ilustra5Educar sobre el cáncer y hábitos saludables que pueden ayudar a prevenirlo, despertar vocaciones científicas y acercar la investigación a la sociedad es el triple objetivo del proyecto EscueLab.

No es habitual que los niños conozcan el comportamiento de las células cancerígenas. Tampoco es frecuente que les resulte entretenido aprender sobre el cáncer. Y, además,  no es un tema que se les suela explicar en el colegio. Por eso, en octubre de 2012, jóvenes científicos y artistas de edades comprendidas entre los 20 y 65 años crean EscueLab, un proyecto innovador para acercar la investigación sobre el cáncer a los niños de primaria de Madrid de una manera educativa, creativa y diferente. La idea surge de varios estudiantes de doctorado del CNIO –Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas– interesados en la divulgación científica, que crean un grupo sobre comunicación de la ciencia. Su deseo es acercar a los niños y jóvenes la investigación científica sobre el cáncer, pero, en un momento dado, recuerda la promotora del grupo, Cristina Balbás, se dan cuenta de que no era posible traer a mucha gente al edificio del CNIO porque en términos de logística y seguridad no era factible, “así que decidimos ‘llevarlo’ nosotros a los colegios”, señala.

Así, idean una serie de talleres multidisciplinares para los colegios de primaria de Madrid en los que intentan desterrar falsos mitos acerca de los científicos, mostrando a estos profesionales como una figura mucho más cercana y real. “Desmitificamos la imagen del científico como un ser aislado en su laboratorio que no está en contacto con la realidad. Queremos mostrar a los niños que somos personas normales con nuestros intereses”, comenta Cristina.

Los talleres de EscueLab, además, hacen hincapié en despertar vocaciones científicas, acercando a los alumnos la rutina de un investigador, lo que les ayudará de cara a elegir una carrera o profesión futura. “De momento, vamos a clases de quinto y sexto de primaria porque en la asignatura de Conocimiento del Medio ya han estudiado el comportamiento de una célula. Queríamos hacerlo un poco antes de comenzar la ESO, etapa en la que ya se diversifican entre Ciencias y Humanidades, por si alguno de los chavales que asiste a los talleres se le enciende la bombillita”, cuenta Cristina.

Con el ADN del tomate a casa

Los talleres constan de un vídeo de imagen real y animación, una ronda de discusión con los chavales y un experimento en el que los alumnos, utilizando materiales cotidianos aprenden a extraer el ADN de un tomate. Cristina explica cómo lo hacen: “en una bolsa de plástico cortamos el tomate, echamos sal y lo machacamos con las manos para extraer el zumo; lo colamos en un vaso y añadimos una cucharadita de detergente para empezar a romper las membranas celulares; luego esperamos unos minutos para añadir zumo de piña y terminar de romperlas. Poco a poco, añadimos alcohol para se libere el ADN al exterior. Finalmente, con un palillo lo ‘pescamos’ y lo metemos en un tubo con alcohol para que cada niño se lleve el suyo a casa”. Estos talleres pretenden, por un lado, explicar a los niños conceptos básicos de la biología del cáncer, así como transmitir ideas sencillas pero importantes acerca de las causas, investigación y tratamiento del cáncer, y cómo las elecciones personales en cuanto a estilo de vida –dieta, uso del tabaco y otras drogas, deporte…– influyen en las posibilidades de desarrollar un tumor. Los responsables de EscueLab creen firmemente en la importancia de que los niños comprendan esta enfermedad y, además, tengan las herramientas necesarias para prevenirla. En sus explicaciones siempre transmiten un mensaje muy positivo: “el cáncer se cura, hay tratamientos, estamos investigando, cada vez se sabe más, tenemos nuevos medicamentos, nuevos fármacos… Que sí, es una enfermedad seria, pero también hay mucha gente dedicada a trabajar en ello. Cada vez se sabe más y existen tratamientos más innovadores”, afirma Cristina.

Para completar esta actividad, cuentan con material gráfico, como carteles y folletos, que ayudarán al alumno a interiorizar los conocimientos adquiridos en los talleres. “Cada vez que vamos a un colegio les dejamos un kit que incluye una copia del vídeo por cada clase a la que vamos, un póster en formato grande con todos los conceptos más científicos que hemos cubierto en el vídeo y copias plastificadas del protocolo. Así, los propios profesores lo pueden repetir en años venideros”, concluye.

El vídeo de EscueLab “Un día en la vida de un investigador” ha conseguido la Mención de Honor en la categoría de Cortos Científicos en la XIV edición del concurso internacional Ciencia en Acción; y la ha logrado por su objetivo, materializado mediante una exposición amena y rigurosa, de despertar vocaciones científicas en escolares mediante la descripción de algunos aspectos de la investigación sobre las causas y el tratamiento del cáncer.

Proyecto sostenible

EscueLab está subvencionado por la Fundación Telefónica, como parte de su programa “Think Big”, y por Ashoka Jóvenes Changemakers, habiendo ganado su concurso “Making more Health”. Cada entidad ha aportado a EscueLab 400 euros, un capital que se ha invertido en los materiales necesarios para impartir los talleres. “Nosotros no buscamos hacer negocio con todo esto, sino que pretendemos ser sostenibles”, aclara Cristina. De momento, los colegios no pagan nada, pero si se acaba la financiación empezarán a cobrar una cantidad mínima por niño, simplemente para cubrir gastos. “El objetivo inicial es intentar que sea gratis o a un coste muy bajo para los colegios públicos, porque creemos que son los que menos recursos tienen. Tampoco queremos dejar de lado a los concertados y privados sobre todo teniendo en cuenta que es un taller que nosotros podemos impartir en inglés”, explica Cristina.