El cáncer de cuello uterino es el segundo cáncer más frecuente en mujeres después del de mama y el quinto de todos los cánceres. En el caso de España no es muy frecuente gracias a la gran implantación de los programas de cribado, consistentes en la realización fundamentalmente de citologías vaginales.
¿En qué consiste la citología vaginal o test de Papanicolau?
Consiste en tomar una muestra de células de la vagina y del cuello del útero con un raspador de madera o un cepillo cervical pequeño. La muestra se pone en un portaobjetos de vidrio y se conserva en fijador o se enjuaga en un vial de fijador y se envía al laboratorio para que sea examinado.
¿Con qué frecuencia se recomienda?
Como regla general, es recomendable hacerse la primera citología a los 3 años de comenzar a tener relaciones sexuales, o a partir de los 25 años. Después hay que hacerse una citología cada 3 ó 5 años, siempre que en 2 exámenes anuales los resultados sean normales y que no haya factores que aumenten el riesgo.
En España, la mayoría de las mujeres se realiza periódicamente citologías vaginales, y ha aumentado en los últimos años. Este hecho ha ayudado a mantener la baja frecuencia de este cáncer en las mujeres españolas.
Las mujeres entre 65 y 70 años con resultados normales en al menos 3 citologías vaginales y que no han tenido resultados anormales en los últimos 10 años pueden optar por dejar de realizarse citologías. Las mujeres que han tenido una histerectomía (cirugía para extraer el útero y el cuello de útero) no necesitan someterse a citologías, a menos que la cirugía se haya llevado a cabo para tratar una afección precancerosa o cancerosa.
¿Cuáles son los beneficios?
La citología vaginal o prueba de Papanicolau sirve para detectar el cáncer o cambios anormales de las células que pueden convertirse en cáncer. No solo es útil para detectar un cáncer, sino que también detecta lesiones que suponen un mayor riesgo de cáncer. También se pueden encontrar estados no cancerosos, como infecciones e inflamación.
Limitaciones de la prueba
Las principales limitaciones de esta prueba son, por un lado, los falsos positivos. Un falso positivo se produce cuando la citología da un resultado de células anormales cuando en realidad las células son normales.
Por otra parte, están los falsos negativos, que se producen cuando se declara que una muestra es normal, pero se pasa por alto una anomalía importante. Un resultado negativo falso de la citología puede retrasar el diagnóstico y tratamiento de una afección precancerosa. Sin embargo, si las pruebas de detección se hacen regularmente, ayudan a compensar estos falsos negativos, ya que si no se detectan células anormales una vez, hay muchas probabilidades de detectarlas en una próxima ocasión.
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