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El cuidado de la boca y los dientes durante el tratamiento de cáncer es clave para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida de las pacientes, especialmente en el caso del cáncer de mama, en el que la mujer ya ve afectada su apariencia física de forma importante. Es frecuente que en el proceso de diagnóstico y asimilación del cáncer, que apartada la prevención y la intervención precoz en las posibles complicaciones que el tratamiento con quimioterapia y radioterapia puede tener en los dientes, muelas y encías de los pacientes de cáncer en general y esto acaba afectando a su confort y su calidad de vida, al interferir a menudo en su alimentación.

En las pacientes con cáncer de mama, la quimioterapia y, en menor medida, la radioterapia pueden impactar negativamente en toda la cavidad oral, por lo que en Estados Unidos, el Instituto Nacional del Cáncer ya publicó una serie de recomendaciones para el tratamiento oral y dental previo al tratamiento oncológico, como parte del proceso global de tratamiento, que contempla:

  • Un examen completo de la boca y los dientes antes de iniciar el tratamiento de radioterapia o quimioterapia.
  • Una limpieza de boca profesional
  • Tratamiento de las caries y restauración de las piezas necesarias
  • Tratamiento de la enfermedad periodontal
  • Controles periódicos durante el tratamiento oncológico
  • Seguimiento de las posibles señales de alarma ante complicaciones: hinchazón y/o sangrado de encías, entumecimiento de la mandíbula, dolor de encías. 

La higiene bucal no es muy distinta a las pautas que debe seguir el resto de la población, pero en la paciente con cáncer debe ser exhaustiva y rigurosa. Esta rutina debe incluir:

  • Cepillado de dientes y lengua después de cada comida.
  • Completar la higiene con seda dental, siempre que la encía no esté inflamada.
  • Enjuague frecuente de la boca con agua para combatir la sequedad que provoca el tratamiento. 

Lo fundamental es que la paciente pueda centrar todas sus energías en recuperarse de su enfermedad y es importante evitar, siempre que sea posible, todo aquello que pueda mermar su calidad de vida.

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