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La canción la define muy bien. La vida es eso. Pensar, hablar, sentir, soñar, amar, reír, sufrir, llorar… y muchos verbos más. Unos situados en las luces y otros, en las sombras. ma ma, la película de Julio Medem, protagonizada por Penélope Cruz, nos transmite que somos muy afortunados por vivir. Y aunque lo sabemos,  muchas veces solo somos conscientes de ello cuando estamos a punto de perderla.

Para concienciar a la sociedad, me parece muy positivo que “hable” y muestre la realidad del cáncer de mama, sin recurrir a una forma subliminal, abstracta o únicamente dejándolo entrever. No recuerdo haber visto nunca en el cine a una mujer haciéndose una mamografía.

Sin embargo, he de decir que a mí la película no me ha gustado. No ha conseguido emocionarme –excepto en un par de momentos- y advierto que es bastante difícil no hacerlo porque soy de las que salen del cine ya sin kleneex en el bolso.  No me ha resultado nada creíble el personaje de Magda como paciente con cáncer de mama: cómo se enfrenta cara a cara al cáncer, su soledad, la forma de enterarse del diagnóstico, el tratamiento… en definitiva, cómo vive su enfermedad. Porque sí, durante el cáncer también se vive. Pero creo que no de la forma en la que se plantea en la película.

Y si Magda no me ha convencido, mucho menos el personaje que  interpreta Luis Tosar. Acaba de perder a su hija y a su mujer y ya es capaz de amar con esa profundidad a una mujer a la que conoce de dos momentos, lo veo ya no imposible  -la vida tiene grandes sorpresas- sino muy difícil. Las heridas del corazón todavía están muy abiertas para eso. Tampoco la relación médico-paciente creo que es así. Sí, se establece un vínculo de confianza, cordialidad, e incluso de amistad en algunos casos, pero de ahí a lo que vemos en la peli, hay un mundo.

Sí es cierto que en cáncer de mama a veces caemos en el exceso de optimismo olvidando que hay un porcentaje de mujeres que fallecen. Y la peli se pone en ese lado. Sin embargo, hasta llegar a ello, la vida de Magda creo que es muy diferente a la de una mujer a la que le quedan seis meses de vida. Termina su tratamiento, se queda embarazada (cuando la pérdida de fertilidad es uno de los efectos de los tratamientos oncológicos), tiene a su hija y muere. No vemos por ningún lado su deterioro, el dolor, el sufrimiento, la desesperación, el miedo… Y eso sí se vive en la realidad.

De sobra sabemos que la vida real en ocasiones supera cualquier guión, pero también que Julio Medem es un experto en jugar con la realidad y la fantasía. Y en este caso peca de exceso de fantasía.

No he sido paciente de cáncer de mama, pero como muchas personas sí lo he vivido muy de cerca. Mi madre murió de esta enfermedad, con 56 años, en el mismo lugar en el que quince días después nacerían mis dos hijas. La vida a pesar de la muerte.

Esmeralda, redactora jefe

 

Me parece una película en la que Penélope Cruz trabaja bien en su papel, pero que es irreal porque los personajes que la rodean son también irreales, sobre todo el oncólogo-ginecólogo.

Aunque los médicos son cada vez más cercanos con sus pacientes, quizá a muchas pacientes de cáncer de mama la relación médico-paciente que se establece en la película, les parezca mentira.

Isabel, redactora de Belleza

 

No me gusta leer ni tampoco escuchar críticas sobre una película antes de verla. En el caso de ma ma, sabía lo que pensaban mis compañeras de la redacción de LVR; invitadas por Sandra Ibarra, ellas ya la habían visionado en un pase privado. No obstante, intenté no dejarme invadir por sentimientos (positivos o negativos) al sentarme en la butaca del cine Capitol en la première de la película.

Con mis pañuelos preparados en el bolso, estaba preguntándome qué iba a ver. ¿Una peli sobre el cáncer? La respuesta no se hizo esperar. Ma ma no es una peli sobre el cáncer; el cáncer es un pretexto para hablar de vida, amor, energía positiva, esperanza y muerte.

Me imagino la controversia que va a traer. Y lo entiendo. Con el respaldo de mi modesta experiencia como directora de LVR, puedo decir que la peli no es nada realista. Pero ¿Medem quería hacer un documental sobre el cáncer? No soy crítica de cine, pero creo no equivocarme diciendo rotundamente que no. Ma ma es un himno a la vida. Es un cuento, es ficticio. Magda -el personaje interpretado por una Penélope Cruz que transmite una fuerza y una energía que no le había visto en ninguna de sus películas anteriores-   lucha de una forma casi ingenua sin olvidarse de los suyos. Más allá del debate (que veo inútil porque los que vivimos la realidad del “mundo” del cáncer sabemos que no es lo que se ve en la pantalla), el director transmite algo que me ha llegado al alma. Sí es posible enamorarse de una mujer con cáncer, sí se puede acariciar la piel donde había una mama. Lo que importa no es un pecho, lo que importa es la persona. Efectivamente, quedarse embarazada tras una quimio es complicado; ver llorar (tanto) a un médico no es lo más corriente, enamorarse como se enamoran tampoco pasa todos los días, pero me quedo con el mensaje de vida. Espero que esta película haga que la gente se pregunte sobre lo que representa ese cangrejo* que pasa a menudo por la pantalla y que está haciendo mucho daño bajo la dolorosa palabra cáncer.  Y como dice la canción de ma ma “vivir es pensar, hablar, amar, reír, sentir, llorar, sufrir, luchar” y añadiría, pase lo que pase, aunque parezca imposible.

* Hipócrates fue el primero en utilizar la palabra karkinos (cangrejo con un caparazón muy duro) al hablar de una úlcera maligna o cáncer.

Valérie, directora de la publicación

 

Vi la película el miércoles y me dejó fría. No me sentí atacada, ni agredida, ni insultada como paciente, el personaje de ella aunque es irreal, es muy bueno. Simplemente hay cosas que no concuerdan con la realidad, que no tenga una amiga, familiar, conocida… peculiar, ¿no?
El diagnostico irreal, ¡en un día! El tratamiento, más acorde a lo que es. Pero bueno, es ficción y hay que aligerar cosas…
Pero la pelí es mala. El personaje del médico, es quizá lo peor; esas caras de corderito ‘degollao’, cómo le cuenta de corrido los efectos de la quimio, las canciones, lo de ponerse a cantar en el quirófano es patético… y la interpretación muy mala. No sé si los críticos de cine lo interpretarán como un signo de modernidad, igual que las escenas minimalistas con tomas monocromáticas, cenas silenciosas, sueños… a mí no me van.
También patético el exceso de venta de la España Cañí, el mundial, el Real Madrid, la playa de Levante, la película del cid… falta solo el torero.
María, directora de publicidad y comunicación
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