El ayuno intermittente

 

Por Paola Garcia Costas

Según un estudio de la University of Southern California en ratones, el ayuno intermitente aumentaría la eficacia hormonal contra el cáncer.

El ayuno intermitente, tan “publicitado” por celebrities e influencers para adelgazar o mantener el peso, consiste en restringir la ingesta de alimentos durante unas horas determinadas cada día, la mayoría de las cuales suelen coincidir con la noche. “Los periodos en los que permanecer en ayunas más utilizados son de 12 o 16 horas. La forma de realizarlo dependerá de cada persona y cada caso en especial, no funciona igual para todos”, explica María Maestre, dietista-nutricionista y creadora de Nutrissana.

Según la profesional, “todavía no hay muchos estudios que a ciencia cierta afirmen su rotundo beneficio, pero hasta ahora lo que sí se ha observado es que, en ciertos casos de pacientes con cáncer, se puede notar una mejoría. Lo recomendable es hacerlo en un momento determinado y no alargarlo en el tiempo, ya que ahí sí que podría ser peligroso, porque al final se está privando al cuerpo de ciertas necesidades”.

¿Recuperarse de los efectos secundarios dejando de comer?

En esta dirección, un equipo de científicos de la University of Southern California (USC), liderado por el investigador y profesor Valter Longo, ha descubierto que el ayuno intermitente podría aumentar la eficacia del tratamiento hormonal contra el cáncer de mama; en concreto, hace posible que ratones con cáncer respondan mejor al tratamiento. Además, dejar de comer durante uno o dos días favorece que los animales se recuperen de los efectos secundarios. Este efecto positivo se daría, sobre todo, en los cánceres de mama hormonodependientes. La clave de los beneficios de una dieta que imita el ayuno parece estar en que provoca cambios en el comportamiento de varias de nuestras hormonas:

  • Reduce la cantidad de insulina en sangre y también de lo que se conoce como factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1). Y las concentraciones altas de estas hormonas favorecen el cáncer de mama según numerosos estudios.
  • Disminuye la actividad de la leptina (la hormona que regula el hambre), que también se relaciona con un mayor riesgo de tumores mamarios si se producen en demasiada cantidad.
  • En los estudios llevados a cabo en ratones por el equipo de investigadores, observaron que, para aquellos cuya producción de estas hormonas era menor, la terapia hormonal contra el cáncer de mama era más eficaz (sobre todo si se usaba tamoxifeno y fulvestrant).

Resultados que se deben comprobar en humanos 

Aunque los resultados en humanos son prometedores, es necesario llevar a cabo más investigaciones al respecto, porque las que se han hecho hasta el momento incluyen un número pequeño de participantes. Una vez vista la respuesta en ratones, los investigadores llevaron a cabo un estudio en el que participaron 36 mujeres. Si se confirma el beneficio, el ayuno podría convertirse en “el comodín no tóxico para el tratamiento del cáncer”, según palabras de Valter Longo.

En tal condición, la acción de ayunar no consistirá en dejar pasar entre 12 y 14 horas entre la cena y el desayuno (como ocurre en el ayuno intermitente), sino en modificar el porcentaje de nutrientes de la dieta. Así, con una propuesta baja en calorías con poco contenido en carbohidratos y proteínas pero con una elevada proporción de grasa, el organismo activa mecanismos de respuesta similares o iguales a los del ayuno. “En definitiva, se trata de una restricción calórica que afectará al peso, reducirá los marcadores inflamatorios, mejorará ciertos parámetros –como el estrés oxidativo, la resistencia a la insulina o el perfil lipídico– y, lo que más nos interesa, puede llegar a frenar el crecimiento de células cancerosas y hacer más eficaz el tratamiento contra el cáncer de mama”, explica María Maestre.

Efecto positivo del ayuno intermitente en tratamiento con quimioterapia

El grupo de Valter Longo lleva años trabajando en este tema y ha demostrado el efecto positivo del ayuno y la reducción calórica en el tratamiento con quimioterapia. También los investigadores de la Universidad de Leiden llevan varios ensayos clínicos en los que han hallado que la consecuencia del ayuno o la dieta que imita el ayuno es una mayor eficacia de la quimioterapia y una reducción de sus efectos adversos.

En España, la Asociación Española contra el Cáncer financia un proyecto predoctoral sobre el ayuno de corta duración como potenciador de la quimioterapia, dirigido por Andrés Pastor. “Queremos investigar cómo el ayuno favorece el efecto de la quimioterapia en cáncer, ya que se ha visto que tiene efectos positivos en la respuesta al tratamiento en dos aspectos. Por una parte, se ha comprobado que el ayuno protege contra la toxicidad que la quimioterapia produce en diferentes órganos y, por otra, mejora la respuesta del sistema inmunitario contra el tumor tras el tratamiento con quimioterapia.”

Estudiar el papel de la molécula p21

Según este proyecto, “se observa que el ayuno contribuye a la producción de p21, una molécula que inhibe el ciclo celular (el ciclo de vida de la célula) en diferentes tejidos del organismo, y consideramos que este hecho puede estar relacionado con los efectos positivos del ayuno de cara al tratamiento de quimioterapia. Por este motivo, buscamos conocer con exactitud cómo el ayuno hace que se produzca más cantidad de la molécula p21 y cómo esto se relaciona con la quimioterapia y la mejora de sus efectos en un paciente”. En consecuencia, van a estudiar el papel que tiene la molécula p21 a nivel molecular y fisiológico relacionándolo con la respuesta al tratamiento de quimioterapia in vitro (en cultivos celulares), in vivo (en modelos animales de ratón) y en muestras de pacientes sometidos a ayuno durante el tratamiento de quimioterapia.

«Una vez conozcamos esto, pretendemos desarrollar un fármaco que pueda reproducir los procesos moleculares y fisiológicos del ayuno sin la necesidad de que la persona que está siendo tratada con quimioterapia tenga que ayunar para conseguir una mejor respuesta al tratamiento, un fármaco que «engañe» al organismo haciéndole creer que está ayunando.”

Mucha fruta, verdura, pescado azul, frutos secos, semillas y aceite de oliva virgen extra

La dieta, un arma muy valioso

Según la dietista-nutricionista María Maestre, “la dieta es un arma muy valiosa, ya que interviene en multitud de procesos celulares tanto para bien como para mal; por ello hay que llevar la mejor alimentación que se pueda. Podemos usar el ayuno y la dieta cetogénica, frenando o ralentizando el crecimiento celular, bajando el consumo de hidratos de carbono y proteínas, y aumentando el de grasas saludables”.

Asesorarse correctamente

La profesional afirma que “hoy en día el cuidado de la alimentación es tan importante como otros factores a la hora de prevenir y tratar una enfermedad; por ello recomiendo fervientemente llevar una alimentación lo más natural posible, huir de productos light, desnatados, sin azúcar… Mucha fruta, verdura, pescado azul, frutos secos, semillas y aceite de oliva virgen extra, entre otros. Lo recomendable para realizar o cambiar cualquier pauta dietética y nutricional es mediante el asesoramiento y la supervisión de un dietista-nutricionista: lo que a tu prima o vecina le haya funcionado a ti te puede perjudicar”.

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