Aunque los antibióticos son fármacos eficaces para tratar infecciones bacterianas, su uso no está exento de riesgos y uno de ellos es la aparición de resistencias microbianas, un mecanismo por el que bacterias inicialmente sensibles a la acción de un antibiótico, crean resistencias a su acción provocando que el antibiótico deje de ser efectivo contra ellas.  Precisamente, la aparición de resistencias está relacionada  con el consumo de antibióticos “por lo que es estrictamente necesario el uso prudente de los mismos. Con ello nos referimos a utilizarlo cuando aportan beneficios al paciente. Es decir, cuando este padece una enfermedad bacteriana, eligiendo siempre el más adecuado, en la dosis, pauta y duración del tratamiento adecuadas que permitan obtener el mayor beneficio con el menor riesgo para el paciente”, afirma la Dra. Albañil, pediatra del Grupo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) en el marco del Día Europeo para el Uso prudente de Antibióticos.

La dispensación de antibióticos está regulada por ley de forma que solo es posible adquirirlos mediante prescripción realizada por un médico. De ahí la necesidad de que los médicos reciban una adecuada formación, mantengan sus conocimientos actualizados, cuenten con medios diagnósticos adecuados y dispongan de tiempo en las consultas. Por desgracia, «se produce dispensación sin receta y además existe un uso por automedicación, es decir, los pacientes utilizan por su cuenta sin prescripción médica antibióticos que han sobrado de tratamientos previos seguidos por ellos, sus familiares o personas de su entorno”subraya la Dra. Albañil.

Por ello, las campañas de información y educación sanitaria en la población y la adecuación de los tiempos de consulta en la atención al paciente son aspectos clave para facilitar el uso racional de antibióticos. En este sentido, la Dra. Albañil comenta que, junto con la formación de médicos y sanitarios, “es preciso profundizar en medidas que ayuden a diagnosticar adecuadamente las infecciones bacterianas, tales como la incorporación en las consultas de métodos de diagnóstico rápido y que se proporcione a los profesionales  la información epidemiológica  sobre  tasas de resistencia microbiana en sus áreas de trabajo”.

 

 

Como medida de apoyo al uso prudente de los antibióticos, la AEPap presenta y pone a disposición de los profesionales el “Decálogo del buen uso de los antibióticos”, disponible en la web Familia y Salud, y editado en varios idiomas y que distribuirá y expondrá en los Centros de Salud españoles con el objetivo de concienciar a padres y niños sobre la importancia de un correcto uso así como explicaciones sobre su consumo.

  1. Los antibióticos han salvado millones de vidas. Es imprescindible usarlos adecuadamente para que sigan siendo útiles.
  2. Son solo efectivos para las infecciones causadas por bacterias. La mayoría de las infecciones infantiles están causadas por virus y por eso no se curan ni alivian con antibióticos.
  3. La fiebre no se trata con antibióticos. Su presencia no significa que sean necesarios.
  4. La ley prohíbe vender antibióticos sin receta. Solo el médico los puede prescribir. No se deben tomar sin su supervisión.
  5. No se deben usar los antibióticos que hayan sobrado de otros tratamientos.  Estos se deben llevar al punto SIGRE (puntos de recogida en las farmacias) para su reciclaje
  6. Los antibióticos se deben tomar en las dosis, pautas y durante el tiempo que haya recomendado el médico
  7. No se deben suspender los antibióticosaunque desaparezcan los síntomas de la enfermedad salvo por indicación médica.
  8. Los antibióticos son medicamentos seguros pero en algunos casos pueden tener efectos secundarios o producir alergias. En estos casos se debe consultar con el médico.
  9. Los antibióticos mal usados dejan de ser efectivos porque las bacterias se hacen resistentes a sus efectos. Esto supone un problema sanitario grave.
  10. Los antibióticos han de utilizarse con ciertas precauciones durante el embarazo y la lactancia. Estas circunstancias deben ser comunicadas a su médico.

La vacunación contribuye a la disminución del consumo de antibióticos 

Medidas como la vacunación contribuyen a disminuir el uso de antibióticos. “Las vacunas bacterianas conjugadas han mostrado su eficacia para controlar las infecciones por estos gérmenes, tanto en los vacunados como en sus contactos. Y respecto a las vacunas virales, la vacunación, al disminuir la enfermedad, impide la posibilidad de sobreinfección bacteriana, real o supuesta, con el consiguiente ahorro en prescripción de antibióticos”, confirma la experta.

La existencia de un calendario vacunal adecuado a las necesidades de la población y con altas coberturas también contribuye a disminuir el consumo de antibióticos y la circulación de gérmenes resistentes tal y como se ha demostrado con la vacuna antineumocócica.

El uso racional de antibióticos también es una responsabilidad de las autoridades sanitarias, que deben dotar a los profesionales de medios y de la  información y formación precisas. Por otra parte, es importante asegurar el tiempo suficiente de atención en las consultas que permita la comunicación entre profesionales y pacientes, así como definir el marco legislativo que regula la comercialización de fármacos y vacunas y el diseño del calendario vacunal oficial.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta