionales de nuestro cuerpo.

“No hay por qué hacer todo a rajatabla, se trata de ser moderado en todo, incluso en el ejercicio… Y completarlo con una alimentación variada y rica en nutrientes, como es la dieta mediterránea”, nos aconseja la experta en nutrición.

 

*Si tienes dudas, consulta con el nutricionista de tu hospital.

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