cancer23Hace dos años que me diagnosticaron un tumor de mama localmente avanzado, cáncer, para que nos entendamos. Nadie dijo que sería fácil curarme, pero sí que era posible. Así que aquí estoy, contándoos mi historia desde la alegría, porque tengo motivos para ello. Me llamo María Ángeles, y ¡he superado un cáncer de mama! Sí, así de claro. El día 25 de marzo hizo dos años de mi terrible diagnóstico, pero hoy, tras mucho esfuerzo, puedo decir que lo he superado, estoy limpia. Oigo los porcentajes y las historias de recaídas, la llamada recidiva…pero yo prefiero hacer caso a mi oncólogo como he hecho todo este tiempo, y no vivir con miedo.

Quiero contaros mi historia para que veáis que se puede, que hay que remangarse y hacerse fuerte. Mi mensaje es de ánimo y de fuerza, y de enviar energía positiva. Creo que eso ¡es fundamental! Tengo 37 años, la edad en que la mayoría de la gente que conozco está en pleno desarrollo profesional, disfrutando de crear sus propias familias, de la maternidad o simplemente disfrutando de la vida, de viajar, de hacer planes. Pero yo estoy al final de un proceso que me dijeron en un principio que sería «un año malo», pero que se han convertido en dos, y no, no todo ha sido malo.
Tenía 35 años y muchos proyectos, pero todo quedó parado, o más bien aplazado, cuando llegó la noticia de que tenía cáncer. Esas 6 letras que cuando llegan a una casa se convierten en protagonistas absolutas, y todo tu mundo y de los que te rodean, se concentran en torno a ellas. El miedo es inevitable, hasta a pronunciarlas. Sin embargo, yo desde el principio pensé que lo que había que tenerles es respeto, no miedo. Había que pronunciarlas, plantarles cara, y una vez que te dicen que pueden curarte, confiar plenamente en tus médicos, y convertirte además en parte de tu curación.
Lo primero que me plantearon fue tratar de controlar la enfermedad, tenía un tipo de cáncer muy agresivo, Her2+, y me dieron 12 semanas seguidas de quimioterapia. Con ello no conseguimos la cirugía conservadora, que era mi mayor deseo, pero si conseguimos salvar los ganglios, que en el primer informe aparecían como «ampliamente afectados». Así que en julio de 2013, tras ese tratamiento y la mastectomía radical, el cáncer desapareció de mi cuerpo. Pero claro, era muy pronto para celebrarlo… así que todo lo que venía después era preventivo pero obligatorio, porque no confiaban en su entera desaparición. 3 ciclos de quimio de la más dura, cada 21 días, 25 sesiones de radioterapia y luego 14 ciclos de Herceptin, la medicina específica para el tipo de cáncer que yo tenía. No contentos con eso, me recomendaron también la mastectomía del otro pecho, el «bueno» como yo le llamaba, y tuve que someterme a ella el pasado mes de noviembre.
Ahora estoy ya casi recuperada de la intervención y reconstrucción de ambas mamas, que ha tenido ciertas complicaciones, que afortunadamente nada tienen que ver con el cáncer. Y tras dos revisiones después de acabar con todo lo que os he contado, me reconfirman la buena noticia, que sigo limpia, ni rastro de cáncer en mi cuerpo.
Ahora estoy tratando de recuperar mi vida, acabo de incorporarme al trabajo con mucha ilusión, y estoy retomando cada proyecto que dejé hace dos años, sobre todo mi sueño de ser madre al que no pienso renunciar ni por el cáncer ni por nada. Hay que tener clara la meta, saber por lo que se lucha. Primero por salvarte, pero segundo y muy importante, por cumplir tus sueños. Para que la lucha por «quedarte» merezca la pena.
Todo junto así al escribirlo me parece más duro de lo que ha sido, porque todo el tiempo me he sentido fuerte y con ganas de luchar. Creo que en ese estado se tiene más adrenalina de lo normal y sientes que puedes con todo.
He tenido la suerte de vivir esto rodeada de muchísimo cariño, y es lo que más me ha ayudado. Además de conocer o al menos leer testimonios de otras mujeres que lo han superado o han conseguido acostumbrarse a vivir con esto, y de todas aprendo muchísimo, y sobre todo me quedo con su mensaje de que hay que vivir feliz, sonriendo durante el tratamiento, y después…tenemos que aprender a tener memoria selectiva positiva, quedándonos con lo bueno que hemos sacado de todo esto, que es mucho, y sobre todo hay que ayudar a las que están ahora en plena batalla, contándoles nuestra historia y enseñándoles nuestras sonrisas.
Por eso he tratado de plasmar todo lo que he ido viviendo en un blog que espero que os guste, Nadie dijo que sería fácil, (nadiedijoqueloseria.blogspot.com.es). Me hace muy feliz cuando me escriben diciendo que les ha hecho mucho bien leerlo, si con ese poquito yo puedo ayudar a las demás, ya me doy por satisfecha.
Mucho ánimo a todas las que estáis ahora mismo viviendo el tratamiento.
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