¿Por qué El crep de mi vida?

El día del diagnóstico, estuvimos de compras, era época prefiestas de fin de año, y como íbamos con tiempo a mi cita con el médico, entramos en una cafetería del centro de Girona conocida por unos fabulosos crepes. Estaba un poco nerviosa y no tenía pensado comer nada, pero como soy una golosa empedernida y me pierde el chocolate, la tentación de un crep de Nutella para mí era demasiado, incluso ante esa situación antes de la cita. Así es que me comí mi crep, pero lo que no podía imaginar mientras lo saboreaba gustosamente es que sería El crep de mi vida. 45 minutos después, con la barriga llena y un extra de glucosa en mi cuerpo, conocimos la noticia.

¿Cuál era tu vida antes del cáncer?

Creía que tenía una vida perfecta, casada con mi ‘mitad’, madre de mellizos (entonces no tenían todavía cuatro años), con un trabajo que me apasiona, con una familia que adoro y mis amigos… Feliz, tenía una vida feliz.

¿Cómo te diagnosticaron tu enfermedad?

Yo misma me encontré un bulto en el pecho. Dos meses antes me había hecho una revisión rutinaria y todo estaba bien. De repente, un día, sin más, al salir de la ducha y ponerme crema, noté que tenía algo; aunque no le di demasiada importancia, ya que tengo el pecho pequeño y muy fibroso y no pensé que podía ser algo importante. Pasaron las semanas y, de repente, este bulto creció e incluso era un poco visible; me asusté y pedí hora con mi doctora. Allí empezó la aventura, el ir y venir de pruebas… Me diagnosticaron un carcinoma en la mama izquierda. Y me anunciaron que había que intervenir, hacer radio y quimioterapia.

¿Qué pasa en la cabeza de una joven madre cuando se le anuncia que tiene cáncer?

Me siento afortunada por lo que se refiere a esta parte, no me he quedado presa del ¿y por qué a mí? Más bien al contrario; solo me planteé esta pregunta una vez, el mismo día del diagnóstico, cuando pensaba: pero si no fumo, no bebo, hago deporte, buena alimentación… ¿Cómo me pasa esto? En ese mismo instante, me vinieron a la mente mis hijos, y algo en mi subconsciente que me decía: imagina que fueran ellos… Automáticamente, el escenario cambió, y pasé de preguntar por qué a dar la gracias; gracias por ser yo y no uno de mis hijos quien debe pasar por esto.

¿Cómo viviste estos meses?

La vida pasó de ser bonita a ser mágica. Ahora soy más feliz, valoro muchísimas cosas cotidianas a las que antes no les daba la menor importancia y vivo cada momento con pasión. La enfermedad jamás hubiera sido una opción elegida, pero el ‘Sr. Cáncer’ me ha enseñado muchísimas cosas, y aunque parezca mentira, de esto también se sacan cosas buenas.

¿Explicaste lo que te pasaba a tus hijos?

Soy una fiel defensora de normalizar y explicar lo que pasa abiertamente, siempre de forma que puedan entenderlo y sin dramatizar. Mis hijos aún no tenían cuatro años cuando me diagnosticaron la enfermedad, a estas edades solo perciben las emociones sin ser conscientes de la gravedad de la situación. En casa convertimos el cáncer en una aventura, y ellos han pasado por todos los procesos formando parte de cada situación, pero sin sufrir.

Nuestra aventura ha sido tan gratificante que decidí escribir un cuento para compartirla con todas las familias que se encuentren en la misma situación. Tendemos a tratar el cáncer con los niños de una forma tabú, y los peques acaban percibiendo que algo no funciona. Es mejor que seas tú quien les cuente qué ocurre y no dejar que ellos imaginen algo peor de lo que es.

El crep de mi vida

Con tu marido, ¿vuestra relación ha cambiado?

Casi nada, soy afortunada por tenerlo, somos una pareja muy sólida que siempre hemos ido a una, formamos un buen equipo, y si la enfermedad ha hecho algo en nuestra vida como pareja es unirnos más. El cáncer de mama tiene un plus de preocupación como mujer, y es la parte estética, la degradación física del tratamiento, por no hablar de las secuelas de las intervenciones. Él no ha hecho otra cosa que minimizar cada uno de los pasos y recordarme cada día que me quiere. Es mi ‘MITAD’, ¡en mayúsculas!

¿Por qué pusiste en marcha un blog? ¿Qué te aportan las redes sociales?

Soy una persona muy activa e inquieta y enfrentarme a una larga baja con el único fin de centrarme en mí me agobiaba bastante. Por una parte, la idea de tener un blog siempre me llamó la atención; en mi mente estaba un blog tipo Súper mami” narrando hazañas con mellizos o algo así, pensaba que sería como una especie de diario online que les quedaría a mis peques para la posteridad. Por otra parte, se da el caso, aunque parezca mentira, de que soy super introvertida para mis sentimientos, así es que una vez diagnosticada de cáncer, pensando en qué invertir el tiempo y en cómo hacer mi propia terapia…. ¡Tachán! Un día les dije que iba a hacer un blog, y la sorpresa para todos fue cuando les conté que el blog sería sobre el cáncer. Pensé que esta sería mi terapia personal, que aquí me desahogaría; en definitiva, papel en blanco o pantalla en blanco aguantan lo que le echen.

Como terapia personal, no podría estar más contenta, ha cumplido y sigue cumpliendo su cometido a la perfección. Jamás imaginé que me daría tanto aquel ‘bendito’ crep. Las redes sociales me han dado la oportunidad de conocer a gente maravillosa, me han ayudado, he podido ayudar y me siento acompañada en cada pequeño paso.

¿En qué etapa estás? ¿En qué piensas?

Acabo de finalizar la radioterapia y ahora sigo haciendo quimio hasta el mes de abril. En abril de 2016 habré acabado mi aventura.
Pienso que hay que ser feliz, pero feliz de verdad, no preocuparse por tonterías sin sentido, hay que aprender a valorar los pequeños momentos del día a día. Nos parecen de lo más corrientes, pero cuando te ves privada de ellos se convierten en los más importantes. No esperes a que la vida te abofetee para aprender a disfrutarla. Ser feliz está en tu mano.

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