Los pacientes diagnosticados de cáncer de mama a menudo piensan que el procedimiento para frenar la enfermedad comenzará con la cirugía, para después seguir con quimioterapia y/o radioterapia. Sin embargo, no en todos los casos es así.

Terapia neoadyuvante 

La terapia neoadyuvante es el tratamiento que se administra antes de la intervención quirúrgica y su duración varía en función de cada paciente. “Generalmente, es quimioterapia, basada en antraciclinas (doxorrubicina o epirrubicina) y taxanos (paclitaxel o docetaxel), los citostáticos más importantes en el manejo del cáncer de mama; Trastuzumab en las pacientes con tumores HER2 positivos; y ocasionalmente la terapia neoadyuvante puede ser terapia hormonal”, afirma la oncóloga del grupo hospitalario Quirón, Lucía González Cortijo.

Evolución 

Como comenta la doctora González Cortijo, hace años la terapia neodyuvante estaba reservada para pacientes no operables de inicio (por ejemplo, en tumores muy grandes, carcinomas inflamatorios, o cuando el tumor producía ulceración en la piel) o para aquellos que tenían un grado importante de afectación axilar. De esta forma, se conseguía reducir el tamaño de los tumores y hacer operables aquellos que inicialmente no lo eran. En otros casos, se conseguía hacer una cirugía lo más conservadora posible, evitando la mastectomía (extirpación total de la mama), que es lo que se hubiera hecho en el caso de operar nada más recibir el diagnóstico.

Tratamiento antes de la cirugía 

En la actualidad, sin embargo, el tratamiento neoadyuvante se ofrece a las pacientes con tumores que se consideran más agresivos, independientemente de su tamaño o de si hay afectación axilar, como en el caso de los denominados triples negativos y los HER2 positivos. De esta manera, es posible objetivar la respuesta in vivo del tumor y evaluar la reacción al tratamiento antes de la cirugía. “Esto tiene mucho valor, ya que en tumores muy agresivos el hecho de conseguir una respuesta patológica completa (que no quede tumor en la mama cuando esta se opera) es un dato de excelente pronóstico cuando inicialmente no era bueno”, explica la doctora.

Forma óptima de testar nuevos fármacos

Por otro lado, el tratamiento neoadyuvante es una forma óptima de testar nuevos fármacos en cáncer de mama, ya que en muy poco tiempo se comprueba la efectividad del medicamento; así, si un fármaco no produce los efectos deseados, se puede cambiar el tratamiento rápidamente. Cuando el cambio se hace después de la cirugía, se necesita mucho más tiempo de seguimiento para comprobar si los tratamientos logran que los pacientes recaigan menos o vivan más tiempo. Según datos de SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica), está demostrado que aplicar el tratamiento antes o después de la cirugía (terapia adyuvante o coadyuvante) ofrece los mismos resultados en cuanto a supervivencia.

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