Ronda de la paz y la eterna primavera

Ronda de la paz y la eterna primavera

Hace unos días se celebró el día de la «violencia de género» y todos los medios de comunicación se hicieron eco del tema, que por cierto es un tema bastante delicado, y ya me gustaría a mí que tras este día se acabe la violencia, ninguna mujer más maltratada por un hombre, si un hombre pone una mano encima de una mujer, que sea solo para acariciarla, y si le grita, que sea para decirle TE QUIERO, pero eso es una quimera, de sobra todos sabemos que la violencia seguirá, y seguirán muriendo mujeres víctimas de esos verdugos que eligieron como pareja.

Lo bueno es, que con estos actos de apoyo,  les estamos diciendo a las mujeres que no están solas, y si ellas empiezan a razonar encontrarán el lugar y a las personas que puedan ayudarles, saldrán de ese agujero tan negro.

Cuando las mujeres luchamos contra una enfermedad como el cáncer de mama, todo el mundo nos llama valientes, y esto nos da fuerza porque nos sentimos arropadas, pues lo mismo quiero que sientan estas mujeres que sufren la mayoría de las veces en silencio, a escondidas y que tienen que maquillarse el maltrato, y pintarse una sonrisa que no sienten, así como tener que medir las palabras porque el energúmeno que tienen a su lado puede sentirse herido en su hombría.

Lo triste de esto es que hay mujeres maltratadas en todas las clases sociales, en todos los lugares, lo bueno es que cada vez hay más asociaciones y grupos dispuestos a ayudarles, eso no solo es bueno, es buenísimo porque empieza la batalla.

Pero, desgraciadamente no solo es violencia el maltrato de un hombre a una mujer, es violencia el engaño y violación a niñas y niños que se sienten indefensos, que no saben los recursos con los que pueden contar porque en muchas ocasiones, el desgraciado violador, acosador, engaña a estas criaturas con mentiras y triquiñuelas que además del acoso hacen mucho daño con sus palabras, un daño que tarda años en olvidarse, a veces, nunca y deja marcado al niño o niña durante toda su vida.

Por eso, aprovechando la celebración del día de ayer y aprovechando las líneas de esta REVISTA ROSE quiero incitar a los padres de hijos pequeños para que le observen, con mucha maña y cuidado, y sobre todo que el niño o niña se sienta protegido, que le den la suficiente confianza a su hijo como para que la criatura sepa que puede contar con sus progenitores pues ellos los van a proteger, una vez escuché a un niño decir que su papá era tan fuerte que le podía a los piratas y al séptimo de caballería y que su mamá sabia de todo, incluso sabia más que todas mamás. Evidentemente este niño estaba muy arropado, pues eso es lo que a mi gustaría que todos los padres hicieran creer a sus hijos que son los más valientes y mejores, porque solo así sus hijos serán fuertes, sin miedos, valientes y nada violentos.

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