La primera vez que oí yo la palabra Cáncer era muy pequeña, recuerdo que mis padres lo hablaban a escondidas, decían que si te enfermabas de eso, seguro que te morías, yo creía que solo se morían las personas que tenían un accidente muy grave o a las que les daba un infarto, pero no, aquella tarde me enteré de que había una enfermedad llamada cáncer y que era mortal.
Posiblemente en aquella época era así, era el principio de los años 70, vivíamos en un pequeño pueblo y la S.S. funcionaba mal o nada.
Pasado un tiempo, de nuevo, a escondidas mis padres hablaban y se contaban que la madre del mejor amigo de uno de mis hermanos tenía cáncer de mama y que le habían cortado un pecho, mi madre contaba que le habían puesto un tratamiento con una cosa que se llamaba “Bomba de Cobalto” pero que ya era tarde y no funcionaba.
Buscando por Internet, hace ya tiempo, me enteré que la Bomba de Cobalto es lo que antecede a la actual Radioterapia, que es en 1922 cuando la oncología se establece como disciplina médica y desde ese momento, la radioterapia, al igual que el resto de las técnicas utilizadas para tratar el cáncer, ha evolucionado mucho. La aparición en 1953 del acelerador lineal -un aparato que emite radiaciones-, y el uso del cobalto son dos de los grandes pasos que ha dado la ciencia en este terreno.
A partir de 1980, con la radioterapia conformada en tres dimensiones (RT3D), gracias a la ayuda del TAC y a los sistemas informáticos de cálculo dosimétrico, se obtienen imágenes virtuales de los volúmenes a tratar, que permiten concentrar mejor la dosis.
Ya en el siglo XXI, empiezan a surgir complejos sistemas de radioterapia 4D, es decir, una radioterapia que tiene en cuenta los movimientos fisiológicos de los órganos como los pulmones durante la respiración. Estos tratamientos alternados con la quimioterapia funcionan en muchos casos y afortunadamente muchos de los cánceres se curan, o al menos el enfermo tiene calidad de vida, y la mayoría de los hospitales tienen Unidad de Paliativos, para ayudar a enfermos terminales a dar el paso final sin sufrimiento.
No existían los tratamiento de quimioterapia y esta mujer solo pudo ser tratada con la Bomba de cobalto y calmantes, creo que solo al final le suministraron Morfina.
Volviendo a la historia de la madre de nuestro amigo, y volviendo al pasado, he de decir que aquella noticia me impactó de una manera brutal, yo no podía imaginar a una mujer sin pecho, para mí aquello era como perder tu identidad de mujer, la gente te miraría y te tendrían pena.
Unos días después de enterarme de aquella noticia, fui a casa de esa señora con su nieta, la recuerdo como si fuera ayer, y han pasado más de 40 años, en su cara se reflejaba un dolor inmenso, con mucho miedo y curiosidad yo la miraba, recuerdo que estaba sentada en un sillón alrededor de una mesa camilla, tenía una bata verde con florecitas blancas y por el escote se le veían una gasas que se le habían salido un poco, creo que la señora se dio cuenta de que la estaba observando y discretamente, se las escondió. Con su brazo derecho, apretaba su brazo izquierdo y hacía algún gesto de dolor, sentí mucha pena, y más pena sentí cuando unos días más tarde mi madre abrazaba al hijo de esa mujer, amigo de mi hermano, que lloraba desconsoladamente y decía: «se ha muerto mi mamá».
Y como la vida es así, de los años 70 hemos llegado al 2015 y en este siglo y posiblemente con la misma edad de aquella mujer, desde 2012 yo tengo, o tuve, la misma enfermedad, a mí también me cortaron un pecho, solo que la palabra cortar suena tan mal que se utiliza la palabra Mastectomía, y que gracias a todos los avances de la ciencia, mi pecho ha sido reconstruido, y he sido tratada con Radioterapia y Quimioterapia, ha sido mucho más grande el dolor psíquico que físico, pero lo he pasado. Afortunadamente, en la actualidad, los enfermos de cáncer tenemos revisiones, pero además contamos con asociaciones que en muchos casos nos vienen muy bien pues puedes compartir tus experiencias además de que te informan bastante bien sobre métodos y técnicas para que la calidad de vida del enfermo y familiar sea lo mejor posible, yo estoy muy agradecida a la REVISTA ROSE, pues a través de esta gente tan especial me he dado cuenta de que no estoy sola, y créanme, es muy bueno poder compartir tus vivencias y si esto lo haces con gente que más o menos ha pasado por lo mismo que tú, el camino es más llevadero, también he de decir que gracias a los estudios de la Ciencia y Medicina se han logrado avances bastante considerables.
¡¡¡Ojalá!!! Que sigan avanzado y que descubran alguna vacuna o alguna medicación para que este mal que afecta a tantas personas, y concretamente el Ca de mama a tantas mujeres sea curado al 100%.
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