memoria

Algunos supervivientes de cáncer presentan, con cierta frecuencia, problemas o alteraciones cognitivas, dificultades de memoria, atención, concentración,comprensión, rapidez psicomotora o de pensamiento posiblemente causados por la enfermedad o los tratamientos recibidos. Estos problemas pueden desaparecen con el tiempo, pero también pueden persistir. En cualquiera de los dos casos, te ayudará seguir una pautas para mejorar el funcionamiento de la memoria y superar los problemas que hayas notado hasta ahora. Te proponemos las siguientes:

  • Lleva a cabo una planificación diaria detallada y haz listas de las citas y horarios de actividades del día, de la toma de medicación o de las fechas importantes. Las agendas, en papel o electrónicas, los smartphones o simplemente, una libreta y unos post-it son de gran ayuda para recordar y ahorrar recursos de atención y memoria.
  • Establece rutinas y trata de mantener el mismo horario cada día. También te ayudará fijar lugares específicos para guardar tus llaves, la cartera, el móvil y otros artículos importantes.
  • Ejercita tus capacidades y habilidades cognitivas: juega al ajedrez, haz sudokus o recurre a los videojuegos. Otra forma de hacerlo es aprender nuevas habilidades mediante cursos de formación, informática, idiomas…
  • Duerme bien y descansa de forma adecuada. Durante la noche se afianzan el aprendizaje y la memoria.
  • La actividad física regular no solo es buena para tu cuerpo sino que, además, mejora tu estado de ánimo. El ejercicio te hace sentir más alerta y disminuye el cansancio. Actividades sencillas como dar un paseo de 15 o 20 minutos diarios, incluso practicar cinco minutos de ejercicios ligeros a moderados, tiene efectos positivos en el rendimiento congnitivo.
  • Mantén una dieta equilibrada que incluya frutas y verduras, pues sus nutrientes se relacionan con el mantenimiento de la capacidad intelectual.
  • Haz las tareas de una en una y no intentes hacer varias cosas a la vez. 
  • Si necesitas ayuda, pídela. No intentes que las personas que te rodean adivinen que pueden o deben ayudarte.
  • Registra los problemas de memoria que notes a lo largo del día. Puedes hacerlo llevando un diario en el que apuntar qué tipo de dificultad tienes, cuándo aparece y qué acontecimientos están sucediendo en ese momento. Con este método sabrás con qué frecuencia y en qué momentos y situaciones aparecen los problemas y si se relacionan con la toma de alguna medicación. Esta información es importante a la hora de consultar con el equipo sanitario acerca de tus problemas de memoria.
  • Intenta no centrarte en los aspectos negativos que pueden tener estos síntomas. Acepta que tienes problemas, ya sean transitorios o más duraderos, y a partir de aquí, céntrate en manejar lo mejor posible la situación. Lo mejor es darse tiempo para volver paulatinamente a la normalidad.
  • Habla con los demás acerca de lo que te preocupa. Te ayudará conversar sobre lo que te ocurre con tu familia y amigos o con profesionales sanitarios. Recuerda que estás ante un efecto secundario y no hay motivo para avergonzarse de ello. Su apoyo y comprensión te tranquilizarán y te ayudarán a concentrarte y procesar la información. 
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