pañuelo

Estando en una clínica médica acompañando a una amiga, mientras ella estaba en consulta, observé un cartel que mostraba como autoexplorarse. Lo leí detenidamente ya que me dio curiosidad y, a la mañana siguiente, a la hora de ducharme, me autoexploré siguiendo las instrucciones de dicho cartel y, para mi sorpresa, me detecté una pequeña bolita que apenas se palpaba.

Siendo trabajadora de un Hospital de Gineco – Pediatría, acudí de inmediato con una ginecóloga a la que le expresé lo que me había detectado. Ella me exploró y, de inmediato, me envió a un Hospital de tercer nivel para que fuera atendida por un especialista, dicho especialista me mandó hacer otra serie de estudios médicos, solo que me encontré con el problema de que las citas entre estudios y consultas eran muy retiradas. Mientras tanto noté que mi nódulo crecía, y me molestaba el roce de la ropa lo cual me inquietó aún más.

Años antes había trabajado en otra Institución en la cual tuve como jefe de servicio a un oncólogo militar, especialista en cáncer de mama, al cual consulté a nivel particular. Al explorarme me informó que ya urgía la cirugía pues que solo con tratamiento ya era imposible erradicar el cáncer.

Afortunadamente, un familiar conocía al director de un hospital al cual me llevó para hablar con él, A dicho director le expresé mi problema explicándole que en la primera Institución a la cual había acudido en primera instancia, además de darme alejadas las citas, aún estaban en controversia de qué tipo de tratamiento o cirugía me otorgarían. El director me dijo que no me preocupara y autorizó para que fuera atendida ahí, inmediatamente me ordenaron los estudios necesarios y en 20 días me encontraba en quirófano.

Mi tumor ya se encontraba en el segundo estadio el cual después de la cirugía inicié el tratamiento de 6 quimioterapias, durante dos años fueron chequeos continuos. Posteriormente, cada año hasta la fecha, independientemente de que tenga cita abierta por si se presenta algún problema.

Soy sobreviviente de cáncer de mama desde hace 19 años y mi deseo es que así como yo sobreviví, otras personas también lo hagan, además de difundir, prevenir, y darles esperanza, que la hay con nuestros testimonios.

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