¿Qué nos puede decir de las «terapias diana», los medicamentos selectivos que van directamente a la célula cancerígena y no atacan a las células sanas?

Un tumor no se diferencia de otro tumor por su localización, sino por las  proteínas que expresan sus células. Las alteraciones en estas proteínas  son las responsables de la capacidad del tumor para proliferar. El estudio de las proteínas que expresan los tumores permite realizar análisis que ofrecen al oncólogo médico gran información del fármaco antineoplásico que va a tener más efectividad en el tumor de cada paciente. Por ejemplo, en el carcinoma de mama se estudian y detectan posibles amplificaciones en los genes Her2-neu y Top2a para observar la sensibilidad al antineoplásico Trastuzumab o la tolerancia a las antraciclinas. En el carcinoma colorrectal, se analizan las mutaciones del k-ras y la amplificación del EGFR, para observar si un tumor puede responder a Cetuximab, Panitumumab, Erlotinib y Gefitinib.

¿Qué avances se han logrado en este tipo de terapia? ¿Cuál es el nivel de desarrollo actual?

El avance de estas terapias permitirá un tratamiento personalizado del tumor particular de cada paciente. Se pasará de tratar enfermedades a cuidar enfermos. La búsqueda de mutaciones en otros genes también se utiliza para buscar la terapia más adecuada en carcinomas no microcíticos de pulmón, tumores estromales gastrointestinales y del sistema nervioso central. Además, los estudios anotomopatológicos son fundamentales en el diagnóstico de la infección del virus del papiloma humano, que favorecer el desarrollo de cáncer de cérvix.

¿Cuándo se utiliza esta técnica, en qué casos?

El estudio de dianas terapéuticas es habitual en el análisis de los carcinomas de mama y en el tumor colorrectal; también se está utilizando en carcinomas no microcíticos de pulmón, y en tumores gastrointestinales y del sistema nervioso central.