El Jefe del servicio de oncología del hospital Gregorio Marañón de Madrid, y fundador del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), Miguel Martín, es un reconocido oncólogo y un auténtico número uno. Su prestigio en medicina traspasa fronteras, y en este primer número de LVR nos acompaña para hablarnos de su especialidad: el cáncer de mama, un tipo de cáncer que, en su opinión, está aumentando por la ‘occidentalización’ de nuestras costumbres. “Nos acercamos a la incidencia de países más desarrollados, como Reino Unido, EEUU o los países nórdicos; esta ‘occidentalización’ tiene que ver tanto con cambios dietéticos y de estilo de vida como socioculturales”, recuerda.

Sin embargo, la cara positiva de este tipo de cáncer es que el 80% de los tumores se cura. Y en ello, la prevención juega un papel fundamental, “aunque no se puede prevenir en el mismo sentido que el cáncer de pulmón o el mesotieloma, cuya incidencia bajaría al 30% de la actual si se suprimieran el tabaco y la exposición al asbesto”, señala el Dr. Martín.

El cáncer de mama está relacionado con la exposición a hormonas sexuales femeninas −producidas por la propia paciente− o a productos de actividad hormonal −xenoestrógenos, presentes en numerosos productos de uso diario, particularmente en las sociedades industrializadas−, pero es prácticamente imposible controlar estos factores.

Decálogo de prevención

En el marco de la prevención, las siguientes diez acciones reducen el riesgo de padecer cáncer de mama, “aunque su impacto real es difícil de medir”, advierte el Dr. Martín.

UNO

Tener el primer hijo muy pronto.

DOS

Dar lactancia materna.

TRES

Mantener el peso corporal en límites óptimos.

CUATRO

Hacer ejercicio aeróbico regular (lo que significa que debe hacerle sudar) al menos dos veces por semana.

CINCO

Seguir una dieta sana, de estilo mediterráneo. Reducir el consumo de carnes rojas y grasas, y aumentar el de frutas y verduras. No fumar y reducir al mínimo el consumo de alcohol.

SEIS

Evitar tratamientos hormonales sustitutivos de los síntomas de la menopausia, o al menos, reducir su duración por debajo de 5 años.

SIETE

Quimioprofilaxis, un tratamiento a base de tamoxifeno o raloxifeno capaz de reducir el riesgo de cáncer de mama en mujeres de alto riesgo de padecerlo. “Por razones complejas −entre las que figura el hecho de que hay que tratar un gran número de mujeres sanas para evitar un caso de cáncer− este tratamiento no se está utilizando con la frecuencia que quizá se debiera”, señala el Dr. Martín.

OCHO

En un subgrupo pequeño de mujeres, las que pertenecen a familias con cáncer de mama y ovario hereditarios, asociados a mutaciones hereditarias de BRCA1 y BRCA2, tanto la mastectomía bilateral como la resección de los dos ovarios reducen el riesgo de cáncer de mama.

NUEVE

Las campañas mamográficas no reducen el riesgo de padecer cáncer de mama, pero sí permiten un diagnóstico más precoz, y por tanto una mayor posibilidad de curación. No obstante, “se sospecha que llevan a un sobrediagnóstico, es decir a la detección y tratamiento de cánceres de biología poco agresiva que nunca habrían causado problemas a la mujer si no se hubieran tocado”, comenta el Dr. Martín. Hay un consenso general de que todas las mujeres deben hacerse una mamografía anual a partir de los 50 años de edad aunque no presenten ningún síntoma de cáncer de mama, es lo que se denomina cribado. Muchas instituciones y sociedades científicas, incluso, recomiendan iniciar este cribado a los 40 años de edad. Las mamografías, no obstante, son menos eficaces para detectar el cáncer de mama en las mujeres más jóvenes −que aún tienen ciclos menstruales−, a causa de la densidad del tejido mamario. Por ello, en estas mujeres, a menudo la mamografía se complementa con una ecografía o se sustituye por una resonancia magnética nuclear mamaria.

DIEZ

Exploración de ambas mamas una vez al mes ayuda a detectar el cáncer más fácilmente ya que el síntoma más usual es un bulto de nueva aparición en una mama. No obstante, es necesario recordar que la mayoría de los bultos que aparecen en mujeres que menstrúan no son cancerosos. Por el contrario, en las mujeres menopáusicas, la aparición de un bulto en una mama debe ser considerada sospechosa. Otros síntomas que deben hacernos acudir al médico son la secreción por el pezón, en particular si es oscura; los cambios en la piel, como la denominada piel de naranja; la retracción de la piel en algún punto de la mama al levantar los brazos; el enrojecimiento cutáneo persistente; la retracción del pezón de nueva aparición; y el aumento de volumen de la mama en relación con la mama opuesta.

Es muy necesario que las mujeres españolas, y no sólo las personas que han sufrido la enfermedad, tengan el máximo de información sobre esta enfermedad, para que puedan afrontarla, si se diera el caso, o ayudar a sus familiares y conocidos a afrontarla con un espíritu realista y positivo. El cáncer de mama es una enfermedad curable en la mayoría de los casos, “no hay que olvidar que el cáncer no es una enfermedad sino más de cien enfermedades diferentes”, destaca el Dr. Martín.

CIRUGÍA PREVENTIVA

“Resulta muy difícil recomendar a una mujer con mutación BRCA1/2 que se ampute ambas mamas para no tener cáncer de mama (las consecuencias psicológicas pueden ser devastadoras), y sin embargo, es actualmente la recomendación general”, afirma el Dr. Martín. Diversos estudios han mostrado que la mastectomía bilateral reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y morir por la enfermedad en mujeres que son portadoras de la mutación BRCA1 o BRCA2. Por tanto, “esta opción debe ser discutida con estas mujeres analizando sus pros y contras”, advierte. La resección de ambos ovarios y trompas cuando la mujer portadora de la mutación BRCA1/2 ya no quiere tener más hijos es mejor aceptada por las enfermas y también reduce el riesgo de cáncer de mama en este grupo. “Solo espero que en el futuro podamos ofrecer a estas mujeres algo más sofisticado que la cirugía profiláctica, especialmente algo más sofisticado que la mastectomía bilateral”, comenta. Se están estudiando numerosas opciones alternativas, como el seguimiento estrecho mediante resonancia magnética nuclear y mamografía, de cara a detectar el cáncer en una etapa precoz. No hay que olvidar, dice el Dr. Martín, que “la mayoría de los cánceres que aparecen en estas mujeres se curan, no tienen peor pronóstico que el cáncer de mama de mujeres no portadoras de mutaciones. En todo caso, la presión psicológica que supone el seguimiento estrecho en espera de un cáncer que probablemente va a aparecer tarde o temprano es difícil de soportar para muchas mujeres. La quimioprofilaxis del cáncer en estas mujeres con medicamentos como el tamoxifeno y otros, debería asimismo ser estudiada en mayor profundidad”.

AVANCES EN ONCOLOGÍA

De los últimos avances que se han producido en el campo de la oncología, hay varios que resultan especialmente esperanzadores.

El primero se refiere a un mejor conocimiento de la naturaleza íntima del cáncer de mama, gracias a los avances en genómica. El proyecto The Cancer Genome Atlas ha permitido describir las mutaciones de los diversos subtipos de cáncer de mama, y ello abre camino a un mejor conocimiento de esos tumores y a nuevas terapias de dianas. Además, se están incorporando al arsenal terapéutico nuevos medicamentos antitumorales de diana que mejorarán los resultados actuales; por ejemplo, el pertuzumab, el TDM-1, el everolimus y otros.

En el momento actual, los esfuerzos del GEICAM se centran esencialmente en dos aspectos: la identificación mediante estudios genómicos de las enfermas a las que más benefician los tratamientos actualmente disponibles, y el ensayo de nuevos fármacos “diana” que pueden mejorar las expectativas de ese 20% de pacientes que todavía recaen pese a los tratamientos actuales.