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Un equipo del Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (Idival) ha descubierto un mecanismo natural que protege la piel del daño solar y del riesgo de desarrollar cáncer. Se trata, según los investigadores, de un «segundo escudo protector» para la piel que entra en acción cuando se sobrepasa la capacidad de respuesta de otro mecanismo de protección fundamental, la melanina, según informa El Periódico de Cataluña en su edición digital

La clave está en la proteína p53, considerada el «guardián de la integridad del genoma», ya que juega un «papel clave» para que no se transmitan errores en el proceso de replicación del ADN. La alteración de esta proteína está presente en muchos tipos de tumores, y especialmente en los carcinomas de piel (en el 80 por ciento de los casos), según señala en un comunicado el Gobierno cántabro, del que depende el Idival. La mutación en este gen, por sí sola, no es suficiente para que una célula normal se convierta en una célula cancerosa, explica El Periódico en su información.

Pero al aparecer la alteración, pierde el control sobre la duplicación del material genético y se acumulan otras mutaciones que se potencian entre sí, incrementando el riesgo de desarrollar un cáncer y su malignidad. El estudio, publicado hoy en la edición digital de la revista «Cell Reports», trataba de explicar por qué hay casos en los que, a pesar de encontrar en la piel clones de células con este gen alterado, no se llega a desarrollar un tumor. Y lo que ha descubierto este equipo del Idival es un fenómeno natural que provoca la eliminación de las células dañadas, reduciendo con ello el riesgo de que acumulen otras mutaciones y acaben convirtiéndose en células cancerosas.

De esta forma, ante un daño leve o moderado, la pérdida de p53 induce una diferenciación escamosa en las células de la epidermis, para la eliminación final por descamación. Este mecanismo es el que actúa cuando la capa más superficial de la piel se desprende tras la exposición al sol el primer día de playa. Alberto Gandarillas, investigador principal del grupo de Ciclo Celular, Células Madre y Cáncer del Idival, lo ha definido como un «segundo escudo protector» de la piel que actúa cuando se supera la capacidad de respuesta de la melanina.

 

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