El cáncer está representado en casi todas las series de televisión y en numerosas películas, pero poco o casi nunca en el teatro, al menos en nuestro país. Rosa J. Devesa decidió escribir sobre la enfermedad tras la petición de su profesor de dramaturgia. Este ejercicio, casi un reto, le está cambiando la vida.
Al llegar a la Sala Mirador de Madrid sabía que iba a ver una obra de teatro cuyo tema principal era el cáncer. Tenía mucha curiosidad por saber qué puesta en escena me iba a encontrar para tratar de un tema tan delicado que fácilmente roza la caricatura, como se ve a menudo en las pantallas, tanto en la pequeña como en la grande. Acertar con el cáncer sin caer en el drama, el llanto o a veces el ridículo no es fácil.
Monólogo
Nada más entrar nos encontramos con la artista Cybele Buffile que interpreta a Olivia Fernández, pero también a todos los personajes de La Teta Lisa, es decir, los médicos, la hija, el exmarido, las amigas, las “amigas”, …
Madre separada, al límite de la histeria, o así la percibo yo, tiene el perfil típico de la mujer que casi todas hemos sido en algún momento, la que va corriendo a por todas partes, siempre con prisa, haciendo de todo a la vez o intentándolo. Le toca revisión ginecológica y allí empieza su viaje.
Olivia y los médicos
Rosa Devesa no deja ningún tema de lado. Da un toque de atención sobre el estado de las consultas de la Seguridad Social. (Es verdad que podrían ser más acogedoras…).
Tampoco los médicos que dan el diagnóstico a Olivia se libran. Frialdad y falta de empatía es lo que se encuentra al principio el personaje principal hasta dar finalmente con uno más humano que se toma el tiempo de escucharla, de ponerse en su piel.
Y el vuelo empieza
Los tratamientos se convierten en un largo viaje. La quimio, la radio y hasta la biopsia están descritas con elegancia, pudor y delicadeza. Las emociones, los miedos muy presentes, también tienen un papel importante. Cybele Buffile está siempre perfecta, utilizando su cuerpo como una acróbata para expresar los sentimientos de Olivia gracias a la dirección de Laya Martí, que merece aplausos.
Las relaciones
La obra aborda las relaciones con la familia, los hijos, los amigos. Los de verdad y los que pretenden estar allí para ¿quedar bien? Olivia no se deja engañar por la falsa compasión y, a lo largo del proceso, se da cuenta de lo que de verdad importa en su vida. Curiosamente, las prioridades de Doris al escribir La Teta Lisa se han modificado también y ha dejado atrás lo que no merecía la pena.
Las cosas de la vida
No existen tabúes durante este espectáculo. La sexualidad es parte de nuestras vidas y así está reflejada. El amor, el deseo, la feminidad, la nutrición, los problemas económicos que existen cuando se tiene que dejar el trabajo y, sobre todo, la aceptación tanto del cáncer como de sus consecuencias, están reflejados.
Más allá de las palabras
Esta obra habla de la realidad de más de 27.000 mujeres en España. El vuelo es largo, con muchas turbulencias, pero también con un aprendizaje de lo que es la vida de verdad. Al fin y al cabo, Olivia se convierte en una mujer más fuerte por todo lo aguantado, y el camino que se abre delante de ella es más luminoso que el que deja atrás.
Se puede hablar de esta enfermedad sin dar miedo, con franqueza, y La Teta Lisa es un claro ejemplo de ello.
Creo que ir acompañada de amigas/os y familiares es muy aconsejable, porque se darán cuenta de lo que a menudo la persona con cáncer se calla para no molestar o herir.
Últimas representaciones: viernes 27 y sábado 28 de octubre a las 20:00 h, y domingo 29 a las 19:30 h.
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