Los pacientes con determinadas enfermedades o condiciones predisponentes pueden beneficiarse de un programa de vigilancia: medidas de diagnóstico precoz o screening. Consiste en realizar un análisis de sangre oculta en heces y/o una colonoscopia para diagnosticar el tumor en una etapa inicial o precoz en personas que no tienen ningún síntoma y presentan determinados factores de riesgo.
El proceso diagnóstico se inicia con un correcto interrogatorio, en el que el médico recogerá información acerca de los antecedentes médicos personales y familiares, y una exploración física completa de todos los sistemas. la información obtenido en ambos procesos ayudará a dirigir el tipo de exploraciones complementarias que se deben realizar para completar el diagnóstico.
Los síntomas que manifiestan los pacientes son claves, aunque la mayoría de estas manifestaciones clínicas que explica un enfermo no tienen relación con el diagnóstico de cáncer. Sin embargo, la persistencia del síntoma o el empeoramiento con el paso del tiempo, la asociación con pérdida de peso o dolor, etc., debe hacer pensar al médico en la posibilidad de un cáncer. En el cáncer colorrectal son frecuentes la alteración de ritmo intestinal (estreñimiento o diarrea) o la visualización de sangre en las heces. Ante estos síntomas y signos es necesario acudir al médico para descartar la posibilidad de un cáncer de recto o de colon.
A día de hoy disponemos de una amplia gama de métodos diagnósticos o pruebas complementarias encaminadas a diagnosticar el cáncer:
Analítica: el hemograma puede mostrar si existe anemia, siendo este un signo indirecto de sangrado. la bioquímica sanguínea puede orientar sobre la función de órganos como el hígado o el riñón.
Prueba de sangre oculta en heces: se trata de una prueba para detectar sangre en la materia fecal, lo que puede indicar la presencia de pólipos o cáncer.
Marcadores tumorales: los marcadores tumorales son sustancias que a menudo pueden descubrirse en cantidades mayores que las normales en la sangre, orina o tejidos del cuerpo de algunos pacientes con ciertos tipos de cáncer. Los marcadores tumorales son producidos por el propio tumor o por el cuerpo como respuesta a la presencia de cáncer o ciertas condiciones benignas (no cancerosas). La medición del nivel de los marcadores tumorales puede ser útil, cuando se utiliza junto con radiografías y otras pruebas, para la detección y el diagnóstico de algunos tipos de tumores. Es importante considerar que los marcadores tumorales pueden ser normales en un paciente con cáncer y que no todos los tumores pueden producir una elevación de marcadores.
Colonoscopia: la colonoscopia consiste en la introducción de un aparato que dispone de una luz al final y que permite visualizar el interior del colon y recto y tomar biopsia si se requiera de las lesiones observadas. Mediante esta técnica, también se pueden resecar pólipos si no son muy grandes.
Exploraciones radiológicas:
- Enema opaco: consiste en la administración de un contraste de bario por el año. Este contraste muestra la silueta de color y recto. Puede detectar lesiones de un tamaño determinado. Si se ha realizado una colonoscopia completa no es necesario hacer un enema opaco.
- Ecografía abdominal o abdomino-pélvica: se basa en los ultrasonidos. Es útil para estudiar el hígado, saber si hay líquido libre en el abdomen o detectar masas en el abdomen o la pelvis.
- Escáner (tomografía axial computerizada o TAC) de tórax y/o abdomen: aporta información sobre extensión local, si existen metástasis en el hígado, pulmón, etc.
- Resonancia abdominal: es una técnica diferente al TAC, que se suele hacer cuando existen hallazgos en el escáner que precisan exploraciones complementarias. Es fundamental para la correcta estadificación del cáncer de recto.
- Ecografía endoscópica: en ella se combina la técnica endoscópica con un transmisor de ultrasonidos y produce una imagen (ecografía). Es de gran utilidad para el diagnóstico preoperatorio del cáncer de recto.
- Tomografía de emisión de positrones (PET): es una prueba de medicina nuclear, que consiste en inyectar un contraste marcado con una sustancia radioactiva y medir la emisión de unas partículas llamadas positrones dando una visión global del cuerpo y mostrando si hay afectación de la enfermedad colorrectal a distancia.
Laparoscopia: es una técnica que consiste en introducir un endoscopio en la cavidad abdominal, a través de unos orificios que hace el cirujano en la pared abdominal. En raras ocasiones se llega a esta maniobra con el único fin de establecer el diagnóstico. Suele emplearse como técnica quirúrgica para extirpar ciertos tumores en este área.
*Información de Cáncer colorrectal. Cuestiones más frecuentes. Información a pacientes y familiares. Editado por Europacolon España con la colaboración de Roche y el aval científico de: SEOM y TTTD
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