Por primera vez, 5 mujeres españolas que han sido víctimas del cáncer de mama, se enfrentan, unidas por su enfermedad, al reto de alcanzar la cima del monte más alto de África: el Kilimanjaro.
Eva García Romo
Madrid
48 años
Dependienta en tienda de ropa
“En 2008, tras regresar del pico Lenin decidí operarme de un bultito que tenía en la mama derecha, todas las revisiones que me hice coincidían en el diagnóstico: masteopatía fibroquística benigna. Ni la mamografía ni la ecografía lo habían detectado. Tuvieron que intervenirme dos veces para extraerme el ganglio centinela, quitarme la cadena ganglionar completa de la axila derecha y un trozo de la mama. Del quirófano fui a oncología: 6 ciclos de quimioterapia, 25 sesiones de radio y 6 años de tratamiento hormonal. Las medicinas pueden curar nuestro cuerpo pero qué ocurre con las heridas del alma».
María Barrabés
Binaced, Huesca
40 años
Ama de casa
“Me diagnosticaron y operaron de un cáncer de mama. A los quince días descubrí que estaba embarazada de cinco semanas.
Durante mi embarazo recibí 16 sesiones de quimio.
Era madre de otros dos hijos y opté por seguir luchando. Hoy soy feliz junto a mi tercer hijo, Jesús, que me llena de amor.
El fin de semana anterior de la operación estaba en la montaña y me prometí a mí misma que volvería a estar en ella.”
Araceli Oubiña Cacabelos
Pontevedra
48 años
Logopeda
“Hace poco más de un año y estando convaleciente de una operación, me diagnosticaron un cáncer de mama. Me extrajeron el bicho pero regresé al quirófano, una vez más, porque se produjo un seroma y la herida no cerraba. Después, seis meses de quimioterapia y radio.
Cada día transcurrido desde el momento de la intervención lo viví como un día menos que faltaba hacia mi recuperación, y me aferré a este pensamiento positivo.”
Rosa Fernández Rubio
Cangas del Narcea, Asturias
55 años
Comercial, escaladora y ama de casa
“He escalado las montañas más altas del mundo. Estaba acostumbrada a luchar mucho y a los momentos físicamente duros, pero esto ha sido diferente. Ha sido una lucha que yo no había elegido, sino que ella me había elegido a mí.
El tratamiento contra el cáncer de mama es muy duro, te machaca físicamente, y poco a poco te puede minar tu cabeza.
La preparación y experiencia psicológica de la escalada de las grandes montañas del Himalaya, tiene bastante parecido a una larga y complicada enfermedad. Me dije a mi misma: estoy enferma, pero no me siento enferma.”
Carmen González-Meneses
Rocafort, Valencia
48 años
Notaria
“En 2009 me diagnosticaron un cáncer de piel de los malos, un melanoma maligno. Todo se complicó, cuando a los seis meses me diagnosticaron una lesión de alto riesgo oncológico -hiperplasia ductal con atipia celular-. Estoy mastectomizada por riesgo de cáncer. Me practicaron una mastectomía bilateral subcutánea profiláctica.
La decisión no resulta fácil, pero conté con el apoyo de mi marido, mi familia y del equipo médico, aunque sí fui víctima de alguna incomprensión.”
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