Es normal que tu estado de ánimo no sea lineal, es decir, que se produzcan ciertos cambios y que tus temores y preocupaciones se exacerben ante las revisiones médicas o mientras esperas los resultados de las pruebas. Tras la remisión es necesario llevar a cabo un seguimiento médico basado en la realización de distintas consultas y exámenes, como análisis de sangre, pruebas de imagen, exploraciones, entre otras.
Estos son algunos recursos para afrontar el temor a las revisiones:
- Confiar en el apoyo de los familiares o allegados. Acudir a as revisiones acompañada, si lo consideras necesario, te ayudará a estar más distraída y hará que e sientas segura. Además, tu acompañante retendrá aquella información que a ti te haya costado más memorizar.
- Compartir cualquier duda o síntoma con el equipo médico disminuirá la incertidumbre que suele aparecer cuando te asaltan preguntas. Te ayudará tomar las riendas de tu proceso.
- Vivir el día a día, evitando que las revisiones se conviertan en hitos que, si se superan, dan «permiso» para continuar viviendo, hará que la enfermedad vaya dejando de ser el centro de tu vida.
- Comprender que el seguimiento clínico es distinto en cada individuo, en función de sus características y de su proceso, te permitirá no crearte falsas expectativas cuando conozcas el de otras personas cercanas. Así evitarás posibles sentimientos de frustración.
- Si tienes especiales dificultades, consulta con un psicooncólogo.
El objetivo de todas estas recomendaciones es que el cáncer pase a un segundo plano. No es malo recordar la experiencia vivida como una de las más relevantes en tu vida, siempre y cuando ese recuerdo no te impida recuperarte y adaptarte a tu nueva situación.En el caso de que la ansiedad, los miedos o las preocupaciones supongan un impedimento para retomar la normalidad, quizá sea adecuado que consultes con tu médico o que busques el asesoramiento de un profesional de la psicooncología.
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