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Según los últimos datos publicados por el Departamento de Salud, en Cataluña se diagnostica una media anual de 33.715 nuevos casos de cáncer y se estima que, en 2020, el número de casos nuevos diagnosticados se incrementará un 32%, un crecimiento que en gran parte se asocia al envejecimiento y el incremento de la población. Para poder atender esta situación, el Departamento de Salud impulsa diferentes iniciativas, que establecen objetivos, acciones y recomendaciones basadas en las buenas prácticas clínicas y en la evidencia científica.

En este contexto se enmarca el proyecto Optimus, que se ha llevado a cabo de forma pionera en Cataluña en el Hospital Universitario Vall d’Hebron, y se ha presentado hoy en Barcelona con la presencia del consejero de Salud, Boi Ruiz ; el gerente del Hospital Universitario Vall d’Hebron, el doctor Vicente Martínez; el jefe del Servicio de Oncología del Hospital, el doctor Josep Tabernero; el jefe del Servicio de Hematología del Hospital, el doctor Francisco Bosch, y la directora de la región de Cataluña de Roche Farma, Gemma de Clascà.

El proyecto Optimus es una iniciativa de un grupo de trabajo multidisciplinar (oncología, hematología, farmacia y enfermería) que examina los beneficios asociados a diferentes acciones dirigidas a optimizar la calidad asistencial de los servicios de oncología y hematología. Unas medidas que, además, están alineadas con los objetivos estratégicos definidos por el Departamento de Salud de Cataluña en el Plan de Salud 2011-2014 y en el último Plan director de oncología.

Para el consejero de Salud, el proyecto es una muestra de la apuesta de la conselleria para impulsar la mejora continua en los procesos asistenciales para perfeccionar cada vez más la atención que reciben los pacientes y la labor que ejercen los profesionales sanitarios, buscando la excelencia de los centros. De hecho, Ruiz se ha mostrado satisfecho de que el proyecto, que se quiere extender al resto de hospitales del sistema sanitario público de Cataluña, sea un reflejo de la aplicación práctica de las políticas del departamento: aumento de la esperanza y mejora de la calidad de vida, liderazgo profesional y participación de los pacientes, impulso de la innovación y de la investigación y seguridad y optimización en el uso de los recursos.

La tarea asistencial del Hospital Universitario Vall d’Hebron en las áreas de oncología y hematología está considerada una de las más relevantes en el ámbito sanitario internacional. Ejemplo de excelencia en este ámbito, el centro es también un referente a la hora de introducir nuevas acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer y la eficiencia de los procesos asistenciales.

En este sentido, el gerente del Hospital Vall d’Hebron, Vicente Martínez, señaló que «el objetivo también es proporcionar herramientas de educación sanitaria mediante actividades orientadas al autocuidado, a fin de dar la mayor autonomía posible al paciente y minimizar las posibles complicaciones asociadas al tratamiento «.

Con este objetivo se ha incorporado recientemente un conjunto de medidas englobadas en cuatro tipos de acciones:

1) dirigidas a reforzar el control cualitativo y cuantitativo de todo lo relacionado con la preparación y la administración de medicamentos antineoplásicos;

2) centradas en el papel clave del personal de enfermería especializado;

3) enfocadas al diseño de canales alternativos de asistencia con los que resolver dudas y atender situaciones de complejidad baja, y por último,

4) aquellas que buscan la introducción de nuevas vías de administración de fármacos en el proceso asistencial.

Por su parte, la directora de la región de Cataluña de Roche, Gemma de Clascà, ha destacado el papel clave de la compañía como agente activo e implicado en el sistema sanitario. «En Roche defendemos la corresponsabilidad, poniendo nuestro amplio conocimiento en el área de la oncohematología al servicio del sistema. Cataluña representa una comunidad clave para la compañía: con una inversión de cerca de 10 millones de euros el pasado año, la contribución en investigación en la región se traduce en el hecho de que más del 90% de nuestras moléculas en investigación s ‘estén probando en más de 200 ensayos clínicos en los que participan investigadores de primer nivel, de medio centenar de centros y cerca de 3.000 pacientes catalanes. Esto hace posible que nos podamos implicar, desde el valor añadido, en la apuesta por las dinámicas asistenciales o clínicas para la mejora continuada de la calidad asistencial. Durante los próximos meses, iremos conociendo los resultados de este proyecto en diferentes comunidades. »

Este informe, que también ha contado con la colaboración del Consejo Consultivo de Pacientes de Cataluña (CCPC), concluye que activar estas medidas en el resto de centros públicos catalanes aporta beneficios asistenciales, lo que mejora la eficiencia de la organización y por tanto conlleva una optimización de los recursos para el sistema público sanitario y para la organización del centro, independientemente de su tamaño. Su incorporación significa un mejor control de las preparaciones y las administraciones de fármacos, lo que garantiza una mayor seguridad para el paciente y una atención integral y continuada. El resultado final es una reducción de las urgencias hospitalarias y la posibilidad de implantar otros servicios asistenciales para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Análisis de los puntos de mejora del proceso asistencial

En la metodología del estudio se previó que, antes de introducir el conjunto de medidas y evaluar su impacto, se identificaran los puntos de mejora del proceso asistencial asociados al uso de fármacos, situaciones comunes en los hospitales de las que se sabe que tienen un impacto en la calidad asistencial. Así, por ejemplo, para que el paciente pueda comenzar el tratamiento en el momento idóneo, es clave un sistema adecuado de programación de las sesiones, así como la coordinación y la celeridad en la obtención de los resultados analíticos. Hay otros ejemplos en la fase de preparación de los medicamentos o en el apoyo y la formación al enfermo y su entorno.

Tal como ha explicado el doctor Josep Tabernero, «garantizar la máxima seguridad del paciente es nuestra prioridad y este tipo de medidas son una muestra de los esfuerzos para conseguirlo. La introducción de tecnologías basadas en el aseguramiento de controles cualitativos y cuantitativos durante las fases de preparación y administración de los fármacos o la especialización de los profesionales de enfermería, que tienen un papel clave y destacado en la atención al paciente, permiten mejorar la calidad asistencial, incrementando la seguridad y potenciando un seguimiento y una atención individualizada mayores, así como un mejor uso de los recursos sanitarios».

Por su parte, para el doctor Francisco Bosch, «nuestro compromiso con la optimización y la mejora de la calidad asistencial se materializa asimismo con iniciativas como la puesta en marcha de la consulta de atención inmediata o la incorporación de nuevas vías de administración de los tratamientos oncológicos. Ambas están encaminadas a lograr una mejora en la calidad de vida de los pacientes oncológicos, así como optimizar el tiempo de los profesionales sanitarios y la ocupación de los centros «.

Se analizó el grado de cobertura de los puntos de mejora en el Hospital Vall d’Hebron. Este análisis se llevó a cabo mediante sesiones de trabajo con los profesionales de las áreas de oncología, hematología, hospital de día y farmacia, se estudiaron las acciones realizadas y las que se podrían hacer. El resultado de este esfuerzo permitió priorizar las medidas englobadas en las cuatro iniciativas:

Sistema de control de producción y trazabilidad en la preparación y la administración de medicamentos antineoplásicos. El objetivo fue incrementar la seguridad y la calidad de los procesos asistenciales tratando de eliminar el riesgo de estos errores, que son la causa principal de efectos adversos y los resultados en salud. Pionero en el Estado español, el servicio de farmacia ha desarrollado un sistema de control de producción y trazabilidad que evita la posibilidad de errores de preparación de la quimioterapia después de una cuidadosa validación farmacéutica de la prescripción hecha en un sistema de prescripción electrónica asistida. También conserva la traza y permite hacer un seguimiento cuidadoso de todos los pasos del proceso. Este sistema es ágil y seguro, y permite preparar y administrar los tratamientos rápidamente sin que el paciente tenga que volver otro día a recibir la quimioterapia.

Especialización de la práctica de enfermería. El estudio ha analizado las diferentes acciones que llevan a cabo estos profesionales y que van más allá de la administración de tratamientos. La especialización, que implica un mayor grado de autonomía, facilita el seguimiento individualizado del paciente en todo el proceso asistencial. En los últimos años, el Hospital Universitario Vall d’Hebron ha apostado en este sentido, para poder dar una atención de alta calidad.

Canales alternativos de asistencia para resolver dudas y atender situaciones de complejidad baja. El alto volumen de pacientes que son tratados en el servicio de urgencias es un problema frecuente. Para mejorar la capacidad de resolución, priorizar la asistencia e impulsar la atención ambulatoria y optimizar los recursos, el Hospital Vall d’Hebron puso en marcha a finales de 2012 una consulta de atención inmediata (CAI). El objetivo era y es atender pacientes urgentes pero de baja complejidad, evitando así que sean tratados en el servicio de urgencias y reduciendo hospitalizaciones y pruebas diagnósticas innecesarias. Físicamente cercano al área de urgencias, este dispositivo dispone de un total de cinco profesionales (dos médicos, dos enfermeros y un celador).

Introducción de nuevas vías de administración en el proceso asistencial. Cada vez más datos indican que la disponibilidad de nuevas vías de administración (oral, subcutánea) para los tratamientos contra el cáncer, en sustitución de los utilizados por vía intravenosa, significa una mejora en la organización del centro y, sobre todo, en la calidad de vida de los pacientes. De hecho, el informe Optimus concluye que los principales beneficiarios de la sustitución de la vía intravenosa por la subcutánea son los enfermos. Indica que esta última garantiza una reducción del tiempo de administración, que se traduce en un aumento de la calidad de vida. El paciente pasa menos tiempo en el hospital y esto mejora su bienestar emocional. También ayuda a las personas afectadas a hacer más compatible el tratamiento con su vida personal y laboral.

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