¿Existe el linfedema tanto en hombres como en mujeres?

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¿Por qué nadie habla de las posibles consecuencias del tratamiento de los cánceres masculinos (próstata, testículos, pene)?

Los cánceres masculinos como el próstata, testículos y pene presentan un riesgo elevado de sufrir consecuencias poco conocidas a nivel público y sanitario. A pesar de la evolución en el diagnóstico y en el tratamiento, pueden producirse consecuencias que cambian drásticamente la calidad de vida de los pacientes (hombre, sexualmente activo, en edad laboral y con amplia expectativa de vida).

Las secuelas más comunes son: incontinencia urinaria, problemas intestinales, hemorroides, impotencia sexual e infertilidad. Pero no termina ahí, además, puede aparecer una hinchazón crónica e irreversible en la pierna o los genitales conocida como linfedema.

¿Qué es y por qué se produce el linfedema?

El linfedema es un aumento de volumen de una parte del cuerpo, causado por acúmulo de líquidos, restos celulares y macromoléculas en el espacio extracelular. Sus síntomas son sensación de pesadez, tirantez, piel tensa, molestias, hinchazón… En estos casos citados de cáncer, se produce un linfedema secundario a un proceso oncológico, cuya etiología puede ser un bloqueo mecánico o un corte en el sistema linfático.

Al realizar la intervención quirúrgica, la incisión para quitar el tumor suele cortar parte de los vasos linfáticos superficiales de la zona porque se encuentran anclados al tejido graso subcutáneo, es decir, justo por debajo de la piel, por lo que es muy sencillo que se lesionen.

Además, en ocasiones, en la cirugía se precisa realizar la extirpación de ganglios linfáticos en la zona pélvica, abdominal o inguinal, lo cual lesiona el sistema linfático interfiriendo en su normal funcionamiento. Impide que evacúe los líquidos y las macromoléculas como antes de la cirugía, que se realizaba de manera fisiológica. Este motivo genera aumento de volumen en la pierna y/o en los genitales.

Por desgracia, los tratamientos adyuvantes también influyen. La radioterapia es otro de los factores de riesgo para desencadenar el linfedema, porque “quema” vasos linfáticos regionales y muchos de ellos después no vuelven a funcionar de manera eficaz.

Por último, la obesidad, es también en sí misma, es también un factor de riesgo.

Dada la importancia del linfedema, consideramos necesario su conocimiento y divulgación pública. Agradecemos a LVR la posibilidad de que mucha gente pueda sentirse identificada, incluso auto-diagnosticada al leer estas líneas.

 

La Asociación Española de Linfedema cuenta con profesionales especializados en Fisioterapia Oncológica que tratan estas consecuencias postquirúrgicas y postirradiación. Creemos que el linfedema debería cobrar protagonismo y conocerse para poder prevenirse. Es una patología invalidante, mínimamente explicada y que disminuye de manera notable la calidad de vida de quien lo padece.

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