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La prevención y el control de las complicaciones orales pueden ayudar a los pacientes de cáncer a continuar con su tratamiento oncológico y tener mejor calidad de vida.

El cuidado de la boca y los dientes durante el tratamiento del cáncer es esencial para intentar evitar la aparición de complicaciones. Problemas como las caries, fracturas dentales, filtraciones y pérdida de adherencia de las coronas y las obturaciones y la enfermedad de las encías pueden empeorar o iniciarse durante el tratamiento del cáncer. El desconocimiento nos hace pensar que la quimio y/o radioterapia actúan exclusivamente sobre las células tumorales. Y, aunque ese  es sin duda el objetivo, también pueden afectar en muchos casos a otras células del cuerpo, como las que se encuentran en la mucosa de la boca. Los efectos secundarios directos de estas terapias o la alteración que producen sobre el sistema inmunitario y la disminución de  los glóbulos blancos lleva  a modificar el equilibrio bacteriano de la boca y se producen cambios en los tejidos y las glándulas salivales.  Estos desequilibrios conducen a la aparición de llagas, sequedad, dolor, infecciones o caries dentales, entre otras dolencias. Son los conocidos ‘efectos secundarios’, que suponen frecuentemente un importante malestar para los pacientes de cáncer y disminuyen su calidad de vida. Sin embargo, si los problemas dentales se tratan antes de comenzar el tratamiento oncológico, pueden disminuir las complicaciones orales o su gravedad.  Por esto, y para evitar ‘males mayores’, es preciso acudir a la consulta del odontólogo cuanto antes, desde el mismo momento en que se tiene la noticia de que es necesario realizar tratamientos con quimio y/o radioterapia. Como en todo, es importante también elegir un buen profesional que tenga experiencia en el manejo de pacientes con complicaciones orales por este tipo tratamientos. Si el chequeo de salud bucodental se hace por lo menos un mes antes de empezar con el tratamiento, generalmente hay tiempo suficiente para que la boca se cure de cualquier intervención dental que haya que practicar. “En todo caso, hay un periodo ‘ventana’  durante el cual se puede realizar cualquier tratamiento en la boca, aunque ya se haya comenzado con la quimio o la radioterapia”, señala el Dr. Antonio Bowen Antolín, odontoestomatólogo y director de la Clínica Bowen (www.clinicabowen.com).

Los cuidados de la boca se encaminan, fundamentalmente, a la prevención de alteraciones de la mucosa oral y los tejidos que conforman los dientes, y a su tratamiento cuando estas alteraciones aparecen. “La finalidad es llegar al tratamiento del cáncer –explica el Dr. Bowen– con un óptimo estado de salud bucal, y en el que se deben realizar control de caries, de infecciones dentarias y de salud de las encías”. Así, antes de empezar con las sesiones de quimio y/o radioterapia, y como recomendación general, es indispensable una buena higiene oral y estar al día en las revisiones periódicas con el dentista. Ya durante el tratamiento, las visitas deben ser más asiduas para diagnosticar con prontitud y tratar las complicaciones que vayan surgiendo. Se debe intentar minimizar la síntomatología que se deriva de la aparición de  problemas como la sequedad en la boca (xerostomía) y de la mucositis, situaciones que lamentablemente suelen concurrir de forma inevitable cuando se reciben tratamientos oncológicos. Una vez  que el tratamiento ha terminado, no debemos bajar la guardia, las visitas al odontólogo y al cirujano maxilofacial deben continuar para valorar si hay una correcta recuperación de la función bucal y diagnosticar con prontitud si se desarrollan cuadros como la osteorradionecrosis –una alteración ósea en la que hay desvitalización del hueso y pérdida del mismo– en aquellos pacientes que hayan sido sometidos a radioterapia en cabeza y cuello, o la osteonecrosis por bifosfonatos–destrucción del hueso– que puede aparecer en pacientes sometidos a tratamiento con estos productos.

En Estados Unidos, el Instituto Nacional del Cáncer recomienda el tratamiento oral y dental previo al oncológico como parte global del tratamiento. En ese caso, el oncólogo trabaja de cerca con el odontólogo para manejar las complicaciones orales. En España, el abordaje es diferente porque la odontología conservadora no está incluida en el Servicio Nacional de Salud (SNS), pero se están empezando a establecer protocolos a nivel hospitalario en coordinación con los cirujanos maxilofaciales. Según los responsables del Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital Clínico San Carlos, en este y otros hospitales existen comités de oncología en los que se discuten los tratamientos a aplicar a los pacientes oncológicos. En ese sentido, su relación con los radioterapeutas es muy fluida y siempre realizan exploraciones exhaustivas de los pacientes con cáncer para determinar su estado de salud bucodental, de forma previa al comienzo de los tratamientos. Si tienen dientes muy deteriorados, proceden a su extracción, en cambio, aquellos pacientes que necesitan tratamientos odontológicos conservadores son remitidos a los odontólogos con consulta privada.

Este es un déficit de los sistemas públicos de salud que, en estos momentos, tiene difícil solución “cuando está suficientemente documentada y demostrada la mejora de la calidad de vida de los pacientes, la disminución de complicaciones y la mayor eficacia de los tratamientos en aquellos que siguen un adecuado control de su salud bucal, antes, durante y tras los tratamientos de quimio y radioterapia”, concluye el Dr. Bowen.

Recomendaciones para el cuidado de la boca 

Mantener una buena higiene mediante cepillado de los dientes y lengua detrás de cada comida, empleando un dentífrico y cepillo suave para evitar la irritación o lesión de la mucosa.

En caso de gran debilidad del paciente, puede emplearse un cepillo eléctrico o torunda para la higiene diaria.

Los labios han de mantenerse perfectamente hidratados, empleando cremas labiales o hidratantes. Es preferible no emplear vaselina, ya que suele incrementar la sequedad de los mismos.

Un problema frecuente en estos pacientes es la boca seca (xerostomía) que puede aliviarse tomando líquidos a pequeños sorbos, realizando enjuagues, masticando chicles sin azúcar, tomando helados, etc. Siempre es recomendable consultar previamente con el médico, que es quien conoce mejor cuál es el estado del paciente y la causa de la aparición de la boca seca, y será quien mejor recomendará cómo aliviar esa dolencia.

En el caso de mucositis o boca dolorosa, el médico será quien aconseje la medicación más adecuada para solucionar el problema o reducir los síntomas.

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