Crédito Fotografía: Juan Manuel Serrano

A pesar de seguir siendo el tumor más frecuente y mortal en las mujeres de todo el mundo, el cáncer de mama está descendiendo en número de incidencia, gracias a la detección precoz y a la mejora de los tratamientos. De los diferentes modelos de prevención y su evolución se ha hablado en el curso Cáncer de mama: Una enfermedad curable, dirigido por José Díaz-Faes García, presidente de la Fundación de Estudios Mastológicos (FEMA), y por el doctor Armando Tejerina, director científico del Centro de Patología de la Mama-Fundación Tejerina, de Madrid.

Además de la importancia de los aparatos y la adecuada planificación de los reconocimientos, tanto Carlos Vázquez Albaladejo, presidente de la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria, como Alfonso Vega Bolívar, jefe de sección de mama del Servicio de Radiología  del Hospital Marqués de Valdecilla, han hecho hincapié en el papel de los profesionales sanitarios. “Hacen falta medios y también personal formado para ellos”, ha dicho el doctor Vázquez, a lo que Vega ha respondido con un “la mamografía es el coche, pero lo más importante es el piloto”, en referencia a la necesidad de profesionales especializados en este tipo de cáncer.

En cuanto a los ‘cribados’ -mamografías periódicas que se hacen a determinados sectores de mujeres a modo preventivo- Vázquez asegura que “el beneficio en términos de mortalidad compensa de forma significativa, a pesar de los efectos adversos”. Los inconvenientes más sonados son “los falsos positivos, los falsos negativos, el sobrediagnóstico, el estrés emocional y la radiación”, ha explicado el doctor valenciano. Por su parte Vega, que se considera “ferviente defensor del screening (cribado)”, afirma que “hablar demasiado de radiación desata un pánico injustificado”.

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