Por Aida Tórtola
El entrenamiento de fuerza es un básico indispensable, y en los últimos años se ha potenciado su aplicación en todo tipo de poblaciones. Además, podemos entrenar fuerza tanto en salas de fitness, como en casa, con el peso de nuestro propio cuerpo o gomas elásticas.
Perdida de masa muscular
En relación a la salud, el entrenamiento de fuerza permite mantener la masa muscular, que se va perdiendo con la edad. Esto permite mejorar el metabolismo y tener un mayor gasto calórico; una mejor composición corporal, con menos porcentaje de grasa; una reducción del riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares o diabetes; una mayor funcionalidad física, que significa mayor independencia y eficiencia al realizar tareas de la vida diaria; y no menos importante, mejora la condición cardiovascular, la salud mental y la salud ósea.
Evitar una caquexia cancerosa
En aquellas personas que han pasado por un cáncer, la salud muscular puede haberse visto afectada. De modo concreto, se sabe que puede producirse la denominada caquexia cancerosa, una pérdida importante de tejido muscular que se relaciona con la fatiga relativa al cáncer, problemas de metabolismo o incluso una peor tolerancia al tratamiento.
Beneficios del entrenamiento de fuerza
En dicho contexto, son muchas las investigaciones en que se están aplicando distintos regímenes de entrenamiento de fuerza en población oncológica, y si consideramos el denominado continuo de la enfermedad, podríamos distinguir beneficios concretos del entrenamiento de fuerza para cada periodo.
Fortalecer el estado físico del paciente
Así, en el plazo de tiempo que pueda haber entre la recepción del diagnóstico y el inicio de los tratamientos, es posible fortalecer el organismo y mejorar el estado físico del paciente. En este periodo temporal, denominado «préhabilitación», se han realizado distintas investigaciones con ejercicio cardiovascular y entrenamiento de fuerza, constatando mejoras en pacientes de distintos tipos de tumores, y aunque aún es necesario mayor investigación, resulta una línea muy prometedora.
Entrenamient de fuerza y linfedema
Durante el tratamiento, más allá de ganancias en fuerza y composición corporal, el entrenamiento de fuerza parece ser especialmente útil para mantener la movilidad del brazo en supervivientes de cáncer de mama, sabiendo, además, que este tipo de entrenamiento no tiene efecto alguno sobre el linfedema, siempre y cuando la progresión sea correcta y se respeten los tiempos de curación tras la cirugía.
Por último, una vez finalizados los tratamientos, se continúan obteniendo mejoras en las variables anteriormente comentadas. No obstante, debido probablemente a las alteraciones fisiológicas que el cáncer y sus tratamientos producen en el organismo, los beneficios del entrenamiento de fuerza, pueden no manifestarse al mismo nivel, de ahí la importancia de contar siempre con un asesoramiento especializado y, a ser posible, con un profesional del entrenamiento que supervise nuestras sesiones de ejercicio.
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