En los últimos diez años, el porcentaje de mujeres con cáncer de mama avanzado (estadio III) ha descendido un 3%, al mismo tiempo que ha aumentado casi un 15% el número de tumores más pequeños (estadio I). Esta evolución ascendente hacia diagnósticos más precoces de la enfermedad sugiere la existencia de más y mejores programas educacionales y de campañas de cribado.
Este dato positivo, junto con la mejora de las opciones de tratamiento complementario, proporcionan mejores índices de curación, lo que coincide con un incremento del 75% al 87% de la supervivencia a los cinco años de las pacientes con cáncer de mama. Así lo refleja el proyecto “El Álamo III” el tercero de una serie de estudios observacionales de carácter descriptivo realizados por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), cuyos principales datos se presentan hoy, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer. Cada año, aproximadamente 26.000 mujeres en España son diagnosticadas de cáncer de mama, el tumor más frecuente en la población femenina, por delante del cáncer colorrectal y los tumores ginecológicos, según datos del informe GLOBOCAN 2012.
La importancia de “El Álamo III” reside en que se trata del primer trabajo que recoge datos demográficos y terapéuticos de 10.675 pacientes diagnosticados de cáncer de mama en 35 hospitales del grupo GEICAM durante el periodo 1998-2001 y su evolución hasta el año 2007. “Dado que en España la práctica totalidad de las pacientes con cáncer de mama son remitidas a los servicios de Oncología Médica, la muestra es bastante representativa del perfil de la enfermedad en esos hospitales”, aclara su presidente, el doctor Miguel Martín. “Así, aprovecharemos la experiencia e información contenida en estas tres ediciones para saber hacia dónde tenemos que ir en la investigación y el abordaje del cáncer de mama en los próximos años”.
En términos generales, en El Álamo III se aprecia una mejoría generalizada de prácticamente todos los parámetros de calidad relevantes en el cáncer de mama, en relación con los dos periodos anteriores.
Más pacientes jóvenes
La edad del primer diagnóstico se mantiene sin grandes variaciones: el 31% de las pacientes tiene menos de cincuenta años, mientras que un 22% tiene 70 o más años. Pese a ello, sí se ha apreciado un ligero aumento de casos de cáncer de mama en mujeres jóvenes (un 18,6% tiene menos de 45 años) y esto tiene mucho que ver con los cambios sociales y culturales sucedidos en las últimas décadas.
El ritmo de vida actual y la intensa actividad laboral de las mujeres españolas han provocado que la edad a la que tienen el primer hijo se haya retrasado a los 31,2 años, anulando su efecto protector contra el cáncer de mama. Al mismo tiempo, ha crecido el número de mujeres que renuncia a la maternidad. “Ambos son factores determinantes, entre otros, de un aumento del riesgo de cáncer de mama”, explica la doctora Marina Pollán, jefe de Servicio de Epidemiología del Cáncer del Instituto de Salud Carlos III de Madrid.
Del 65% de las pacientes estudiadas, solo un 5% fue madre antes de los 20 años, lo que se identifica con un menor riesgo de padecer cáncer de mama, mientras que cerca de un 14,4% de las mujeres dio a luz a su primer hijo ya cumplidos los 30 años.
Grandes avances en investigación
En última década se han producido grandes avances en la investigación y el tratamiento del cáncer de mama. Este ha sido el caso de la determinación inmunohistoquímica de los receptores, cuyo uso ha permitido identificar a las pacientes resistentes a los tratamientos y el estudio de los mecanismos que provocan la adaptación del tumor al mismo. “Hoy en día tenemos claro que la determinación de los receptores hormonales, así como de HER2/neu en cáncer de mama, se debe hacer en todos los pacientes, ya que tanto el tratamiento hormonal como las terapias dirigidas antiHER2 aumenta la supervivencia cuando se administran a los pacientes adecuados”, señala la doctora Ana Lluch, jefe de servicio de Hematología y Oncología del Hospital Clínico Universitario de Valencia.
Con respecto a “El Álamo I” (1990-1993), se aprecia un descenso de un 27,9% en el número de pacientes que no tenían determinados los receptores hormonales, porcentaje que disminuyó al 19% en “El Álamo II” (1994-1997) y que volvió a descender en “El Álamo III” hasta el 8,1%. En cuanto a la determinación del HER2/neu, la situación es bien diferente, explica la doctora Lluch, “ya que se ha determinado en una proporción pequeña de la población, un 35,7%, aunque esto tiene mucho que ver con el periodo de diagnóstico de estos casos, dado que su determinación no se había incorporado de forma rutinaria a la práctica clínica en España en esta época”.
Otro parámetro de calidad que pone de relieve “El Álamo III” es el elevado porcentaje de pacientes con cáncer de mama que se someten a una cirugía conservadora (45,8%), un 25,5% más que hace diez años. Por otro lado, “la biopsia selectiva del ganglio centinela se practicó a una proporción muy pequeña de pacientes, en torno al 6,6 por ciento. Hay que tener en cuenta que está técnica no estaba implantada de forma generalizada en esa época y, por tanto, habrá que seguir este dato en futuras ediciones de El Álamo”, puntualiza la doctora Lluch.
No menos importantes son los datos relativos a la radioterapia. Su uso se ha incrementado en un 11%. Como dato relevante de la calidad de la radioterapia, de acuerdo al estudio, un 92,2% de las pacientes con cirugía conservadora la recibieron.
También se aprecia un incremento en el uso de la quimioterapia como tratamiento complementario para el cáncer de mama: un 45%, un 80% y un 86% de las pacientes diagnosticadas en estadio I, II y III la recibieron sola o en asociación con terapia endocrina, cifras ligeramente superiores a las obtenidas en el periodo 1990-1007, que fueron de 34%, 69% y 77% para los estadios I, II, y III respectivamente. Casi la mitad de las pacientes que no recibieron quimioterapia complementaria (45,5%) eran mayores de 70 años.
Con respecto a la hormonoterapia complementaria, se ha observado también un incremento en su utilización en el periodo de estudio de “El Álamo III”, probablemente por la mayor proporción de pacientes con determinación de receptores hormonales.