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En el sobrepeso y la obesidad infantil confluyen diferentes factores, como los genéticos, las influencias ambientales o los estilos de vida, siendo estos últimos los que parecen tener una mayor relación con esta problemática. Los primeros años de la infancia son un periodo crucial en la adquisición de hábitos, como las preferencias por ciertos sabores, la autorregulación de la ingesta y la transmisión de las creencias familiares y culturales sobre la alimentación y la actividad física. En este sentido, es fundamental el papel y la influencia de los padres y madres en las futuras actitudes y conductas infantiles, y prevenir así la obesidad infantil.

Por ello, la Fundación THAO, con la colaboración del Instituto DKV de la Vida Saludable ha realizado I Estudio del ambiente durante la hora de la comida en la infancia, una investigación pionera en España, para estudiar las interacciones familiares y examinar la dinámica familiar durante la hora de la comida, recogiendo las estrategias que usan los padres y madres para influir en la comida de sus hijos, el uso relativo de cada estrategia y la respuesta de los niños y niñas dentro del contexto de la hora de la comida en el hogar.

La mitad de las observaciones se realizaron durante la hora de la comida del mediodía y la otra mitad a la hora de la cena. La mayor parte de las familias comían o cenaban en el comedor o en la cocina, y una pequeña parte en la mesa auxiliar frente al televisor. 

Se observa que la mitad de las comidas y cenas transcurren entre 20 y 35 minutos, y alrededor de 10 familias les dedican de 35 a 60 minutos. Una mayor duración suele corresponder a familias con una mayor interacción con los hijos a la hora de la comida y un ambiente positivo de conversación centrada en las actividades de los hijos e hijas, lo que representa un contexto más favorable. Mientras que una duración por debajo de los 20 minutos (unas 7 familias comen en este tiempo) está relacionada con niños que comen solamente con la presencia del padre o la madre y las intervenciones de este se centran en el comportamiento de comer en sí, y a menudo también en los modales en la mesa.

Dos modelos de relación en la mesa

La elaboración del estudio nos ha permitido describir dos modelos de relación durante la comida: el “Modelo situación de dinámica conversacional” y el “Modelo situación de dinámica centrada en el acto de comer”. 

En las situaciones en que predomina una dinámica conversacional, en la que se incorpora el gusto por comer y probar alimentos, el ambiente de la comida es más satisfactorio y los padres utilizan menos estrategias y más concretas para conseguir sus objetivos. Además, comer en familia, con tiempo, compartiendo experiencias, ofrece la posibilidad de que el pequeño pueda estar atento a sus propios gustos, experiencias sensoriales, logros, sensaciones de hambre y saciedad, etc., creando un ambiente familiar agradable y positivo.

En cambio, cuando la dinámica se centra en el acto de comer, a menudo junto a juguetes o viendo programas de televisión, aumenta la dispersión propia del niño, propiciándose en los pequeños una dualidad entre el “deber de comer” y “el placer de divertirse”. En estos casos los padres utilizan todo tipo de estrategias sin lograr resultados y el ambiente familiar es más tenso. Además, las posibilidades de aprendizaje de sabores y texturas de nuevos alimentos, así como la toma de consciencia de las sensaciones de hambre y saciedad se diluyen.

Las preocupaciones de los padres: la distracción, la lentitud y los modales

Aunque haya niños y niñas mejores comedores que otros, en el comportamiento infantil durante la comida aparecen dos actitudes básicas: la distracción y la lentitud. Los pequeños necesitan su tiempo para comer y que se respete su propio ritmo, como condición básica para que la comida pueda representar un aprendizaje positivo, tanto sensorial de nuevos sabores, aromas, texturas…, como sobre todo relacional. 

Es natural que los pequeños se distraigan, ya que su atención está determinada por los estímulos que le rodean y si, como en muchos casos, la comida se comparte con juguetes o programas de televisión, las posibilidades de que preste atención a la comida son casi nulas. En este sentido, es alarmante que la mitad de los niños y niñas observados comen con la presencia de la televisión u otros aparatos electrónicos como el teléfono móvil, tablet, etc. En estas situaciones los padres y madres se preocupan por la lentitud y la distracción, creyendo erróneamente que poner el programa de televisión que le gusta o dejarle los juguetes va a facilitar que su pequeño coma, cuando precisamente produce el efecto contrario. 

En cambio, en las situaciones en que no hay elementos de distracción en la mesa y los padres y madres interactúan con sus hijos, interesándose y conversando con ellos, los pequeños se distraen menos y se centran en la comida y en la relación. 

Otra de las preocupaciones y objetivos de los padres durante la hora de la comida son los modales. En este sentido, se detectan preocupaciones como: sentarse correctamente a la mesa, el tamaño grande de los bocados, masticar la comida, beber rápido, ensuciarse con la comida, no hablar con la boca llena o no comer con las manos, entre otros.

Por tanto, podemos afirmar que el acto de comer en familia a veces se aprovecha más para educar en los modales y los comportamientos en la mesa que en la experiencia alimenticia, nutritiva o sensorial.

Las estrategias de los padres

Para analizar las estrategias que utilizan los padres y madres para que sus hijos coman, hemos partido de las 9 estrategias descritas en un estudio realizado en Estados Unidos por Joan K. Orrell Valente et al:

  1. Proposición neutra: “no olvides comer tu carne”
  2. Presiona para que coma: “cuando te digo que comas, ¡come!”
  3. Razonamiento: “¿quieres probar las judías? Las he hecho como a ti te gustan”
  4. Recompensa alimenticia: “si te comes todos los trozos de carne, te daré una piruleta”
  5. Alabanza: “te has comido todo el pollo, ¡buen trabajo!”
  6. Restricción de alimentos: “no más patatas”
  7. Amenaza de restricción de alimentos: “si no te acabas los guisantes, no brownie”
  8. Amenaza con no obtener privilegios lúdicos: “si no comes, no irás en bicicleta”
  9. Otras recompensas: “si comes la ensalada, podrás jugar con Sally”.

Puedes consultar el estudio completo en Estudio THAO

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