El cáncer puede afectar de forma directa o indirecta a la fertilidad en hombres, mujeres y niños. De forma directa, cuando el tumor se asienta en los órganos sexuales, y hay que practicar una cirugía.
De forma indirecta, la fertilidad puede disminuir por los efectos de los tratamientos para paliar el cáncer. En general, todos los fármacos que se utilizan contra esta enfermedad, bien sean de quimioterapia, hormonoterapia o las nuevas terapias dirigidas (anticuerpos monoclonales e inhibidores de señales intracelulares) pueden afectar a la fertilidad durante su toma, y muchas veces, después, como una secuela a largo plazo. También suelen afectar a la función sexual, es decir, a la capacidad de sentir deseo y satisfacción.
“En los varones, la quimioterapia provoca una disminución en las células madre germinales. Por ello, los espermatozoides frenan su maduración e incluso pueden alterar su material genético”, explica el Dr. Espinosa.
Él aconseja que durante los tratamientos y hasta seis meses después de la finalización de estos se tomen precauciones para no concebir, dado que muchos fármacos, como los citostáticos, pueden alterar el material genético de las células germinales y afectar al embrión.
En el caso de las mujeres, tal y como comenta, la edad en la que se administran los tratamientos también se relaciona con la fertilidad: cuanto más joven es la paciente, menos probabilidad de provocar amenorrea. Y no siempre el hecho de que la paciente presente menstruación quiere decir que sea fértil, ya que se puede tener función ovárica pero no capacidad reproductiva. Por eso, es importante llevar a cabo técnicas de preservación de la reproducción antes de comenzar con el tratamiento.
De forma indirecta, también un cáncer en cualquier localización puede afectar a la esfera sexual de forma psicológica.
Soledad Chamorro, psicóloga del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI)
La Dra. Chamorro, psicóloga del IVI, afirma que “el impacto psicológico que supone para las personas la pérdida de la función o capacidad reproductiva tiene también otros efectos colaterales que aumentan el estrés percibido. Lo demuestran los elevados niveles de síntomas ansioso-depresivos que se dan en muchos pacientes”.
La Dra. Chamorro comenta que un diagnóstico de infertilidad en personas sanas suele suscitar sentimientos de tristeza, ira y rabia. Y cuando el cáncer se convierte en la causa de los problemas reproductivos, estas reacciones emocionales suelen ser aún más intensas.
El propio cáncer, tal y como explica, expone a las personas a la necesidad de un tratamiento cuyos efectos secundarios a veces tienen como consecuencia problemas reproductivos: fallo ovárico precoz, síntomas menopáusicos en las mujeres, infertilidad total o parcial en los hombres, etc. Y no siempre estas consecuencias se pueden manejar de un modo equilibrado emocionalmente. Aunque depende de la capacidad y de la habilidad de cada paciente para afrontar estas situaciones adversas, en general, cuando el cáncer es el responsable de la aparición de dichos problemas, y además estos pueden llegar a tener un carácter de irreversibilidad, las repercusiones psicológicas son importantes, así como la percepción de pérdida de control de aspectos importantes de la vida.
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