La Comisión Europea ha aprobado el uso de Avastin® (Bevacizumab), en combinación con quimioterapia (paclitaxel, topotecan o doxorrubicina liposomal), en mujeres con cáncer de ovario resistentes a quimioterapia con platino que han tenido una recaída. Esta decisión supone que esta terapia biológica sea el primer tratamiento en más de 15 años para el tipo de tumor de ovario más difícil de tratar. De hecho, actualmente Bevacizumab constituye uno de los escasos avances relevantes de la última década contra este tipo de tumor, que cuenta con la tasa de mortalidad más alta de todos los cánceres ginecológicos. 

Según la directora médica y responsable de Desarrollo Global de Productos de Roche, Sandra Horning, “la aprobación europea es una excelente noticia para las mujeres con este tipo de tumor de ovario, ya que van a poder vivir más tiempo sin sufrir un empeoramiento de su enfermedad, un objetivo fundamental en el tratamiento de la enfermedad avanzada. Bevacizumab es la primera terapia biológica aprobada en Europa para las pacientes con este tumor tan difícil de tratar”. 

Esta aprobación permitirá el uso de Bevacizumab en combinación con paclitaxel, topotecan, o doxorrubicina liposomal para el tratamiento de mujeres con cáncer de  ovario resistentes a quimioterapia con platino, con cáncer de trompas de Falopio o peritoneal primario que han recibido como máximo dos tratamientos previos con quimioterapia y que no han recibido antes Bevacizumab u otros inhibidores del VEGF o fármacos de acción selectiva sobre los receptores del VEGF. 

Asimismo, el febrero pasado, el Ministerio de Sanidad autorizó su financiación en el Sistema Nacional de Salud como tratamiento de primera línea (tras la cirugía) para cáncer de ovario avanzado y para cáncer de ovario “sensible a platino” que ha recaído.

Pacientes “resistentes a platino”

De las 44.000 mujeres diagnosticadas cada año en Europa, muchas recaerán tras recibir la terapia inicial. En el manejo del cáncer de ovario, el tiempo que transcurre entre el momento en que la paciente recibe la última dosis de quimioterapia basada en platino y la recaída de enfermedad suele ser un elemento clave a la hora de seleccionar la quimioterapia que se utilice en la siguiente línea de tratamiento. Se considera que una paciente es “resistente a platino o platino-resistente” si su enfermedad empeora en un plazo de entre uno a seis meses desde que completó el tratamiento previo con quimioterapia basada en platino.

 

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