Asesoramiento genético: BRCA1 y BRCA2

Por Javier Granda Revilla

BRCA1 y BRCA2 son genes que producen, respectivamente, las proteínas BRCA1 y BRCA2, muy importantes en la recombinación homóloga, que es el sistema de replicación y reparación del ADN. “El ADN es la molécula en la que está escrita la información que necesitan las células para cumplir sus funciones. Es como un «manual de instrucciones». Llamamos gen a cada unidad de información. Los seres humanos tenemos en cada una de nuestras células dos copias de cada gen, una heredada de nuestra madre y otra de nuestro padre”, explica la doctora Ana Beatriz Sánchez Heras, coordinadora de la sección de cáncer familiar y hereditario de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Como recalca, genes como BRCA1 y BRCA2 “son muy importantes para el correcto funcionamiento de las células. Los fallos en la replicación o la no reparación de los daños del ADN conllevan inestabilidad genómica y mayor facilidad para la transformación maligna de las células. Una alteración —o mutación— en la secuencia de alguna de sus dos copias que impida que se produzcan las proteínas o que estas realicen correctamente su función favorece en las mujeres la aparición de cáncer de mama y de cáncer de ovarios. Por eso decimos que tienen alto riesgo o probabilidad de desarrollarlos”.

No existe un registro nacional de casos

En la actualidad, no hay un registro nacional de casos. Pero se estima que el síndrome de cáncer de mama hereditario asociado a mutaciones en línea germinal en los genes BRCA1 y BRCA2 tiene una incidencia de un caso por cada 500-2.500 habitantes. En concreto, en BRCA1, el riesgo de cáncer de mama acumulado a los 80 años es del 65-70%, con un pico máximo de incidencia entre los 30-40 años. Y también un riesgo alto —hasta el 30%— de desarrollar un segundo cáncer de mama 20 años después del primer tumor. En cáncer de ovario, el riesgo estimado es del 45%.

¿Cómo aumenta el riesgo de cáncer si se ha heredado mutaciones en BRCA1 o BRCA2

El síndrome de cáncer de mama y ovario hereditario asociado a los genes BRCA1 y BRCA2 se caracteriza por alto riesgo de cáncer de mama y de cáncer de ovario en la mujer comparado con el riesgo normal de la población general.

En población española, para las mujeres portadoras de mutaciones en BRCA1 el riesgo vital de cáncer de mama acumulado a los 70 años es del 52%, con pico máximo de incidencia entre los 35 y los 40 años. Y también alto riesgo —hasta el 30%— de desarrollar un segundo cáncer de mama. Para cáncer de ovario el riesgo vital acumulado es del 22%.

También se ha descrito aumento de riesgo de otros tipos de cáncer, como el carcinoma de trompa uterina, el carcinoma peritoneal primario (se consideran la misma enfermedad que el cáncer de ovario) y moderado riesgo de cáncer de páncreas. En hombres, se observa moderado incremento de riesgo de cáncer de próstata, de cáncer de mama y también cáncer de páncreas.

Importancia del asesoramiento o consejo genético 

En este tipo de cánceres, el asesoramiento o consejo genético es fundamental. Como detalla la doctora Sánchez Heras, es un proceso comunicativo en el que un profesional especializado proporciona información médica al paciente y/o sus familiares sobre este síndrome de predisposición a cánceres, su herencia, el riesgo de recurrencia y las opciones posibles de prevención y diagnóstico precoz. “El objetivo final es facilitar la toma de decisiones de acuerdo con los valores y creencias del paciente y actuar en concordancia con la decisión”, resume.

Las pruebas consisten en un análisis del ADN de un paciente, obtenido a partir de una muestra de su sangre o de frotis bucal. Se estudia la secuencia del gen o genes sospechosos de estar alterados, “leyendo” la posición de las moléculas, y se compara con los patrones normales para detectar cambios o alteraciones.

Idealmente se estudia en primer lugar a un familiar que haya tenido uno o varios cánceres, preferiblemente a edad temprana, con el fin de identificar una alteración genética (variante patogénica) que explique la mayor predisposición al cáncer en la familia. En el caso de que se encuentre esa variante patogénica, será estudiada en los familiares mayores de edad, comenzando por los de primer grado.

Unidades o consultas de cáncer hereditario 

En todas las comunidades autónomas de España hay unidades o consultas de cáncer hereditario que, generalmente, han sido creadas por iniciativa de los Servicios de Oncología Médica. “No todas funcionan igual ni tienen la misma dotación. Indudablemente son necesarios más recursos humanos y tecnológicos. Los planes y estrategias de salud dependen de cada una de las comunidades autónomas. El desarrollo es desigual”, advierte la oncóloga.

¿Cuándo se precisan la cirugía profiláctica y la quimioprevención?

“Las cirugías profilácticas o reductoras de riesgo son opciones. La decisión de realizarla o no depende en última instancia de la mujer”, subraya la doctora Sánchez Heras.

Prevención en cáncer de ovario

La extirpación de ovarios y trompas uterinas para la prevención del cáncer de ovario está recomendada porque no existen técnicas de diagnóstico precoz eficaces. Además, habitualmente cuando se detecta este cáncer ya está en fase avanzada, por lo que requiere quimioterapia y es muy difícil la curación. Esta cirugía se realiza alrededor de los 40 años para BRCA1 y alrededor de los 45 BRCA2 cuando la mujer ya ha cumplido sus deseos de maternidad y está más cerca de la menopausia natural. Pero siempre se tiene en cuenta la historia familiar y otros factores de riesgo.

Prevención en cáncer de mama 

En el caso del cáncer de mama, la realización de resonancia magnética mamaria junto con mamografías permite el diagnóstico precoz, en estadios en que la enfermedad es curable. La decisión de realizar mastectomía bilateral o extirpación de mamas suele depender de factores individuales, como el tener ya un diagnóstico de cáncer de mama a edad joven, así como la experiencia vivida con los tratamientos y otros casos en la familia, como toxicidad de la quimioterapia, muerte o duelos no resueltos.

“La quimioprevención consiste en tratamiento antiestrogénico, ya que una gran parte de los cánceres de mama dependen de los estrógenos para «crecer». Sin embargo, teniendo en cuenta que estamos ante mujeres jóvenes, esta quimioprevención no está exenta de efectos secundarios y repercusiones en la salud de la mujer, ya que producen menopausia antes de la edad natural. Estos tratamientos se suelen recomendar para mujeres ya posmenopáusicas, en las que el equilibrio riesgo/beneficio es más favorable”, concluye.

La potenciación de la investigación y las técnicas de Diagnóstico Genético Preimplantacional son otras reclamaciones de los oncólogos, ya que estas unidades no están disponibles en todas las comunidades autónomas y permitirían que las siguientes generaciones no hereden la variante patogénica familiar.

 

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