«Cuando nos vemos bien, nos sentimos mejor”. Bajo este lema, Ángela Navarro se vuelca en dar soluciones estéticas a las personas que sufren los efectos secundarios provocados por los tratamientos oncológicos. Desde su asociación lleva más de una década trabajando con pacientes de cáncer, y hace tres años creó la fundación que lleva su nombre para cumplir con tres objetivos que considera básicos: información, formación e I+D. “Es imprescindible dar información al paciente”, señala. Por eso publica una guía divulgativa de autocuidados estéticos para pacientes oncológicos, que se puede descargar de la web de Sanidad, y en la que también colaboran especialistas como oncólogos, psicólogos o dermatólogos. Otras de sus múltiples actividades son los talleres de maquillaje y los cursos para el personal sanitario y los profesionales de la imagen personal, así como la financiación de los tratamientos cosméticos y capilares de los pacientes que no tienen recursos económicos. En este sentido, a primeros de año, Ángela hizo unas Jornadas de Puertas Abiertas en las que, por un precio ajustado, cualquier persona podía acudir al centro de belleza y cambiarse su look a la vez que colaboraba con su fundación. “Mi labor es importante y muy necesaria, porque nos encontramos con un sector de la sociedad que sufre un deterioro importantísimo, que no le permite hacer una vida normal en la mayoría de los casos”, reconoce Ángela. “Hoy el paciente oncológico vive, se ha convertido en un enfermo crónico, y por eso no podemos cerrar los ojos a una necesidad social tan importante”, afirma.

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