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De izda a dcha: Santiago Alegre (familiar), Pablo Martínez-Lacasi (familiar) Elisabetta Llaneza (familiar), Rosa Quintana (periodista moderadora), Lucía Lumbreras (familiar de paciente con cáncer de mama), Patrizzia Bressanello (psicooncóloga de la AECC) y Raquel del Castillo (trabajadora social de la AECC).

Como cada año, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) suma sus fuerzas para hacer frente al cáncer de mama, una enfermedad de la que se diagnostican cada año unos 25.000[1] casos nuevos pero que afecta a más de 63.000. Los afectados por este tipo de tumor, pacientes y familiares, son el centro de una campaña que ha querido poner el foco en las necesidades de aquellas personas que, sin tener el tumor, también pasan por la enfermedad.

El cáncer de mama se diagnostica, en un 99%, en mujeres y tiene una supervivencia cercana al 85%. Pese a que cada año hay una incidencia mayor, se estima que este año 2015 más de 26.000 personas serán diagnosticadas por cáncer de mama, la supervivencia aumenta un 1,4% cada año y su tasa se sitúa cerca del 85%. Es, asimismo, un cáncer paradigmático puesto que una mayor concienciación social sobre su detección precoz y la reducción del riesgo de desarrollarlo, así como un mayor esfuerzo en investigación, han logrado que sea uno de los tumores con mejor pronóstico y mayores índices de supervivencia y cronificación.

Diálogos AECC, un espacio de debate para los familiares de las pacientes 

El cáncer en general, y el de mama en particular, es una enfermedad que afecta a todo el núcleo familiar. Para conocer en profundidad lo que supone para una familia un diagnóstico de cáncer, la AECC ha organizado una jornada bajo el título “Diálogos AECC” y moderado por la periodista Rosa Quintana, donde cuatro familiares (dos maridos, una hija y una mujer de paciente con cáncer de mama) han ofrecido su testimonio y han puesto de manifiesto las necesidades de las familias. Pablo, Santiago, Elisabetta y Lucía, han hablado de sus temores, la soledad a la que se enfrentan tras el diagnóstico de cáncer y serla parte fuerte de la pareja, la necesidad de apoyarse entre ellos y de recibir el apoyo de amigos, pero sobre todo, han señalado que la enfermedad ha conseguido unirles mucho más.

Patrizia Bressanello, psicooncóloga de la AECC asegura que “los índices de malestar general de los familiares de paciente de cáncer son incluso mayores que los de los pacientes. Un proceso de cáncer conlleva muchos cambios y eso no es fácil. Genera angustia e inseguridad y los familiares y cuidadores piensan que no van a saber cómo hacerlo. Necesitan de todo nuestro apoyo”.

Raquel del Castillo, Trabajadora social de la AECC, afirma que “los familiares de enfermos de cáncer tienen problemas sociales y laborales. El impacto social del cáncer es importante, sobre todo, el impacto socioeconómico y también a nivel laboral, la estructura familiar, el ocio, las relaciones… En muchas ocasiones la familia tiene que adaptarse a los cambios de roles. La tradicional cuidadora de la casa pasa a ser la cuidada. Sin preparación previa asumir el rol de cuidador de los familiares es difícil. Ellos no saben si son capaces de asumirlo.  Además, los cuidadores no conocen sus derechos y por la dedicación plena al familiar enfermo se olvidan de pedir ayuda, cuando son el pilar para el paciente”.

Esta jornada se ha retransmitido a través de streaming por el canal de YOUTUBE de la AECC y se puede volver a ver a través de este enlace https://www.youtube.com/watch?v=RjpZI_nBsDM

 

El impacto del cáncer de mama

El cáncer de mama tiene impacto en distintos aspectos de la persona que lo padece y su familia. Así, se ven afectados la imagen corporal, la sexualidad o, dentro del ámbito familiar, el cambio de roles que provoca un diagnóstico de cáncer y los efectos secundarios como el linfedema.

Existen cambios físicos evidentes en los pacientes con cáncer de mama debido a los tratamientos médicos que pueden incluir mastectomías. Alguno de estos cambios son pérdida o aumento de peso, caída del cabello, cicatrices, pérdida del pecho… De la misma manera, un diagnóstico de cáncer de mama puede afectar a la sexualidad ya que los tratamientos pueden provocan alteraciones emocionales, menopausia inducida, cansancio físico o dolor, sin contar con los aspectos emocionales como sentimiento de pérdida de atractivo físico, ansiedad, depresión o estrés.

Un diagnóstico de cáncer de mama puede provocar alteraciones en el sentido del necesario cambio de roles en la unidad familiar. Así, si la afectada es la madre de la familia, probablemente su cónyuge y sus hijos tendrán que asumir las tareas, que antes asumía la paciente, durante el tiempo que dure la administración de los tratamientos.

Según la American Cancer Society[2], el posible efecto secundario principal a largo plazo de la extirpación de los ganglios linfáticos axilares es el linfedema (hinchazón del brazo). Debido a que cualquier exceso de líquido en los brazos normalmente regresa al torrente sanguíneo a través del sistema linfático, la extirpación de los ganglios linfáticos algunas veces bloquea el drenaje del brazo, lo que causa la acumulación de este líquido. Esto ocasiona hinchazón del brazo.

Hasta el 30% de las mujeres a quienes se les hace una disección de ganglios linfáticos axilares completa padece linfedema. Además, ocurre en hasta el 3% de las mujeres que han tenido una biopsia de ganglio linfático centinela.

 

Situación del cáncer de mama en España

El cáncer de mama representa el tipo de cáncer más frecuente en la mujer, con una incidencia anual de más de 25.000 casos en España (Globocan 2012), el 29%  de todos los tumores femeninos. Además, supone la primera causa de mortalidad por cáncer en mujeres con 6.075 fallecimientos en 2012.

  • La mayoría de los casos se diagnostican en edades comprendidas entre los 35 y los 80 años, con un máximo entre los 45 y los 65. Las tasas de incidencia están aumentando lentamente en España y en el mundo, probablemente debido al envejecimiento de la población y al diagnóstico cada vez más temprano.
  • Aproximadamente 1 de cada 8 mujeres presentará esta enfermedad a lo largo de su vida.
  • La supervivencia por cáncer de mama ha mejorado notablemente en los últimos 20 años (anualmente se incrementa la supervivencia por este tumor un 1,4%). Cada año disponemos de mayor información para diagnosticar precozmente y tratar el cáncer de mama, lo que ha permitido que la supervivencia global a los 5 años del diagnóstico de este tumor sea del 82,8% en nuestro país (Eurocare-5), por encima de la media europea y similar a los países con las mejores cifras de supervivencia.
  • Sin lugar a dudas, el diagnóstico precoz es la mejor herramienta para luchar contra esta enfermedad. A través de los programas de cribado con mamografías, se pueden diagnosticar los tumores de mama en estadios iniciales en los que hay muchísimas posibilidades de curación.
  • Generalmente se recomienda realizar mamografías periódicas a partir de los 45-50 años.
  • Cada mujer puede reducir su riesgo de forma individual con pequeños cambios en su estilo de vida. Actualmente se conoce que, tras la menopausia, prevenir la obesidad con una dieta adecuada y con ejercicio diario reduce el riesgo de recidiva tras un cáncer de mama.
  • Aparte de la edad, hay otros factores que se asocian con un riesgo más elevado: las mujeres con antecedentes de cáncer de mama en la familia, o que no hayan tenido hijos o los hayan tenido tarde, o con menarquia precoz o menopausia tardía, parecen tener mayor riesgo. No obstante, muchas mujeres que han tenido un cáncer de mama no presentaban ningún factor de riesgo conocido. Poseer un riesgo mayor para el cáncer de mama no implica la certeza de que se vaya a padecer la enfermedad, sólo indica cierta predisposición.
  • La investigación es fundamental, no solo en el cáncer de mama. A medida que se conocen mejor los factores pronósticos de la enfermedad, es posible identificar el riesgo de cada caso de cáncer de mama, lo que permite seleccionar el tratamiento más adecuado para cada uno.

 

“El reflejo de nuestro apoyo”, campaña de la AECC

 

Como cada año, y ya van tres, la AECC ha sacado a la venta las gafas rosas para recaudar fondos para investigar el cáncer de mama. Bajo el lema, “El reflejo de tu apoyo”, la asociación busca además el compromiso de toda la sociedad para trasmitir todo el apoyo a los pacientes y familiares que están pasando por un proceso oncológico.

Las gafas se pueden adquirir a trevés de este enlace http://sumatealrosa.aecc.es/ o en cualquiera de las 52 sedes provinciales de la AECC.

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