La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) cifraba en 227.076 los casos de personas que padecerían cáncer en 2015. Afortunadamente, como aclara el Doctor Pérez de Oteyza, experto en terapia celular del Hospital Universitario Sanchinarro de Madrid y Director Médico de Secuvita, “la sangre de cordón umbilical contiene un número extraordinariamente grande de células madre, sobre todo, jóvenes, que permiten la renovación de las células sanguíneas cuando se extraen y conservan en el momento del parto, lo cual permite disponer de ellas en un futuro en caso de enfermedad”.

Secuvita, única empresa de obtención y criopreservación de células madre de la sangre del cordón umbilical (SCU) en España con banco propio en Alemania (Vita 34) cuenta con varios casos que demuestran la eficacia de la terapia de células madre de cordón umbilical como opción terapéutica en el tratamiento del cáncer. De los 29 trasplantes con sangre de cordón umbilical conservada en su banco, siete se han realizado para tratar algún tipo de cáncer y, en concreto, cuatro en el tratamiento contra la leucemia, el cáncer más común en niños.
De hecho, esta se ha utilizado, por primera vez, en un tratamiento de leucemia de una niña de tres años, que tras 24 meses del trasplante estaba libre de células leucémicas, experimentando una remisión completa de la enfermedad que se mantiene 10 años después. Actualmente, la niña ya tiene 13 años y no ha presentado ningún síntoma de recaída.
La revista norteamericana ‘Pediatrics’ publicaba el caso en 2007. Tras un primer tratamiento con quimioterapia, experimentó una rápida remisión, pero, a los 10 meses, el cáncer reapareció extendiéndose a los huesos de la columna, lo que puso en evidencia el padecimiento de un tipo de leucemia especialmente agresiva. Los padres informaron al equipo médico de la conservación de la sangre del cordón umbilical de la niña en Vita 34 y se planteó el tratamiento administrando quimioterapia mieloablativa y radioterapia, para posteriormente proceder al trasplante de células madre de su propio cordón umbilical. Previamente, se llevó a cabo un estudio molecular del mismo para garantizar que estaba libre de células leucémicas.
En declaraciones a LVR, el doctor Pérez aclara que “en esencia hay dos tipos fundamentales de trasplante: el alogénico, en el que el donante es un familiar u otra persona no emparentada; y el autólogo, en el que el donante es el propio paciente. En ambos casos, primero se administra quimioterapia y/o radioterapia para erradicar la enfermedad tumoral y para “acondicionar” la médula ósea del paciente, que es el lugar donde van a anidar las células. Seguidamente, la sangre del cordón umbilical, que está almacenada en un Banco, se descongela y se infunde al paciente a través de una vena, como si fuese una transfusión. El paciente permanece en una situación de aislamiento en habitaciones especiales (debido a que su sistema inmune está totalmente ‘arrasado’) hasta que las células injertadas se asientan y son capaces de recuperar los valores normales de glóbulos blancos, hematíes y plaquetas”.

«La radiación y la quimioterapia eliminan completamente las células tumorales sin distinguir entre cancerosas y sanas, destruyendo el sistema sanguíneo del paciente, que hay que recomponer con células madre. La conservación en Vita 34 de las células madre de cordón umbilical al nacer permitió que la paciente pudiera recibir una dosis muy elevada de quimioterapia o de radioterapia, ya que el trasplante de células serviría para recuperar las células sanas perdidas en el tratamiento. Cuatro meses después, presentaba un recuento plaquetario normal y no sufrió ninguna complicación. Tras el trasplante, las células madre migraron hasta la médula ósea, donde se multiplicaron y empezaron a generar glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas, iniciándose así la regeneración de su sistema sanguíneo”, detalla el experto.
Este trasplante autólogo para el tratamiento de la leucemia infantil fue el primer caso de éxito que demostró la viabilidad y eficacia de la aplicación de esta técnica como terapia en esta enfermedad pediátrica.
Entre las ventajas de la utilización de estas células madre se encuentra que no es necesaria una compatibilidad elevada entre donante y receptor, como sucede en las donaciones procedentes de la médula. Otra es que permite acortar el tiempo de espera para el trasplante, ya que están guardadas y listas para la intervención cuando son necesarias (la sangre conservada en Secuvita-Vita 34 tiene la consideración de Producto Farmacéutico Terminado y es aceptada para trasplante por la comunidad médica internacional). De hecho, el tiempo de espera de donación de médula ronda los tres o cuatros meses (búsqueda de donante, ratificación de la donación y realización de la extracción), mientras que ese tiempo se limita a los trámites y el transporte (unas tres o cuatro semanas) en el caso del cordón.
Tal y como aclara el experto del Hospital Universitario Sanchinarro, “hay diversos tipos de cáncer que pueden tratarse con trasplantes de células del cordón umbilical, pero no todos. Los que más se benefician son las leucemias agudas, los linfomas y el neuroblastoma, fundamentalmente”.
Hasta la fecha, insiste, “se han realizado ya miles de trasplantes de este tipo en todo el mundo; la mayoría ha sido alogénico de donante no emparentado y de donante familiar, pero también se han llevado a cabo centenares de trasplantes autólogos. En los alogénicos de donante familiar, la tasa de supervivencia está en torno al 70%, y en los de donante no familiar, en torno al 40-50%. Esto supone un resultado muy bueno puesto que los pacientes que requieren un trasplante de este tipo hubiesen tenido muchas menos posibilidades de supervivencia con cualquier otro procedimiento”.
Además, “en los afectados de leucemia, la administración adicional de células madre de sangre periférica de una tercera persona voluntaria sirve para acortar el tiempo de recuperación postrasplante en algunos casos. Sin embargo, en el caso de aplasia medular, el trasplante de donante no emparentado tiene más complicaciones y no aporta ventajas en comparación con el de donante familiar”, apostilla el experto.
Se atisba que en el futuro “cada vez serán más las posibles indicaciones o utilidades de las células madre de la sangre del cordón umbilical. Ya han surgido iniciativas para tratar enfermedades muy distintas de la sangre así como trastornos neurológicos como la parálisis cerebral. Asimismo, podrían ser útiles para enfermedades de base autoinmune como la diabetes tipo 1 y muchas otras. En España, hay un proyecto para el tratamiento de determinados pacientes con SIDA que pueden curarse con un trasplante de sangre del cordón umbilical”.

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