Tomando como prototipo las leucemia agudas, el tratamiento médico de las mismas se basa en dos aspectos. la quimioterapia y el soporte transfusional.
Quimioterapia
Su objetivo principal es la eliminación de la totalidad de las células patológicas, logrando la curación de la enfermedad. Son también objetivos importantes el mantener una adecuada calidad de vida y el minimizar en lo posible los efectos tóxicos derivados del mismo.
Consiste en la combinación de varios fármacos (poliquimioterapia) por vía intravenosa, siendo preciso el ingreso hospitalario durante largos períodos de tiempo.
El tratamiento quimioterápico tiene también efectos secundarios, siendo las infecciones la complicación más frecuente, por el descenso transitorio de las células encargadas de la defensa del organismo (neutropenia), que puede llegar a ser severa y prolongada. otros efectos son la pérdida temporal del pelo, lesiones en la boca (mucositis), náuseas y vómitos, etc.
Para evitar los problemas con la canalización de las venas, se propondrá al paciente la implantación de un catéter venoso central, que servirá tanto para realizar extracciones de sangres como para administrar el tratamiento.
Soporte transfusional
Como consecuencia tanto de la enfermedad como del tratamiento se origina descenso muy marcado y prolongado del recuento de glóbulos rojos y plaquetas, dado lugar a anemia y sangrado. Para aliviar esta situación es preciso realizar un intenso soporte transfusional de hematíes y plaquetas, y en ocasiones de plasma.
Otros tratamientos
En algunos tipos de leucemias, los nuevos tratamientos permiten abordar la enfermedad mediante la reeducación de las células en lugar de su destrucción (caso del ácido transretinoico (ATRA) en la leucemia promielocítica).
Junto con el tratamiento médico en estas enfermedades adquiere gran importancia el apoyo psicológico, familiar y social de estos pacientes.
Trasplante de médula ósea
A veces, para consolidar la respuesta al tratamiento o si la enfermedad recae, es necesario aplicar quimioterapia o radioterapia a dosis muy elevadas. Como este tratamiento destruye las células madres hematopoyéticas de la médula ósea del paciente, es preciso administrarle nuevas células madre que den lugar a la reconstrucción medular. Se pueden obtener de médua ósea de sangre periférica o de cordón umbilical.
Según el donante de estas células existen tres tipos de trasplante:
- Trasplante autólogo, los pacientes reciben sus propias células madre, que previamente se han extraído durante un período de remisión y conservado a muy baja temperatura (criopreservación). Como cabe la posibilidad de que queden algunas células tumorales, antes de su administración será preciso someterlas a un proceso de purgado.
- Trasplante singénico, reciben las células madre de su gemelo idéntico.
- Trasplante alogénico, reciben las células madre de un donante histocompatible, familiar o no del paciente. Es la variedad con mejor resultado por el efecto «injerto contra leucemia», si bien es el que mayores complicaciones y riesgos entraña.
*Información de la Asociación de Lucha Contra la Leucemia y Enfermedades de la Sangre (ALCLES).
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!