EJERCICIO FÍSICO PARA LA REDUCCIÓN DE LA FATIGA

Por Aida Tórtola

¿El ejercicio físico puede reducir la fatiga? 

Aunque haya quien pueda menospreciar este efecto secundario, se trata de una alteración tremendamente compleja y que se presenta en la mayor parte de los pacientes y supervivientes de cáncer. Dentro de los tratamientos no farmacológicos, el ejercicio físico resulta una de las mejores herramientas para prevenirla y tratarla, y parece ser especialmente eficaz una vez han finalizado los tratamientos, aunque otros autores apuestan por ello durante el mismo.

En caso de fatiga, ¿el ejercicio se debe practicar durante o después de los tratamientos?

En relación a prescripción de ejercicio para el manejo de la fatiga, se recomienda entrenar tanto durante como después del tratamiento. Se debe adaptar en cada caso a las circunstancias y estado de la persona, pero ¿qué tipo de ejercicio? Los investigadores han propuesto que el ejercicio físico mejora la fatiga porque alguno o varios de sus desencadenantes, de modo que en la medida en que estén presentes, deberemos orientarnos hacia un tipo de entrenamiento u otro.

¿Qué practicar según el tipo de fatiga? 

  • Ejercicio de fuerza 

El ejercicio cardiovascular, por ejemplo, resulta efectivo para mejorar la calidad del sueño y reducir las hormonas del estrés, mejora el metabolismo y la regulación nerviosa del corazón  y mejora el estado psico emocional. En este caso, no es tan importante la selección del tipo de ejercicio, pero sí la dosis de este, con recomendación de realizar 20-30 minutos de ejercicio cardiovascular, al menos a intensidad moderada y 2-3 veces por semana durante ocho semanas.

  • Entrenamiento de fuerza 

El entrenamiento de fuerza resulta un componente básico para contrarrestar la fatiga; aún más si el tejido muscular se ha visto afectado por la enfermedad o los tratamientos. En principio, se ha planteado que para mejorar el nivel de fuerza de la persona, es necesario entrenar entre el 60-80% del máximo posible, y alcanzar un volumen (series y repeticiones) alto si no se pueden alcanzar los pesos altos.

Por último, ya se han tratado las actividades cuerpo-mente, siendo el yoga la actividad sobre la que más efectos positivos se han observado, especialmente por sus efectos sobre la calidad del sueño y cuando se realiza post tratamiento.

Por último, también se ha propuesto que es necesario cumplir al menos con el 80% del entrenamiento planteado para poder obtener el máximo nivel de beneficios, de manera que la denominada «adherencia» resulta el factor clave sea como sea el diseño del plan de ejercicio físico.

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