Puedes ser difícil decir a tus seres queridos que padeces cáncer. Es complicado saber qué decir y a quién, sobre todo cuando no estás seguro de tus propios sentimientos. lo primero es concienciarnos de que deseamos compartir el problema con ellos: el camino es mucho más llevaderos si lo compartes con tus familiares y amigos.

Tómate tu tiempo y espera hasta que te sientas preparado para hablar. Compartirlo con tus familiares y amigos íntimos les permitirá apoyarte en posibles dificultades futuras. Puede resultar terapéutico compartir con ellos tus miedos e inquietudes. Transmitir tus sentimientos puede aumentar tu seguridad y te puede ayudar a controlar la situación.

¿Cómo reaccionarán?

Comprobarás que cada persona reacciona de forma diferente cuando les comuniques que tienes cáncer.

Unos no dirán nada por miedo a decir algo incorrecto o a entristecerte. A otros les resultará más sencillo hablar y te harán muchas preguntas. Incluso puedes notar un cambio en la forma de actuar de algunos de los que te rodean. probablemente porque se sienten incómodos hablando sobre el cáncer.

Pasará un tiempo hasta que cada uno se adapte y poco a poco se sientan más cómodos hablando del problema. Con el tiempo, verás que mostrarán más comprensión. compasión y amistad. Manteniéndoles informados y dándoles la oportunidad de preguntar, puede ayudarte a sobrellevarlo mejor junto a ellos.

¿Cuál es la mejor manera de darles la noticia?

No hay ninguna manera fácil de decirle a alguien que tienes un cáncer y ningún método es mejor que otro. Cada persona es diferente y la mejor manera de decirlo, será aquella con la que te sientas más a gusto.

Algunos consejos para tener en consideración:

  • Piensa en el entorno- asegúrate de que no hay distracciones (como una televisión) y de que todos están cómodos.
  • Dosifica las noticias gradualmente- en vez de decir que tienes cáncer inmediatamente, puedes empezar por ejemplo diciendo: «esto no va a ser fácil, pero necesito deciros algo…».
  • Encuentra una situación favorable- a veces puede resultar más fácil hablarlo por teléfono o por carta, en lugar de cara a cara.
  • Facilita la información en pequeñas dosis- permitirá a la otra persona procesar  y entender la información. De vez en cuando, pregúntales si comprenden lo que les dices antes de seguir.
  • No te preocupes por los silencios- son una respuesta normal. A veces basta con sentarse juntos o cogerse de la mano.
  • Sé realista- a veces nos sentimos tentados de suavizar la información, sobre todo si vemos triste a la otra persona. Intentamos protegerles de las malas noticias, pero será más triste si descubren que la situación era más grave de los que dijimos.

 

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