Occidente u Oriente. Hoy en el Blog de… Bárbara Tovar, psicóloga y directora de la Clínica Bárbara Tovar (www.clinicabarbaratovar.com), nos explica cómo repercute uno y otro en nuestro estado emocional.

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Pensamiento lineal o pensamiento circular

Durante las últimas décadas, dentro del mundo de la psicología se está produciendo un interés creciente por todo lo que tiene que ver con el pensamiento oriental. Oriente y occidente tienen diferentes modos de enfrentar muchos acontecimientos y tiene como consecuencia una gran diferencia en el impacto emocional de las personas según pertenezcan a uno u otro pensamiento. Hablamos por ejemplo del concepto de la muerte, del éxito, del esfuerzo del cuerpo.

Estos conceptos cuando los valoramos desde el pensamiento occidental están causando estragos emocionales en las personas en su día a día y en los más jóvenes. Y entre otras cosas tiene que ver con la forma  que tenemos de percibir la vida.  Una persona occidental ha aprendido  a ver la vida de forma lineal, esto quiere decir que las cosas que pasan no vuelven. Cuando perdemos la salud, una pareja, una oportunidad, esta queda atrás, y por tanto es irrecuperable. Los trenes pasan, y si no los coges no volverán nunca más, vendrán otros, pero ese no. Como podréis imaginar esta forma de ver el mundo genera un enorme sufrimiento. Nos dificulta desprendernos de cosas aún cuando a veces no nos dan la felicidad porque sentimos que si lo dejamos marchar ya no habrá tiempo de arrepentirse tendré que despedirme para siempre de ello. Lo mismo pasa con las parejas, o con la salud. Esa lucha por agarrarlo, arañarlo, sujetarlo nos hace inmovilizar la naturalidad de la vida, el ritmo natural de las cosas, y secuestra tanto nuestra atención respecto a lo perdido, que nos impide estar atentos a lo nuevo de cada día como una oportunidad para reencontrar lo que deseamos.

Sin embargo en el pensamiento Oriental la vida es circular. Todo lo que se va vuelve, todo forma parte de ciclos que se repiten, y si esperamos un tiempo todo vuelve a nacer, retorna a nosotros y vuelve a comenzar. Es un renacer cada día. En Oriente no se aferran a las situaciones externas o acontecimientos externos sino a los sentimientos que esos acontecimientos o situaciones tienen en nosotros. ¿Qué sentimiento tenía con este proyecto? ¿Y cuándo gozaba de mayor calidad de vida? ¿Y de cuándo…? Si perdemos la ilusión en nuestra pareja, y finalmente se rompe, volverá, con otro rostro, o con el mismo, de otro modo, o del mismo, pero esos sentimientos que teníamos de ilusión, de ganas de motivación de enamoramiento volverán. Solo tenemos que estar receptivos, abiertos y dejar marchar el pasado para poder empaparnos del presente. Aquella calidad de vida, aquellas risas, aquellas ganas volverán, con otros nombres con otra forma pero volverán, porque forma parte de nuestra naturaleza, de nuestros anhelos, de nuestra forma de vivir. Así las despedidas son mas fáciles, porque no serán un hasta siempre, sino un hasta luego.

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