detección precoz by Rafa Sañudo

Las mujeres españolas dejaron hace mucho tiempo de vivir en la ignorancia. Saben a ciencia cierta que deben preservar su salud de ciertas enfermedades pero, sobre todo, del cáncer de mama. Conocen y han asimilado que su autocuidado, su autorresponsabilidad, en este campo, pasa por el compromiso ineludible de cumplir con el cribado nacional establecido para su detección precoz. Es decir: someterse a mamografías periódicas.

Hace 30 años el cáncer de mama afectaba a una de cada 18 mujeres dentro de nuestras fronteras, hoy las cifras hablan de una de cada 10. Pero no hay motivos para la alarma o el pesimismo, porque, afortunadamente, las ‘herramientas’ de diagnóstico de la enfermedad son cada vez más sensibles y específicas, lo que está permitiendo abordar los casos en sus estadios más tempranos.

Tal y como documenta el doctor Vicente Martínez de la Vega, jefe de la Unidad de Diagnóstico por Imagen del Hospital Universitario Quirónsalud (Madrid), “el diagnóstico precoz del cáncer de mama, gracias a los programas de cribado poblacional y a la evolución en los tratamientos, son las principales causas del importante descenso de la mortalidad por este tipo de enfermedad. Un diagnóstico precoz, antes de su manifestación clínica, es crucial en el pronóstico de la misma, porque las pacientes tienen una menor posibilidad de afectación de los ganglios axilares o de sufrir metástasis”. Este especialista, pionero en la aplicación clínica de la Resonancia Magnética (RM) en nuestro país, destaca: “Hay diversos factores que se han relacionado con el incremento de este cáncer, pero no se sabe a ciencia cierta el motivo real. Actualmente, su incidencia es menor que en otros países europeos. En EEUU, sin embargo, afecta a una de cada ocho mujeres”. Sabemos, insiste, “que hay algunos factores de riesgo conocidos como la predisposición genética (poseer genes BRCA1 y BRCA2), pero estos cánceres genéticos únicamente son responsables del 10% de todos los casos. Existen otros factores que se han relacionado con este incremento, pero continúa el desconocimiento sobre la causa real”. De hecho, “se cree que la ingesta de alcohol y la obesidad, entre otros factores, podrían estar relacionados. Aunque hay muchas mujeres que cumplen con estas características y no desarrollan la enfermedad. Además, sucede también que en muchas otras afectadas no se identifican factores de riesgo”, apostilla el experto de Quirónsalud. Por lo tanto, “el cáncer de mama no se puede prevenir, la principal arma que tenemos es diagnosticarlo de manera precoz. Dependiendo de los países, las pruebas se realizan en un periodo determinado de la vida (por ejemplo, entre los 50 y los 69 años) y con una periodicidad determinada (cada año o cada dos)”, comenta el doctor Martínez de la Vega.

La doctora María Eugenia Rioja, del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y coordinadora de la Unidad de Mama de este centro sanitario, declara: “La mamografía es la técnica de elección para el cribado poblacional y para el diagnóstico precoz en pacientes sin riesgo elevado de cáncer de mama”. Recuerda que en el diagnóstico por imagen de estos tumores “están involucradas varias técnicas: mamografía, ecografía y resonancia magnética. Cada una de ellas tiene indicaciones precisas, según varios factores: edad, densidad del tejido mamario, historia clínica de la paciente, riesgo familiar de padecer la enfermedad, seguimiento, etc”. Especifica además que a las “nuevas técnicas de mamografía, como la digital o la tomosíntesis, se suma la ecografía, porque gracias a las ondas de alta resolución se pueden caracterizar los nódulos mamarios. La RM, por su parte, es la prueba de elección en las pacientes con diagnóstico de cáncer de mama, para descartar otros tumores en la misma zona anatómica o en la contralateral. También es la recomendada en mujeres con alta predisposición genética a la enfermedad”.

Juan Carlos Alonso Farto, presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (SEMNIM), director médico de Medicina Nuclear ITSS en MD Anderson Cancer Center y jefe del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Universitario Gregorio Marañón (ambos en Madrid), explica: “La supervivencia global a los cinco años de las pacientes diagnosticadas es del 82,8%, por encima de la media europea y, además, se incrementa 1,4% cada año, gracias a los programas de cribado”. La buena noticia es que “las pruebas diagnósticas realizadas son cada vez más sensibles y específicas. La indicación de los diferentes test y la realización de biopsias percutáneas están bien protocolizadas según los datos clínicos, hallazgos de imagen y datos histológicos del tumor. Así, por ejemplo, en algunos tipos de cáncer muy agresivos está indicada la realización de un PET, Tomografía por emisión de positrones-TAC (Tomografía Axial Computerizada) para detectar posibles metástasis”, destaca el experto de Quirónsalud.

No obstante, este especialista subraya que “la RM es la técnica más sensible para detectar el cáncer de mama y, además, no emite radiación X. El principal problema es que se trata de un procedimiento caro, por lo que su utilización está restringida a ciertas indicaciones clínicas.

Una de las principales es el estudio de pacientes asintomáticas que tienen un alto riesgo de padecer cáncer de mama por tener una fuerte historia familiar de la enfermedad. Es decir, poseer genes determinados (BRCA1 y BRCA2) que favorecen su desarrollo, en el caso de haber recibido radioterapia como tratamiento de un linfoma de Hodgkin y en más casos. Estas pacientes de riesgo suelen desarrollar la enfermedad a una edad más temprana, y en ellas la mamografía es menos eficaz porque el tejido tiene una densidad más elevada. Las pacientes se controlan generalmente realizando un estudio de RM de mama una vez al año”.

La doctora Rioja apunta que, efectivamente, “la RM es la técnica de imagen suplementaria a la mamografía porque posee más alta sensibilidad (94%-100% para el carcinoma invasivo y 50%-94% para el carcinoma ductal in situ), pero debido a su moderada especificidad (37%-97%) su aplicación debe restringirse a casos seleccionados con indicaciones concretas, ya que obliga a hacer biopsias en casos que luego no son malignos. Pese a ello, efectivamente no solo en EEUU, sino también en Europa, una de las indicaciones más aceptadas de la RM es la vigilancia en pacientes de alto riesgo”.

Y otro motivo más para congratularse es la llegada del MammiPet. “Se trata de un PET destinado a la mama. Aporta información metabólica y molecular. La mayoría de las exploraciones PET se realizan con glucosa marcada (18FDG) que detectan las células con un metabolismo aumentado, es decir, por lo general, las tumorales. El tratamiento del cáncer de mama está evolucionando enormemente en los últimos tiempos. En pocos años será fundamentalmente médico, y no quirúrgico como hasta ahora. Por lo tanto, “necesitamos herramientas de imagen para el diagnóstico precoz y exploraciones que nos ayuden a valorar el pronóstico de la enfermedad y la respuesta al tratamiento”, informa el experto de Medicina Nuclear ITSS en MD Anderson Cancer Center.

El MammiPET, recalca, “es complementario a la mamografía. Su uso depende de los casos de dudas en la clasificación radiológica de las lesiones. Su gran utilidad es que informa, no solo de la morfología del tumor, sino que indica, además, si la lesión tiene el metabolismo aumentado y, por tanto, comportamiento maligno. Con lo cual, nos adelantamos al diagnóstico definitivo al menos en seis meses. Pero donde más importancia tiene es en la valoración de la respuesta al tratamiento, puesto que las células modifican su comportamiento metabólico rápidamente y así somos capaces de saber si una terapia quimioterápica es eficaz o no”.

Pero se atisba otro futuro, “uno en el que seamos capaces de ver la enfermedad a nivel molecular, es decir, antes de que se produzca la manifestación clínica. Es un objetivo que forma parte del gran reto de una medicina absolutamente personalizada, ‘fabricada’ para cada paciente. Un análisis servirá para saber la eficacia de cada fármaco en esa persona concreta. Puede parecer ciencia-ficción, pero todo esto ya ha empezado”, asegura el Dr. Martínez de la Vega.

 

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