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Hace algunas semanas dijimos adiós al profesor Gianni Bonadonna, uno de los artífices de la creación y desarrollo de la Oncología Médica en Europa. Era uno de esos médicos que han cambiado el curso de la historia de la Oncología y al que millones de personas afectas de cáncer deberán gratitud eterna. Bonadonna estudió Medicina en su Italia natal. Graduado en la Universidad de Milán, en 1959 decidió ampliar su formación en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York. De vuelta a Europa, comenzó a trabajar en el “Istituto Nazionale dei Tumori” (INT) de Milán donde fue nombrado Director de la División de Oncología Médica (1976) y, posteriormente, Director del Departamento de Oncología Médica.

Su nombre quedó escrito con letras mayúsculas en la historia de la Medicina ya en la década de los años sesenta, cuando el Instituto del Cáncer de Estados Unidos desarrolló el tratamiento de quimioterapia MOPP (Vincristina, Procarbacina y Prednisona) en la Enfermedad de Hodgkin, que permitió curar pacientes de esta enfermedad, pero llevaba asociadas con graves toxicidades. Bonadonna entonces ideó un nuevo esquema que muy pronto se convertiría en el referente estándar para el tratamiento de la Enfermedad de Hodgkin y que ha permitido curar hasta la actualidad a un significativo número de pacientes con menor toxicidad.

Junto a esta gran aportación a la Oncología, su otro trabajo clave fue la quimioterapia  tipo CMF como tratamiento adyuvante en el cáncer de mamá operado, lo que  abrió  las puertas a los importantes resultados actuales en esta neoplasia. En 1976, G. Bonadonna publicó este estudio en New England Journal of Medicine siendo la referencia de numerosos estudios posteriores y ganándose así el derecho a que su nombre figure como uno de los pioneros en el tratamiento del cáncer de mama y enseñando que esta enfermedad se puede curar. Por ello, por su ejemplo y su trabajo en 1989, fue galardonado con el más alto honor científico de ASCO (American Society of Clinical Oncology), el “David A. Karnofsky Memorial Award and Lecture”, que reconoce a los investigadores clínicos innovadores que han cambiado la forma de hacer la práctica clínica en la Oncología.

Su libro “Manual de Oncología Médica”, publicado en español en 1983, fue para los oncólogos de aquella época el sustento científico de su práctica clínica. Favoreció la formación y el progreso que ha hecho a la Oncología Médica de España un ejemplo a nivel internacional. Fue autor de muchos más libros donde expresó su experiencia humana y su relación con el paciente con cáncer. Algunas de sus frases más célebres recogidas en sus libros han sido: “el objetivo principal de la profesión médica es prestar un servicio a la humanidad”. “La Medicina, para los médicos como para los pacientes, debe seguir siendo un arte, una forma de encuentro y de diálogo entre las personas, no el contacto accidental y apresurado”.

El tiempo borra los nombres y los recuerdos, pero las nuevas generaciones de oncólogos  no deben olvidar que muchas de sus actuaciones diarias como profesionales se deben a hombres como Bonadonna que cambiaron el curso de la Oncología cuando esta estaba aún en sus fases iniciales de desarrollo.

Desde la Fundación ECO,  como representantes de un impulso nacional para mejorar la calidad de la  asistencia a los enfermos de cáncer españoles, tenemos como referente a  estos excepcionales  científicos volcados en el cuidado y en la mejora  de las atenciones a los enfermos. G Bonnadona  forma parte de la historia de la Oncología, de nuestra historia y la  de muchos enfermos que se curaron gracias a su esfuerzo y ha contribuido a la construcción del entramado más sólido de nuestra  especialidad. Desde aquí, queremos expresar nuestro  agradecimiento y deseamos mantener  siempre vivo su recuerdo en los oncólogos españoles como la mejor  forma de reconocimiento a una vida de dedicación ejemplar.

Descanse en paz.

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