Por Ana Vallejo | Ilustración: Ana Córdoba
Para nadie pasa desapercibido que la investigación es una pieza fundamental del diagnóstico, el tratamiento e incluso la prevención de las enfermedades oncológicas. Aunque su efecto no sea inmediato, gracias al talento, el trabajo y el gran nivel de los investigadores en nuestro país, podemos ver cómo mejora el pronóstico en muchos tipos de cáncer.
Generalmente, cuando pensamos en el tipo de investigación que implica casos reales de cáncer, nuestra cabeza nos lleva a un ensayo clínico, probablemente en un hospital, pero hay una parte importante y crucial de la investigación que se puede desarrollar en el laboratorio, con muestras humanas. Es aquí donde entran en juego los biobancos, establecimientos públicos o privados, donde se almacenan muestras humanas (también pueden ser vegetales, animales y/o microorganismos) y los datos asociados a estas, bajo estándares de máxima calidad.
Los biobancos y su papel en la investigación oncológica
“Los biobancos de muestras humanas pueden tener colecciones poblacionales o estar centrados en una patología en particular. En cualquier caso, los biobancos que contienen muestras humanas están regulados por un marco legal que protege la integridad de sus donantes.” Así explica este concepto Eva Ortega-Paíno, doctora en Ciencias Químicas, directora científica del biobanco del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y coordinadora nacional del hub de biobancos de la plataforma nacional de biobancos y biomodelos del Instituto de Salud Carlos III. La también directora del Nodo Nacional en el consorcio europeo de biobancos (BBMRI-ERIC) añade: “Por supuesto, todas las muestras humanas que entran en un biobanco se han recogido tras la firma de un consentimiento informado por todos y cada uno de los donantes”.
Pero ¿para qué sirven y por qué son tan importantes para la investigación, tanto oncológica como de otras patologías? Gracias a los biobancos y a las muestras que albergan, los investigadores pueden realizar investigación básica (la que se hace en el laboratorio con muestras y tejidos) y detectar biomarcadores que se pueden aplicar con cierta rapidez a la práctica clínica.
INVESTIGACIÓN TRASLACIONAL
Para comprender mejor la función de los biobancos y los biomarcadores, es necesario conocer qué es la investigación traslacional. Si la investigación básica es la que se hace en el laboratorio y la clínica es la que se hace directamente con los pacientes, podemos decir que la investigación traslacional está a caballo entre ambas y busca la aplicación de la básica a la práctica clínica.
“Los biobancos son un pilar central en la medicina traslacional, ya que sirven muestras a los investigadores para que realicen investigación básica en la búsqueda de biomarcadores (signos biológicos de procesos normales o anormales en una enfermedad o que pueden predecir si habrá o no respuesta al tratamiento). Estos biomarcadores llegarán a traducirse en un futuro, no muy lejano, en posibles dianas terapéuticas para el desarrollo de fármacos efectivos que lleguen a cronificar o curar los distintos tipos de cáncer. Además, pueden servir como marcadores diagnósticos diferenciales y pronósticos de la enfermedad. Todo ello mejorará sin duda el curso de la enfermedad y la calidad de vida de las personas que tienen cáncer”, asegura la Dra. Ortega-Paíno.
ACCESO A LAS MUESTRAS DE UN BIOBANCO
Los investigadores que quieran acceder a muestras de un biobanco deben tener un proyecto de investigación aprobado por un Comité de Ética de Investigación (CEI). “Esta aprobación refleja la idoneidad del proyecto en cuestiones éticas para salvaguardar la integridad y la confidencialidad de los sujetos que participan en la investigación con sus muestras. El mismo biobanco, antes de ceder la muestra, también tiene que solicitar la aprobación de dos comités, el CEI externo al biobanco y el científico. De esta manera se asegura que el proyecto cumple con todos los requisitos para investigar con muestras humanas”, explica Ortega-Paíno.
Gracias a los biobancos, los investigadores pueden detectar biomarcadores que se pueden aplicar a la práctica clínica
A través de este proceso, la información que recibe el investigador es clínica, pero siempre manteniendo en el anonimato la identidad del donante. Para ello, las muestras suelen entregarse de manera codificada o seudoanonimizada, es decir, con un número de registro o código que protege los datos sensibles de los donantes, como nombre, apellidos, domicilio, número de historia clínica, etc., o cualquier otra información con la que se pudiera identificar al sujeto de la muestra.
MARCO DE ACTUACIÓN BIEN DEFINIDO
“Las muestras que se encuentran en régimen de biobanco, así como su información, están abiertas a cualquier persona que investigue y quiera acceder a ellas siempre que tenga aprobación de un CEI para realizar su proyecto de investigación y el biobanco haya sido autorizado a cederlas. Este marco de actuación es el mismo en España para los investigadores tanto nacionales como extranjeros. Lo importante en todo este proceso es salvaguardar la integridad de los donantes y favorecer la investigación con muestras humanas de alta calidad que revierta a la sociedad en investigación al más alto nivel y se traduzca en mejores tratamientos que mejoren la calidad de vida de todas y cada una de las personas que la integran”, dice esta especialista.
Por ejemplo, los investigadores del CNIO no solo cuentan con su propio biobanco, sino también con otros, que en su mayoría pertenecen a la plataforma nacional de biobancos y biomodelos del Instituto de Salud Carlos III. Además, desde 202 , y bajo la figura de esta plataforma, España entró a formar parte del BBMRI-ERIC, lo que abre las puertas a adquirir y compartir muestras en el marco europeo.
Cualquier individuo puede donar a un biobanco sus muestras siempre que firme un consentimiento informado
DONACIÓN DE LAS MUESTRAS
¿Pero cómo llegan esas muestras a los biobancos? Los biobancos hospitalarios almacenan muestras que provienen directamente de sus mismos centros. Sin embargo, los biobancos alojados en centros de investigación, fuera del entorno hospitalario, tienen que establecer convenios con distintos entornos clínicos, ya sean hospitales, ambulatorios, etc., que les proporcionen estas muestras, ya que la mayoría de los centros de investigación no disponen de unidades de extracción.
Colaboración activa
“Nosotros, desde el CNIO, estamos colaborando activamente con 18 hospitales nacionales dentro del marco RENACER (Red Nacional de Metástasis Cerebral), en el que el biobanco del CNIO es la unidad vertebradora y la encargada de recoger las muestras que vienen de estos hospitales. También hemos empezado una colección longitudinal prospectiva (colección de muestras recogidas a lo largo del tiempo) del colectivo de tripulantes de cabina de pasajeros en colaboración con la Asociación Española de Tripulantes de Cabina de Pasajeros (AETCP), cuyas muestras se extraen en una unidad móvil, cortesía de Quirón Prevención. Una vez al año recogemos sangre, saliva, heces, uñas y otro tipo de muestras de los voluntarios, que se almacenan en régimen abierto, es decir, que cualquier investigador que cumpla con los requisitos establecidos por la ley de investigación biomédica y por el real decreto de biobancos puede acceder e investigar con ellas”, señala Ortega-Paíno.
Firma previa de consentimiento
La donación de muestras siempre tiene lugar tras la firma de un consentimiento informado. Acompaña a este consentimiento una hoja de información para el donante en la que se comunica qué tipo de muestras se van a extraer y el riesgo del procedimiento, si lo hubiera. También se especifica el destino de sus muestras, los datos asociados con estas y su posible uso en proyectos de investigación, en el caso de que esta información estuviera disponible. Según la directora del biobanco del CNIO, “cualquier individuo puede, de manera voluntaria, donar a un biobanco sus muestras siempre que firme un consentimiento informado y la muestra tenga unos datos clínicos o epidemiológicos mínimos asociados con ella. Las muestras sin este tipo de información tienen un valor mínimo para investigación”.
Si este es tu caso y ya has donado tus muestras o piensas donarlas, debes saber que tienes derecho:
- a revocar tu consentimiento para el uso de muestras o datos en investigación,
- cancelar el uso de datos personales,
- acceder o modificar tus datos personales almacenados en el biobanco. •
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