Sandra Ibarra trabaja intensamente al frente de su fundación para conseguir fondos y destinarlos a la investigación del cáncer. Su gran labor está dando frutos. Desde que la creara en 2008 hasta ahora, la fundación ha otorgado 25 becas de investigación.

Al hablar, Sandra transmite optimismo y ganas de vivir. Ha tenido que hacer frente al cáncer en dos ocasiones. La primera, el 10 de marzo de 1995, y después en una fecha muy señalada: en el segundo aniversario de los atentados de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2002. “Esta adversidad que me ha tocado vivir ha hecho que disfrute de cada momento sin saltarme los paréntesis. También son vida”. Se refiere a esos intervalos que siempre se nos escapan esperando a que ocurra algo: terminar el tratamiento, el fin de semana, que lleguen las vacaciones…

“No tenemos que esperar para vivir”, señala. Por eso, en su libro Las Cuentas de la Felicidad, el primer mensaje que quiere transmitir es precisamente el que figura en el subtítulo: “Hay vida durante el cáncer”. “Cuando más enferma estás, más viva te sientes”, comenta. Recuerda un concierto de Los Secretos en Medina del Campo, su ciudad natal, como uno de los momentos felices de su vida. Ese día le acababan de hacer una punción medular y pensaba que sería la última vez que los vería. “Vivir las cosas cuando las vives por última vez, las hace especiales”, afirma. Sin embargo, unos años después, el grupo musical celebró sus 30 años en Las Ventas en Madrid y allí acudió Sandra. “Ese es el regalo. Vivir cada día”, concluye.

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