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¿Cómo evitar la “costumbre” a la hora de comunicar a las pacientes el diagnóstico de cáncer y su tratamiento?

Es una cuestión aplicable a cualquier profesión, a cada  persona que tienes delante la ves como única, esto es bueno para ella y para ti;  tiene que primar el contacto personal, preguntar, escuchar. Por ejemplo, no es la ecografía número 20, es una persona, y para ella es su ecografía.

A cada paciente hay que informarle de una manera, según sea, hay que decírselo distinto. Las hay que se bloquean, que no quieren oírlo, o incluso se desmaya el acompañante, otras lo aceptan con calma; hay que incidir en un aspecto o en otro según veamos que lo va captando. Hay que saber con qué palabras se puede asustar. Lo importante es que sepa que cáncer no es sinónimo de muerte, esto es cada vez más cierto.

Debemos aprender a ver a quién tenemos delante y actuar en consecuencia. Tenemos que aprender a saber cómo decirlo, y aprendemos de los pacientes. Hay que escucharles. A veces les digo “hay que operar un bultito”, y otras hablo directamente de cáncer; también se puede decir gradualmente, por etapas. Es aconsejable ir siempre a la consulta acompañado, pues así el acompañante puede ayudar a recordar lo que se le ha dicho.

¿Qué palabras son las que más frecuentemente oye después de dar el diagnóstico?

A veces, como he dicho, hay bloqueo; alguna vez incluso algo de frialdad, otras hiperactividad y locuacidad, pero lo más frecuente es reaccionar de un modo intermedio.

Revistas como LVR pueden hacer mucho bien, en cuanto a difundir y hacer pedagogía en la sociedad; hay que desdramatizar y poner el cáncer de mama en su sitio real, pues se piensa y se tiene la sensación de que es peor y mucho más grave de lo que en realidad es. En los últimos diez años ha cambiado radicalmente, obteniendo mejores resultados. Hay tratamientos y fármacos más eficaces  que se personalizan y adaptan a cada paciente.  Se puede decir que no hay cáncer de mama, hay cánceres de mama.

Existen muchos especialistas de otras áreas que intervienen para ayudar y paliar sus síntomas. Las metástasis también se pueden tratar adecuadamente, hay que ayudar  al paciente a vencer la enfermedad en todos los aspectos, también en el psicológico. Como es sabido, hay psiquiatras y psicólogos especializados en oncología, y enseñan entre otras cosas a aprender a manejar las emociones, que pueden influir enormemente en el estado físico.

¿Cómo no perder la importancia de la persona y transmitir al paciente el lado humano del médico?

Es bueno tener presente continuamente que un médico ante todo debe ser persona. No solo tiene que tener conocimientos médicos y técnicos, el médico debe ser consciente de que pone los medios e intenta ayudar a recuperarse al paciente; hablarle, mirarle a los ojos, cogerle las manos, etc…

Muchas enfermedades no se curan, pero siempre hay que ayudar a esa persona, consolarla, acompañarla, paliar sus dolencias…, al margen de la ciencia y la tecnología. Y esto hay que transmitirlo a los estudiantes de medicina; me consta que se intenta hacer en algunas facultades, hay que insistir en lo importante que es situarse “humanamente” ante el enfermo.

Los aspectos de comunicación verbal y no verbal son fundamentales. Es importantísimo que haya contacto, por eso también hay que saber el modo de decirle lo que tiene.

¿Cómo se puede contrarrestar el miedo, la ansiedad, ante un diagnóstico de cáncer?

Dándoles información. No solo hay que informar sino informar bien, siempre hay que intentar darles horizontes, esperanzas, siempre hay una ventana que puede abrirse; no deben rendirse.

También es importante no dar una imagen negativa de la enfermedad, sino aportar perspectivas, bajar el nivel de ansiedad ante la operación; y si va a recibir quimio, decirle que es posible que pierda el pelo, pero que es temporal, que le volverá a crecer, etc… En una palabra: desdramatizar. No son tratamientos para siempre, son limitados en el tiempo. Y además, afortunadamente, hay medios y centros para tratarlos adecuadamente.

¿Qué aconseja a las pacientes cuando salen de la consulta?

Recomiendo vivamente que hagan ejercicio. Les aconsejo hacer deporte, o simplemente algo de ejercicio, es importantísimo; pero sobre todo que continúen con su vida, del modo más normal que puedan, que sigan haciendo sus tareas habituales.

Por último, ¿cuál es su opinión sobre las asociaciones de pacientes?

Sin duda pueden ayudar mucho porque consiguen -como grupo- cosas que necesitan los pacientes y quizá no consigan de forma individual. Hacen de espejo de su situación, y se les escucha más y mejor si hacen piña. Las asociaciones tienen mucho que decir y se han conseguido cosas buenas gracias a ellas.

Asociarse en grupos comunes puede beneficiar, y esta revista pienso que también contribuye a ello, poniendo voz a los pacientes para que puedan decir lo que necesitan.

 

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